Los pacientes con EPOC tienen mermada su calidad de vida debido a que la dificultad para respirar hace que algunas actividades sean más complicadas de realizar, como por ejemplo comer de manera adecuada. Si este es su caso, desde nuestro hospital le damos una serie de recomendaciones nutricionales que le pueden ayudar a mejorar su calidad de vida. La alimentación para pacientes con EPOC puede parecer complicada, pero estos consejos pueden ayudarle a llevar una dieta saludable.
Claves dietéticas para pacientes con EPOC
- Es bueno hacer comidas ligeras, poco abundantes y repartirlas en entre cuatro y seis tomas al día.
- Tome líquidos en abundancia para mantener las vías respiratorias limpias o con moco menos espeso. Lo ideal es tomar entre 1,5-2 litros de agua al día siempre y cuando no retenga líquidos y se le hinchen los tobillos, en cuyo caso deberá reducir la cantidad a la que le recomiende su médico. Es importante estar hidratado de forma segura y siguiendo las recomendaciones de su especialista.
- Para prevenir el estreñimiento debe seguir una dieta rica en fruta (3-4 raciones al día), verdura y pescado (2-3 raciones por semana, de las que 2 sean preferiblemente pescado azul). También es bueno aumentar el consumo de cereales integrales.
- Evite los fritos. Puede optar por cocinar los alimentos al vapor, hervidos o a la plancha.
- Es recomendable comer despacio y sentado.
- Si al comer tiene problemas de disnea, es mejor que lleve una dieta blanda, que sea fácil de masticar y que tenga una textura suave.
- Si su médico le ha prescrito oxígeno, póngaselo antes y después de las comidas. Recuerde que al comer necesita energía que a su vez eleva la demanda de oxígeno.
- Para evitar los gases, es mejor reducir o evitar la ingesta de alimentos flatulentos, como las coles de Bruselas, algunas legumbres, la cebolla y bebidas con gas. Los gases pueden provocarle disnea.
- Un grupo de alimentos que no está recomendado en los pacientes con EPOC es el de las carnes curadas, como chorizo, salchichón y demás embutidos, ya que pueden aumentar la inflamación de los tejidos, lo que afecta a la función pulmonar.
