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Consejos para conservar la leche materna en verano

pediatría en blog del hospital de manises

Cuando se inicia la introducción de la alimentación complementaria, la lactancia materna sigue siendo inicialmente la fuente principal de nutrientes, energía y agua para el bebé, de ahí el nombre de complementaria. En estas circunstancias te preguntarás si tienes que darle agua a tu bebé. Nuestra especialista del Servicio de Pediatría, de la Unidad Neonatal y de Cuidados Intermedios Pediátricos de nuestro hospital, la Dra. Blanca Garrido García, recomienda que si se sigue amamantando a demanda, probablemente las necesidades de agua del bebé estén cubiertas, pero sí que recomienda ofrecer, sin forzar, agua tras las tomas de alimentos diferentes al pecho.

Si quieres conservar tu leche, tienes que tener en cuenta que la leche es un alimento y hay que manejarlo como tal. “Aunque la leche materna extraída puede conservarse a temperatura ambiente, sin calor extremo, durante 2-4 horas, lo recomendable es refrigerarla si no se va a usar en la hora siguiente a su extracción”, detalla nuestra pediatra, quien añade que “la leche materna extraída puede mantenerse varios días en nevera, pero generalmente es recomendable congelarla si no se va a usar en unas 24-48 horas aproximadamente”. 

Porque la leche materna puede congelarse, eligiendo envases de uso alimentario aptos para ese uso. Se aconseja congelarla en envases pequeños (máximo 120-150 ml) para poder descongelar de forma gradual, según se necesite para cada toma, evitando desperdiciar la que sobra.

Una vez que la leche se ha descongelado, se aconseja descongelarla pasándola a la parte de refrigeración de la nevera, se debe desechar si no se usa en un margen de tiempo de unas dos horas aproximadamente.

Cómo evitar las mastitis

Una de las preocupaciones más frecuentes de la madre lactante son las mastitis. Tal y como explica la Dra. Blanca Garrido García, la mejor forma de evitar las mastitis es procurar un vaciamiento adecuado del pecho y un buen agarre del bebé al mismo que evite la aparición de grietas en el pezón.

En caso de que la madre note alguna zona del pecho en la que parece que la leche no se ha vaciado, a veces se notan como “bultos”, sin fiebre ni malestar sugestivo de mastitis, es útil realizar masajes y calor local antes de la toma. “También es muy eficaz colocar al bebé en alguna postura para amamantar de forma que su barbilla se dirija hacia la zona en la que se nota la obstrucción”, puntualiza la experta.