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Manises ofrece un nuevo servicio de control y seguimiento de las cataratas a los pacientes de La Hoya de Buñol

Este servicio forma parte de los proyectos de integración que el departamento está llevando a cabo entre la atención Especializada del hospital y la Primaria de los centros de salud, acercando así las especialidades a los ciudadanos del área

• Para evitar el desplazamiento de los pacientes hasta el Hospital de Manises los controles de agudeza visual se realizarán en los centros de salud de la zona

• Las cataratas son la principal causa de pérdida de la visión en adultos y afecta a la mitad de los mayores de 70 años y prácticamente a la totalidad de más de 80

Con el objetivo de mejorar los tiempos de atención a los pacientes con problemas de visión, evitar traslados de la población hasta el centro hospitalario y agilizar la resolución de las consultas, el Hospital de Manises ha formado a los médicos y enfermeros de Atención Primaria en las poblaciones de la Hoya de Buñol para que realicen las pruebas de control y seguimiento a pacientes con cataratas. Se trata de acercar a los usuarios la realización de los controles de agudeza visual necesarios para determinar en qué momento es preciso realizar la intervención, y tras la misma, ver la evolución.

Y es que esta dolencia es la principal causa de la pérdida de visión entre los adultos, de hecho afecta a 1 de cada 6 mayores de 40 años y a más de la mitad de los mayores de 70. “Existe una relación directa entre tener cataratas y la edad del paciente ya que el envejecimiento es la principal causa de esta patología. Podríamos decir que a partir de los 80 años, prácticamente el 100% de la población tiene cataratas, lo que no quiere decir que necesiten ser operadas”, asegura Honorio Barranco, jefe del servicio de Oftalmología del Hospital de Manises.

 Gracias a este proyecto, desde el centro de Atención Primaria los pacientes recibirán el control oftalmológico que necesitan. Por un lado, habrá un seguimiento preoperatorio para establecer en qué momento preciso debe realizarse la intervención, que según las recomendaciones de la Agencia Valenciana de Salud debe hacerse ante una pérdida de visión del 50% o cuando por circunstancias personales o laborales se estime conveniente. Y, por otro lado, habrá también un control postoperatorio pues, tras la intervención, los pacientes pueden notar peor visión. En palabras del doctor Barranco “1 de cada 4 operados de cataratas notan entre 1 y 3 años tras la operación un oscurecimiento en la visión debido a la proliferación de células en la cápsula posterior del cristalino. Si esto sucede se puede solucionar de forma sencilla mediante tratamiento láser, pero requiere un seguimiento por parte del médico de primaria para detectar la necesidad de aplicar este tratamiento”.

 Este servicio puesto en marcha en La Hoya de Buñol forma parte del proyecto de integración que el hospital está llevando a cabo entre atención Especializada y Primaria de manera que se acercan las especialidades a los habitantes del departamento de salud. Se evitan así desplazamientos innecesarios a los pacientes, que además cuentan con centros de atención primaria más formados, equipados y resolutivos. Esta iniciativa forma parte, además, del ambicioso proyecto de integración que la especialidad de Oftalmología tiene planteado para el departamento y que acercará a las poblaciones nuevos servicios especializados a partir de septiembre.

 Alta prevalencia en la población

 Se calcula que en 2020 vivirán en la Comunitat Valenciana alrededor de un millón de personas con más de 65 años, aumentando la prevalencia de patologías oculares como la Degeneración Macular Asociada a la Edad (DMAE), el glaucoma o las cataratas. En el último año, en el servicio de oftalmología del Hospital de Manises, se han realizado 2.906 operaciones de las que el 60,3% han sido intervenciones por cataratas.

 Como consecuencia de esta dolencia la visión se vuelve borrosa, turbia o débil. Las cosas no se ven tan brillantes como habitualmente y muchas personas lo describen como “mirar a través de un cristal sucio”. El único tratamiento existente para atajarlas es la cirugía. Se trata de una intervención ambulatoria, normalmente se opera primero el ojo en el que el paciente tiene peor visión y tras unos dos meses se opera el otro. “La recuperación es prácticamente inmediata, los pacientes ven perfectamente tras 2 o 3 días”, afirma el oftalmólogo. Y es que la intervención se realiza a través de una pequeñísima incisión de apenas 2 mm y consiste en la emulsificación y aspiración del cristalino e introducción de una lente intraocular.