MI HIJO TIENE UN SOPLO
Un soplo es un ruido adicional que hace la sangre al pasar por el corazón. En la mayoría de las ocasiones, este sonido es resultado de un flujo sanguíneo normal a través de un corazón normal, por lo que se le conoce como soplo inocente o funcional. Sólo en un pequeño porcentaje de los casos existirá patología cardíaca (1-2%).
Los soplos inocentes son muy frecuentes, más de la mitad de los niños presentará uno a lo largo de su infancia, con una incidencia máxima entre los 5-6 años. La mayoría desaparecen por sí solos a medida que el niño se hace mayor.
Los soplos se diagnostican auscultando al niño, por lo que es fundamental que el niño esté tranquilo mientras lo valoramos porque hay soplos que se oyen muy poco. Por este motivo, no es infrecuente apreciar un soplo en una revisión rutinaria (sin que previamente hubiese sido auscultado) o en una consulta urgente (dado que los estados febriles aumentan la frecuencia cardíaca ocasionando turbulencias audibles “Soplo Funcional”).
El pediatra con la clínica y la exploración pueden diferenciar los soplos inocentes o funcionales de los soplos que pueden suponer una cardiopatía. Ante dudas o sospecha derivará al niño a Cardiología Infantil.
En la consulta especializada, un pediatra, con formación en cardiología infantil, realizará una valoración clínica y una ecocardiografía (técnica indolora y sin radiación) para descartar patología cardíaca. Si el estudio es normal, el niño no precisará de más estudios ni controles, será remitido para control por su Pediatra sin tratamiento ni restricción de actividad física, dado que el corazón es normal.
