Logo Manises departamento de salud
Preguntas Frecuentes
RSC
Contacta con el Hospital

Habla con nosotros

¿Quieres que el Hospital sea tu centro?

Categorías
Destacadas|Especialidad>Ginecología y Obstetricia|Noticias

El Departamento de Salud de Manises retoma las actividades de pilates para embarazadas

  • Estas actividades grupales se desarrollan de manera presencial durante los meses de verano en los centros de salud del área sanitaria
  • La práctica de este tipo de ejercicios forma parte del programa de preparación al parto que imparten los profesionales sanitarios del área
  • Dra. Carla Talens, fisioterapeuta del Hospital de Manises: “Durante el embarazo se aconsejan también ejercicios aeróbicos, como la natación, que puede iniciarse desde el segundo trimestre hasta final de embarazo”

El pilates es uno de los ejercicios que más practican las mujeres durante el periodo de gestación. Esto se debe a que es la actividad física más recomendada por los especialistas para trabajar la musculatura abdominal que ayudará a superar los momentos de mayor esfuerzo, no solo durante el embarazo, sino también durante el momento del parto. Por ello, el Departamento de Salud de Manises ha retomado las sesiones grupales de pilates en los centros de salud del área sanitaria

 

Estas sesiones que están destinadas a la población protegida del área sanitaria, tienen un doble objetivo para las mamás que acuden. “En primer lugar, evidentemente, que las mamás se preparen para el momento del parto y vivan el embarazo con la mejor preparación física. Y por otro lado, las actividades en grupo permiten compartir las experiencias propias, resolver dudas o recibir apoyo   lo que es beneficioso para reducir estrés”, explica la especialista.

 

La práctica de pilates se recomienda entre las mujeres embarazadas a partir del segundo trimestre, que es cuando se recomienda iniciar la práctica de cualquier ejercicio físico. “No es requisito indispensable para el pilates en embarazadas haberlo practicado con anterioridad. Se pueden iniciar en el Pilates en el embarazo sin haberlo practicado anteriormente, ya que son clases adecuadas a dicha situación”, explica la Dra. Talens.

Además, durante el embarazo se aconsejan también ejercicios aeróbicos, como la natación, que puede iniciarse desde el segundo trimestre hasta final de embarazo, así como explica la fisioterapeuta del Hospital de Manises. Este tipo de ejercicios “son beneficiosos para reducir el estrés y mejorar la sensación de bienestar debido a la liberación de endorfinas que se produce durante y tras la práctica”, concluye.

 

Pilates también en el postparto

 

La maternidad conlleva importantes cambios físicos tanto en los momentos de gestación como después del momento del parto, por lo que el trabajo físico permite controlar estos cambios para reducir los riesgos que estos cambios puedan tener sobre la salud. Tal y como indica la fisioterapeuta del Hospital de Manises, el pilates permite “reducir principalmente las diástasis patológicas y la hipotonía abdominal grave”.

 

“En la revisión posparto se explora el abdomen y periné para determinar su estado y ver si son necesarias pautas para practicar pilates en el domicilio o un tratamiento con consulta, en los casos que así lo requieran”, explica la Dra. Talens. Así, se valorarán necesidades y objetivos a conseguir para que se recupere la funcionalidad del abdomen y periné progresivamente.

 

Categorías
Destacadas|Especialidad>Pediatría

Más del 80% de las otitis externas en niños se producen en verano

  • Esta dolencia en los más pequeños tiene como origen la sobre exposición a la humedad durante los baños en playas y piscinas
  • Los principales síntomas son el dolor o picor de oído, la supuración del conducto auditivo externo o el taponamiento auditivo y pérdida de audición transitoria
  • Para evitar este tipo de infecciones, es importante reducir el tiempo de baño, al salir sacudir la cabeza a ambos lados para favorecer la salida del agua y no usar prolongadamente tapones en los oídos

Las playas, piscinas y ríos o pozas son las protagonistas durante estos meses del año. Estos lugares acuáticos se llenan de bañistas con el deseo de darse un chapuzón para combatir el calor producido por las altas temperaturas propias de la época estival. Sin embargo la combinación de calor y agua favorece una de las dolencias más comunes del verano, la otitis externa también conocida como “otitis del nadador o de las piscinas”.

“La acumulación de agua en el conducto auditivo derivado de la sobre exposición a la humedad supone el caldo de cultivo perfecto para el crecimiento de los patógenos que causan una inflamación en la piel que recubre el conducto auditivo externo”, explica la Dra. Isabel Gonzalo Alonso, del Servicio de Pediatría del Hospital de Manises. Esto explica que, más del 80% de los casos de este tipo de afección, según varios estudios, se dan en la época estival y entre los niños, según el especialista.

“Cuando un niño muestra dolor o picor en el conducto auditivo unido a cierta secreción o el taponamiento del conducto y pérdida de audición transitoria, lo más habitual es que padezca una otitis externa”, explica la pediatra. Además de estos síntomas, podemos identificar otros menos comunes como pueden ser la dificultad a la hora de masticar o tragar, irritabilidad o inquietud por la noche.

Factores de riesgo

Los factores que mayor influencia ejercen sobre los pequeños, más que la edad del paciente, son el tiempo que pasan con los oídos ‘a remojo’ o la calidad del agua en la que se bañan. Y es que, lo cierto es que los niños pasan más tiempo en el agua que los adultos, sobre todo en las piscinas infantiles, donde el agua tiene una calidad de limpieza menor.

“Tras el baño es importante limpiar los oídos con cuidado, si utilizas objetos contundentes o introduces bastoncillos hasta el fondo, se pueden producir daños en la piel interna del oído, dejando las puertas abiertas a la infección y cualquier  tipo de lesión en la piel del conducto auditivo externo tiene más riesgo de otitis por pérdida de la barrera cutánea”, concluye la profesional.

Categorías
Destacadas

Dieta rica en frutas y verduras, hidratación y protección solar: claves para practicar deporte en verano

  • Los especialistas advierten además de que realizar deporte sin haber practicado previamente puede producirnos una sobrecarga en los tendones

 

  • El calzado y el terreno sobre el que realizamos la actividad física durante la temporada estival son elementos para tener en cuenta a la hora de realizarlo

 

  • Además, para las personas que no suelen realizar actividad física habitualmente, pasear o andar a un buen ritmo se podría considerar deporte de verano

 

Los meses de verano son un momento propicio para iniciarnos en algún deporte de verano, como puede ser el vóley, el fútbol o el running ya que los podemos practicar en la playa, el campo y al aire libre. Para evitar un traspié que cambie el rumbo de las vacaciones, hay que tener en cuenta las claves para para practicar cualquier deporte en verano de forma tranquila y segura.

Los deportes durante la época estival tienen los mismos condicionantes que durante el resto del año, sin embargo, el aumento de la temperatura ambiente y una mayor irradiación solar son dos factores a tener especialmente en cuenta estos meses. “Al practicar cualquier deporte en verano, es vital mantener una buena hidratación, una alimentación rica en verduras y frutas, y una buena protección solar para evitar problemas a corto y largo plazo”, explica el Dr. Javier López Valenciano, del Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital de Manises.

Los especialistas del centro sanitario advierten además de que “realizar deporte en verano en la playa sin haber practicado previamente o sin tener un buen tono muscular puede producirnos una sobrecarga en los tendones. Esto nos parará y nos tendrá unos días con dolores en los tendones y articulaciones que se hayan visto afectadas”. Para evitar este tipo de dolencia recomiendan hacerlo de manera progresiva y bajo supervisión de un profesional de la actividad física, especialmente las personas que tengan problemas en articulaciones.

Por otra parte, vale la pena tener en cuenta el calzado utilizado durante esta época ya que practicarlo descalzos es una práctica habitual que, de no hacerlo de la manera correcta, puede conllevar complicaciones. “La principal diferencia entre ir descalzo y llevar calzado es el riesgo de presentar lesiones cutáneas, como heridas y rozaduras, y, sobre todo, la de sufrir fracturas en los dedos de los pies al recibir contusiones o tropezar con objetos que no veamos, como piedras, sillas o mesas”, explica el Dr. López Valenciano.

Además del calzado, el tipo de suelo sobre el que se realiza la actividad es importante tenerlo en cuenta ya que, por ejemplo, la arena blanda suele ser muy inestable y puede obligar a nuestros tendones y articulaciones a realizar un sobreesfuerzo para compensar. Sin embargo, “la arena dura no tiene el problema de la inestabilidad, pero, aunque no nos demos cuenta, estaremos caminando por un terreno con pendiente lateral, lo que suele producir tendinitis y sobrecargas musculares sobre todo en los grupos isquiotibiales y en la fascia lata”, concluye el especialista.

Andar por la playa también es deporte

Para las personas que no suelen realizar actividad física habitualmente, pasear o andar a un buen ritmo se podría considerar deporte de verano, “porque, aunque no sea muy exigente puede conllevar problemas si realizamos más actividad de la recomendada. Hay que tener en cuenta, además, que caminar por la arena supone un gasto energético mayor que caminar por terreno firme. A esto hay que unir una mayor solicitación de las articulaciones de nuestros miembros inferiores, que tienen que compensar los desequilibrios generados al caminar por terreno inestable”, detalla el especialista.

Categorías
Destacadas

La fotoprotección, clave en pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal

  • La radiación solar puede interferir con la medicación de estos pacientes haciéndolos fotosensibles y generando reacciones de toxicidad o inflamación

 

  • Ante esto, es importante no detener el tratamiento ya que al suspenderse pueden perder su eficacia en el control de la enfermedad o incluso provocar ‘efecto rebote’

 

  • Los especialistas del Hospital de Manises recomiendan prevenir este tipo de situaciones haciendo uso constante de la protección solar

 

La fotoprotección es una medida de prevención que los expertos nos recuerdan constantemente cuando llegan estos meses del año. No solo es importante para evitar manchas o arrugas superficiales en la piel sino también para prevenir enfermedades más severas como puede ser el cáncer de piel. Además, en pacientes con patologías crónicas con medicación, como es el caso de la enfermedad inflamatoria intestinal, la exposición solar puede interferir generando reacciones alérgicas o inflamaciones.

“Hay que tener en cuenta que el sol no interfiere directamente con la medicación que toman los pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal, pero algunos medicamentos o sus metabolitos intermedios pueden ser fotosensibles, es decir, que al interactuar con la radiación solar pueden generar reacciones de toxicidad o inflamación dando lugar a cuadros de alergia o”, explica el Dr. Alberto Alfaro, jefe del Servicio de Dermatología del Hospital de Manises.

Ante esta situación, el dermatólogo del centro hospitalario advierte de que la solución no reside en dejar de lado la medicación durante la temporada estival, ya que “detener el tratamiento pueden provocar la perdida de su eficacia en el control de la enfermedad o incluso generar ‘efecto rebote’, que significa que el paciente se pone algo peor que cuando empezó a tomar la medicación con la que tenía controlados los síntomas”. La única solución es la fotoprotección.

Por ello, el Dr. Alfaro recomienda que estos pacientes prevengan las quemaduras que el sol puede provocar en la piel aplicándose factores de protección superiores a 30 ya que a partir de este grado se bloquea aproximadamente el 92%-93% de la radiación solar que nos llega a la piel. Además, no solo hay que tener en cuenta el factor de la protección, sino que estos pacientes, al igual que el resto de las personas que pasen tiempo prologado al sol, “deben reaplicarse el filtro solar cada 2 horas ya que el sudor, el roce con las prendas de vestir y demás factores externos hacen que la protección se vaya perdiendo”, concluye.