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ASEO DEL BEBÉ

El nacimiento de un bebé, sobre todo si es el primer hijo, supone, además de una inmensa alegría para la familia, un gran cambio en la rutina familiar habitual. Es muy importante que las tareas sean asumidas de manera conjunta y que tanto la madre como el padre se esfuercen en aprender prácticas nuevas que, muchas veces, no habían realizado hasta entonces. El aseo del bebé es uno de estos actos.

En la actualidad, disponemos de muchísimos productos para proporcionar al bebé los mejores cuidados. Pero esta amplia oferta nos puede hacer dudar sobre qué aspectos son verdaderamente importantes. Además, es muy posible que nos surjan dudas: ¿a qué hora es mejor bañarlo? ¿qué productos utilizar? ¿en qué partes del cuerpo hay que tener un especial cuidado?

Voy a ir aclarándolas, basándome en las preguntas que nos hacéis los papás a los pediatras cuando acudimos a visitar a vuestros bebés en las maternidades.

 

El baño

¿A qué hora y con qué frecuencia debemos bañarlo?

El baño debe ser un momento placentero para el niño, por lo que la hora de hacerlo no es rígida, debe ser la que mejor se adapte a las necesidades de la familia. Hay niños a los que el baño los despierta y vuelve más activos, por lo que será más aconsejable bañarlos por la mañana. A otros, en cambio, el contacto con el agua les ayuda a conciliar el sueño, por lo que será mejor asearlos hacia la tarde-noche. Lo que sí que conviene es que suela hacerse a la misma hora, es decir, que haya una rutina. Los primeros días no es necesario que se realice a diario. Eso sí, siempre se aconseja hacerlo antes de las tomas.

La temperatura de la habitación del baño debe estar entre 22 y 25 grados.

La bañera debe ser lo más cómoda posible y elevada, para que el padre o la madre no se tengan que agachar. Son muy útiles aquellas a las que se pueda poner el cambiador encima para poder secarlo y vestirlo fácilmente. Es importante tener lo que se necesita para el baño a mano, ya que nunca se debe dejar a un niño sólo en el cambiador o la bañera ni dos segundos, pues se pueden producir ahogamientos o caídas desde el cambiador.

¿A qué temperatura debe estar el agua?

Si utilizamos un termómetro de baño, el agua debe estar a 36 grados. En caso de no disponer de él, debemos probar antes metiendo nuestro codo. Nunca introducir a un niño en una bañera sin haber probado antes nosotros el agua, ya que existe el peligro de escaldaduras en la piel.

¿Qué jabones utilizamos?

Hay que elegir un jabón especial para bebés, que tiene el pH neutro para evitar irritaciones, y una esponja suave, preferiblemente natural.

¿Alguna recomendación al secarlo?

Utilizar un albornoz con capucha o una toalla grande que le cubra también la cabeza, ya que el recién nacido pierde calor por la cabeza. Atención también a que no se queden humedades en los pliegues como ingles y axilas. No se deben usar bastoncillos para secar las orejas o nariz. Es preferible hacerlo solo por fuera, en el pabellón auricular, sin hurgar, con un pañuelo o una espongita blanda.

La nariz sólo se limpia si tiene mocos. Muchas veces es muy beneficioso y suficiente el vapor de agua que se respira durante el acto del baño. Otras veces es necesario utilizar una jeringa con una pequeña cantidad de suero fisiológico (0,5 mililitros) en cada fosa nasal o algún preparado comercial de agua de mar, que indicará el pediatra. No es aconsejable aspirar mocos de forma rutinaria.

¿Hay que poner crema después del baño?

Si la piel no está seca, no es obligado, aunque es una experiencia agradable para el niño si la calentamos con nuestras manos y se la ponemos mediante un masaje. Se puede utilizar si la piel está muy seca el aceite de almendras. También para el día a día, podemos ponerle una crema hidratante que no tenga apenas olor.

 

Cambios de pañal

¿Es mejor utilizar toallitas húmedas o esponja?

A la hora de cambiar el pañal es preferible optar por utilizar la esponja con agua y jabón frente a las toallitas húmedas que, aunque muy cómodas, son más irritantes, y reservar estas para cuando salgáis de casa. La esponja debe ser dedicada sólo a lavar esta zona y debe lavarse bien antes y después de su uso. Recordad que el aseo es diferente según el sexo del bebé: si es una niña, se lavarán los genitales de delante hacia atrás, ya que de lo contrario, se pueden arrastrar gérmenes desde la zona del ano hacia la vulva o vagina, con el consiguiente riesgo de infección. Con los niños se empezará desde los muslos hacia el pene, incluyendo los testículos.

 ¿Hay que poner crema en los genitales?

Para prevenir irritaciones del área genital, además de cambios frecuentes de pañal, es útil aplicar una o dos veces al día una pasta al agua, ya que se logra que se forme una capa que protege los genitales del bebé de la irritación por sustancias que contienen la orina y las heces. Sin embargo, no se recomienda la utilización de polvos de talco.

¿Se pueden cortar las uñas?

Un aspecto que suele provocar preocupación en los padres primerizos es el momento de cortarle las uñas por primera vez.

Clásicamente se ha dicho que no se podían cortar las uñas hasta el mes de vida. Esto es porque al principio no es fácil distinguir el dedo de la uña y hay peligro de cortes. Si se distingue claramente y las uñas son largas se puede hacer desde el primer día. El mejor momento para hacerlo es tras el baño ya que están un poco más blandas.

En caso de esperar a cortarlas, para evitar que el niño se arañe, se pueden limar o cubrirlas con unos guantes. Se deben utilizar tijeras especiales para bebés, de puntas redondeadas. Suele ser necesario hacerlo aproximadamente cada 10 días, pues las uñas crecen muy rápido. La uñas de la maño se cortarán redonditas y las del pie rectas.

El cordón umbilical

El cordón umbilical ha sido la vía de unión entre el bebé y la madre durante todo el embarazo. Tras el parto, se debe tener un especial cuidado hasta que se caiga, lo que ocurre entre el día 7 y 21 de vida. Para su limpieza, aplicaremos con una gasa alcohol de 70º dos o tres veces al día. Mientras tiene el cordón se puede bañar al bebé, teniendo la precaución de no tenerlo mucho tiempo sumergido y secándolo minuciosamente después.

A veces tras la caída del cordón umbilical, se produce una pequeña mancha por sangrado que no debe alarmar, ya que cede de manera espontánea. Por otro lado, en caso de que se aprecie enrojecimiento de la piel de alrededor, salida de secreción o mal olor, debe consultarse con el pediatra, pues puede que haya una infección que se deba tratar.

 

Espero que os hayan sido útiles estos consejos y recordad que ante cualquier duda debéis dirigiros a vuestro pediatra o enfermera pediátrica quienes seguro que os ayudan mucho.

Doctora Inés Costa

Dra. Inés Costa
Jefa de Servicio de Pediatría
Hospital de Manises