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El 50% de los casos atendidos este verano en el Servicio de Pediatría de Manises han sido por gastroenteritis agudas

Y es que las altas temperaturas que se registran en los termómetros de la Comunitat durante el verano pueden provocar además de estas molestias, golpes de calor, deshidratación o quemaduras muy graves, por lo que se recomienda extremar las precauciones especialmente con los niños.

 

  • Los virus que causan las diarreas estivales en los niños sobreviven mejor en verano gracias a los ambientes cálidos. Normalmente tienen una duración limitada y no suelen precisar tratamiento farmacológico

 

  • Los especialistas del Hospital de Manises alertan de otras dolencias habituales en esta época del año como riesgo de deshidratación, trastornos por cambios bruscos de temperatura al bañarse y golpes de calor en los niños

 

Manises. Uno de cada dos casos de atención en niños durante el verano está provocado por problemas gastrointestinales. Y es que las altas temperaturas que se registran en los termómetros de la Comunitat durante el verano pueden provocar además de estas molestias, golpes de calor, deshidratación o quemaduras muy graves, por lo que se recomienda extremar las precauciones especialmente con los niños.

Así, la gastroenteritis aguda es una de las consultas más comunes entre los pequeños durante la época estival y ya ha supuesto el 50% de los casos registrados en el Servicio de Pediatría del Hospital de Manises en lo que va de verano. “Hay más problemas de este tipo en esta época porque los virus que lo causan sobreviven mejor en ambientes con altas temperaturas. Para evitarlas son esenciales las medidas higiénicas como el lavado de manos. Normalmente no se necesita de ningún medicamento para curarse, pero sí hay que estar muy atento a que los niños no se deshidraten, para lo que se les debe administrar sueros”, asegura la doctora Inés Costa, jefa del Servicio de Pediatría del Hospital de Manises.

Lo cierto es que no existe ninguna comida prohibida en la época estival para los niños, pero los médicos de Manises recomiendan tener especial cuidado con alimentos que contengan huevo, como mahonesas o cremas, ya que si no han cumplido adecuadamente la cadena de frío puede provocar infección por salmonela. En palabras de la doctora Costa “es importante que la alimentación esté compuesta de verduras, frutas, hidratos de carbono de absorción lenta y proteínas como pescado y carnes blancas, que eviten digestiones pesadas. Además es muy importante aumentar la ingesta de agua”.

Y es que, los niños son más propensos a sufrir una deshidratación por su menor capacidad de reserva de agua. En el caso de los lactantes, además, porque no pueden manifestar que tienen sed, por lo que es importante ofrecerles líquidos frecuentemente. “Podemos pensar que un niño está deshidratado cuando presenta decaimiento, vómitos, diarreas frecuentes y abundantes, lengua pastosa, ojeras y sensación de sed”, explica la pediatra.

Otros problemas producidos por el calor

Las altas temperaturas pueden provocar, además, otro problemas a los más pequeños. Debe tenerse especial cuidado con los conocidos como golpes de calor que se producen como consecuencia de un aumento brusco de la temperatura corporal. “La temperatura de los niños sube 4 veces más rápido que en el caso de los adultos. Los síntomas de un golpe de calor son fiebre alta, irritabilidad, decaimiento, piel sudorosa, cansancio, mareos, vómitos, dolor de cabeza e incluso pérdida de consciencia”, afirma la pediatra. Para evitarlos, se recomienda que los niños estén en zonas con temperatura agradable y ventiladas, llevar ropa ligera y beber agua con frecuencia.

En la misma línea, deben evitarse los cambios bruscos de temperatura, especialmente cuando se ha comido. En palabras de la doctora Costa, “al contactar con el agua fría se redistribuye el flujo sanguíneo corporal, disminuyendo el aporte de sangre al cerebro lo que provoca mareos, náuseas, vómitos, descenso de la tensión arterial, pérdida de consciencia y, en casos extremos, parada cardiorrespiratoria”. Para evitarlo se recomienda evitar digestiones pesadas y meterse en agua poco a poco, para ir aclimatándose.

El Servicio de Pediatría también ha registrado, durante este verano, casos de traumatismos de diversa gravedad, erupciones cutáneas, picaduras y fiebres.