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Los especialistas de Urgencias alertan que los síntomas del ‘golpe de calor’ pueden pasar desapercibidos

El dolor de cabeza y la somnolencia iniciales en ocasiones se confunden con otras patologías leves. En bebés lactantes hay que estar atento ante un llanto excesivo e incontrolable. Niños, mujeres gestantes, ancianos o enfermos crónicos deben protegerse especialmente del calor, al ser los colectivos más vulnerables. Actuar a tiempo puede evitar daños neurológicos y complicaciones. Las atenciones en Urgencias por insolaciones, deshidratación, síncopes o gastroenteritis también aumentan a causa de las elevadas temperaturas.

Las temperaturas elevadas de esta semana pueden aumentar las consultas en los Servicios de Urgencias por insolaciones, deshidratación o golpes de calor. Así, desde las Urgencias del Hospital de Manises alertan de que en estos casos los pacientes presentan una sintomatología que, en ocasiones puede confundirse con patologías leves.

“El dolor de cabeza y la somnolencia iniciales son comunes y pueden generar confusión, por eso es importante estar alerta y vigilante para controlar la evolución y consultar, en caso de que sea necesario a un especialista”, señala María Martínez, médico de Urgencias de este centro sanitario. Así, los expertos señalan que también es frecuente el dolor abdominal, sudoración importante, piel seca o calambres.

A nivel neurológico, además del dolor de cabeza hay que permanecer vigilante ante una posible disminución del nivel de consciencia. Hay que tener en cuenta que en niños puede ser más difícil de detectar, pero un llanto excesivo e incontrolable podría ser uno de los síntomas. “Es fundamental actuar a tiempo porque se trata de una afección potencialmente grave y en algunos casos con riesgo de muerte”.

En su gran mayoría las personas más vulnerables de sufrirlo son niños menores de cinco años y personas mayores de 65, así como mujeres gestantes y enfermos crónicos. Estos últimos pueden ver agravadas sus patologías en verano.

Prevenir y actuar

“Lo más importante de un golpe de calor es tratar de prevenirlo, pero en el caso que suceda hay que enfriar al afectado intentado bajar la temperatura corporal con agua fría o hielo mientras se espera la llegada de los servicios médicos. Si la persona está consciente se puede ofrecer beber agua”, explica la doctora María Martínez.

Dese el Servicio de Urgencias del Hospital de Manises se aconseja “beber mucha agua y líquidos sin alcohol ni cafeína, sobre todo para los colectivos vulnerables (niños y ancianos), comer abundantes frutas y evitar comidas muy pesadas. Si tiene que realizarse actividades al aire libre, es conveniente usar ropa ligera de color claro, evitar actividades físicamente extenuantes, usar protección solar y sombrero o gorro para proteger la cabeza, y permanecer en lugares frescos y ventilados”.

Insolaciones y deshidratación

Del mismo modo, en verano las Urgencias del Hospital de Manises atienden a pacientes con variedad de patologías como gastroenteritis, picaduras, otitis, conjuntivitis, insolaciones y deshidratación. Esta última “se puede prevenir con un adecuado hábito de consumo diario, ya que en verano debemos mantener una buena hidratación, hay que beber pese a no tener sed, además de mantener unas medidas higiénico-dietéticas adecuadas”, detalla la especialista de Manises.

Una de las atenciones que aumenta su porcentaje en las Urgencias de Manises son las quemaduras, tanto solares como domésticas, en especial en niños que permanecen más tiempo por las vacaciones en el hogar, y están menos protegidos al llevar menos ropa. En el caso de hongos y conjuntivitis también se registra un aumento por el baño en playas y piscinas.

Falsos mitos de la salud en verano

Los falsos mitos sobre la salud son los protagonistas en verano, en especial todo lo que tenga que ver con temas de alimentación, exposiciones al sol y picaduras de insectos, entre otros. El corte de digestión es uno de ellos, y según aclara la doctora María Martínez “la hidrocución, popularmente conocida como corte de digestión es un shock termodiferencial caracterizado por el contacto brusco de la piel y de las vías respiratorias superiores con el agua fría, lo que desencadena una sobrecarga cardíaca que ocasiona en la mayoría de los casos una parada cardiorrespiratoria. Al contrario de lo que muchos creen, no está directamente relacionado con ningún proceso digestivo”.

En esta línea, aplicar barro u orín a las picaduras es otro de las costumbres que no se deben de practicar “por aumento de riesgo de infección, siempre se debe acudir al centro sanitario para que el profesional médico nos indique como tratar esa picadura dependiendo de su gravedad y tipo”, explica la médico de Urgencias de Manises. Asimismo, cuando nos exponemos al sol debemos usar un factor de protección adecuado a nuestro tipo de piel para prevenir lesiones en la piel desde quemaduras solares hasta melanoma, “los factores altos de protección sí que permiten un bronceado de la piel y en ningún caso el estar bronceados nos protege del sol y no nos exime de usar protección solar” alerta la doctora María Martínez.