1. Cada año se producen en España alrededor de 30.000 muertes súbitas por arritmias cardíacas. ¿Cuántas en la Comunidad valenciana?
En la Comunitat se estima que se producen alrededor de 3.000 casos al año. La tercera parte de la mortalidad global de la población se debe a causas cardiovasculares, incluyendo las arritmias cardiacas. Se dispone de datos de Valencia en en que el porcentaje de muertes súbitas extrahospitalarias correspondió a un 6% de la muertes totales y que la tasa anual de mortalidad general por muerte súbita extrahospitalaria fue de 38,9 por 100.000 habitantes.
2. ¿Cómo ha afectado la moda del running a esta patología? ¿Se dan más casos ahora? ¿son más graves?
Lo que estamos viviendo en estos años es una especie de locura en la práctica del deporte de altísima intensidad, sin que nos hayamos planteado una preparación previa. Este mensaje debemos tenerlo claro: el deporte es bueno, sano, se debe fomentar, pero hay que practicarlo de forma ‘segura’ y esto solo se logra consultando con tu profesional de salud y haciendo un chequeo pertinente para saber que tu corazón está preparado para soportar esta exigencia física. Y no sólo eso, si el deporte se va a prolongar en el tiempo, también tenemos que saber que nuestro corazón se va a adaptar a ese ejercicio físico continuado. No todos los corazones se adaptan igual, unos se adaptan muy bien y a otros no les sienta bien que les estemos poniendo constantemente al límite. Someter un corazón que no está preparado a un sobreesfuerzo puede desencadenar arritmias y, en algunos casos, muerte súbita.
3. ¿Qué tres cosas que hacemos de manera habitual no deberíamos hacer si queremos tener un corazón sano?
No tener en cuenta los factores de riesgo cardiovascular más habituales, como la hipertensión, tabaquismo, diabetes o colesterol elevado. También la actual forma de vida que nos lleva a una alimentación ‘fast food’. No tenemos tiempo de preparar bien lo que comemos, de pensar en un menú semanal equilibrado. Debemos ser conscientes de incorporar en nuestra dieta frutas, verduras y legumbres, la comida típica de nuestra dieta mediterránea que no debemos olvidar. Y eso es más fácil siendo conscientes de nuestra alimentación y no ‘improvisando’ comidas o cenas. Además hay que evitar el sedentarismo, es tan perjudicial como el ejercicio extremo.
4. ¿Cuál es el deporte más “peligroso”?
Los riesgos de realizar deporte aumentan más en la persona que está menos preparada que en el deportista que lo realiza en forma habitual y progresiva. Los mayores riesgos para la salud dependerán de problemas médicos de los individuos no detectados o tratados. Los ejercicios ‘anaeróbicos’ son los más peligrosos para nuestro corazón, porque suben nuestra tensión arterial de manera exagerada. Un ejemplo de este tipo de prácticas deportivas son el levantamiento de pesas o el remo. Por otro lado, los más recomendables son los ‘aeróbicos’, como correr, nadar y salir con la bicicleta, que se pueden practicar a todas edades con mayor o menor intensidad.
5. ¿Quienes cuidan más su corazón? ¿los hombres, las mujeres, los jóvenes, los adultos…?
Las personas adultas son las que más controles médicos siguen y más hábitos cardiosaludables respetan, y mucho más las mujeres como se corrobora en diferentes estudios. Además, los deportistas constituyen un grupo de población que suele estar muy concienciado en su salud en general y en concreto en las posibles afecciones cardiacas.
6. ¿Deberían intensificarse los controles médicos en los deportes juveniles como la liga de fútbol?
La fatiga y el deterioro orgánico que aprarece durante el entrenamiento muchas veces acentuado por el grado de deshidratación y condiciones climatológicas adversas, pueden desencadenar arritmias, a veces fatales en deportistas con enfermedad cardiaca de base no diagnosticada; por lo cual la prevención y el control previo a la práctica del ejercicio son fundamentales. A nivel amateur los controles actualmente suelen ser básicos y podrían ampliarse, por ejemplo, incluyendo un ‘electrocardiograma’ de rutina que es relativamente asequible y aporta información relevante sobre el estado del corazón.
7. ¿Cuántos valencianos pueden padecer una arritmia leve y no saberlo?
Los especialistas calculamos que alrededor del 15% de la población padece una arritmia y no conocen su existencia. La más frecuente es la conocida como ‘extrasistolia’ (latido adelantado con respecto a la frecuencia cardíaca habitual) que suele manifiestarse como palpitaciones. Además las pèrsonas mayores presentan tasas elevadas de arritmias como la fibrilación auricular, en ocasiones no diagnosticada durante un largo periodo de tiempo, y la falta de tratamiento aumenta mucho el riesgo de esta arritmia, sobre todo de embolias.
8. ¿Qué riesgo corren?
Existen algunas ‘alteraciones cardiológicas’, que aparecen sobretodo en personas jóvenes y que se relacionan con el deporte de alto impacto. Las dividiríamos en tres grandes grupos.
Por un lado, estarían las ‘cardiopatías estructurales’, como la ‘miocardiopatía hipertrófica’, una de las enferemdades más frecuentes que pueden causar muerte súbita en personas jóvenes que practican deporte y que, con un electrocardiograma y una ecocardiografía, puede descubrirse. Está muy ligada a la realización de actividad física. Con el cese del mismo, el riesgo de muerte de esta patología disminuye mucho. Por otro lado, estarían las ‘displasias del ventrículo derecho’, que también afecta a gente joven y que suelen desencadenar arritmias con el sobreesfuerzo. Por último, existen enfermedades genéticas que alteran los canales eléctricos del corazón, como el síndrome de Brugada y que, sometidas a estrés, pueden producir arritmias graves y muerte súbita.
9. ¿Por qué no se populariza la instalaciones de desfibriladores en lugares públicos? ¿dónde debería exigirse que existieran?
Es importante reconocer al desfibrilador como una herramienta que puede salvar una vida. Si nos hemos acostumbrado a ver extintores en todos los lugares ¿por qué no tener desfibriladores en lugares públicos o pabellones deportivos? Es importante perderle el miedo: cualquier persona puede salvar una vida si lo utiliza. Y no es necesario tener una práctica previa: es el desfibrilador el que toma las decisiones. El ciudadano sólo tiene que poner en contacto a la víctima con el aparato que le puede salvar la vida.
10. Un corazón contento, ¿es un corazón sano? ¿cómo afecta el estado emocional a la salud de nuestro corazón?
El estado emocional sí que puede afectar a la salud de nuestro corazón. El estrés y la ansiedad pueden agravar procesos subyacentes, sobre todo arritmias y patología isquémica como angina o infarto de miocardio.
