Logo Manises departamento de salud
Preguntas Frecuentes
RSC
Contacta con el Hospital

Habla con nosotros

¿Quieres que el Hospital sea tu centro?

Deshidratación en bebés recién nacidos: Todo lo que debes saber

Deshidratación en bebés recién nacidos

Durante la temporada veraniega se dan circunstancias que pueden repercutir en los hábitos de la madre y en el bebé que todavía se alimenta de la leche materna. 

Aspectos como el calor, la humedad, los desplazamientos por viajes, la exposición al sol, una mayor sudoración o los cambios en los horarios pueden alterar estos hábitos, pudiendo sufrir consecuencias graves. 

Entendiendo esto, desde el Departamento de Salud de Manises, nuestros especialistas explican algunos de los síntomas que indican deshidratación en bebés recién nacidos e insisten en la importancia de mantener una buena hidratación de la madre y el bebé para evitar riesgos durante los días más calurosos de verano.

Asimismo, los profesionales de Manises aconsejan vigilar la exposición excesiva al sol para prevenir tanto lesiones en la piel como efectos en la salud del bebé. “Se debe evitar la exposición durante las horas de más calor del día y si es imprescindible salir a esas horas, se debe usar protección como gorros o sombrillas”, explican.

Deshidratación por calor: Síntomas principales 

Como sabemos, la deshidratación por calor es un trastorno que ocurre cuando el cuerpo pierde más líquidos de los que ingiere o retiene debido a una exposición prolongada a altas temperaturas y condiciones de calor extremo. 

Como es evidente, la deshidratación por calor es un problema grave que puede afectar a personas de todas las edades y niveles de actividad física, siendo especialmente preocupante en bebés y niños. 

Entre las señales que indican deshidratación en los menores se encuentran :

  • Hipoactividad o irritabilidad del bebé.
  • Tener la boca seca.
  • Sensación de sequedad en piel y mucosas.
  • Disminución de cantidad de orina: de color más intenso y olor más fuerte. 
  • Tener febrícula: temperatura mayor de 37ºC.

Por otro lado, los síntomas de una buena hidratación son:

  • Buen estado de humor del bebé: contento y activo.
  • Tener la boca húmeda.
  • Orinar con frecuencia y de color claro.
  • Hacer deposiciones con cierta frecuencia, incluso con cada toma o varias veces por toma.

“Los casos más severos de deshidratación pueden presentar daños irreparables”, según explican los expertos del Departamento de Salud de Manises. Por ello, los padres, y en general los cuidadores del bebé, han de prestar atención a los signos que nos indican que está bien o mal hidratado y actuar en consecuencia y de forma rápida en caso de deshidratación.

Qué hacer en caso de deshidratación por calor en bebés

La deshidratación por calor en bebés es una situación seria y debe tratarse con la máxima agilidad y cuidado. Los bebés son más vulnerables a la deshidratación debido a que su sistema de regulación de temperatura no está completamente desarrollado y su capacidad para comunicar su incomodidad es limitada.

Algunas de las consideraciones a tener en en cuenta en caso de deshidratación por calor en bebés son: 

  • Buscar sombra y enfriamiento lejos de la exposición al sol 
  • Vigilar los signos de deshidratación localizados en la sequedad de la boca, pocos pañales mojados, piel seca y enrojecida… 
  • Usar ropa ligera 
  • Refrescar la piel con paños húmedos 
  • No administrar medicamentos sin indicación médica
  • Acudir inmediatamente a un pediatra de urgencias 

Recuerda que la prevención es fundamental. En días calurosos, es crucial mantener a los bebés hidratados y evitar la exposición prolongada al sol. 

Deshidratación en bebés: consecuencias

Por otro lado, la deshidratación en bebés puede tener consecuencias graves y potencialmente peligrosas para su salud y bienestar.

Como hemos visto, algunos de los indicadores claves son la irritabilidad, la disminución de la producción de orina, la falta de lágrimas, una respiración rápida y superficial, la aceleración del pulso, o una temperatura corporal elevada.

La deshidratación puede poner en peligro la vida de un bebé si no se trata adecuadamente. Por ello, es fundamental buscar atención médica de emergencia si se sospecha que un bebé está deshidratado o si muestra signos de deshidratación severa. La prevención es clave para evitar estas consecuencias, asegurándose de que el bebé esté adecuadamente hidratado, especialmente en climas calurosos, y respondiendo rápidamente ante cualquier señal de deshidratación. 

Lactancia materna en verano

Respecto a las buenas praxis de la lactancia materna en verano, es importante que la madre que da leche a su hijo se mantenga hidratada de forma frecuente a la vez que mantenga una alimentación rica en gran variedad de productos frescos y saludables.

La lactancia materna suele aumentar las dosis en la temporada estival debido a que los bebés aumentan su demanda para compensar la pérdida de líquidos. Entendiendo esto, es importante prestar atención al bebé para ofrecerle el pecho frecuentemente y amamantarlo a demanda.  

Para llevar a cabo la lactancia materna en los meses veraniegos, es aconsejable buscar lugares y realizar posturas cómodas. Desde el Departamento de Salud de Manises recomiendan dar el pecho en la sombra y en lugares frescos, así como evitar el contacto directo del ventilador y el aire acondicionado. Entre las posturas que aconsejan se encuentra el “balón de rugby” y recostarse con el bebé de lado con la finalidad de que no haya un encuentro cuerpo a cuerpo. 

Además, se debe guardar adecuadamente la leche materna si no se va a utilizar para que no pierda sus atributos ni se eche a perder. Esto puede conseguirse refrigerándola o congelándola según las horas que pasen entre su extracción y la toma de leche.