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El humo del tabaco pasivo empieza a ser dañino antes de nacer

tabaquismo pasivo

La exposición al tabaco es especialmente nociva para los niños, incluso en el caso de los cigarrillos electrónicos.

¿Qué es el tabaquismo pasivo?

El tabaquismo pasivo es la exposición al humo del tabaco por parte de personas no fumadoras. Los efectos del tabaquismo pasivo son especialmente importantes en los niños, cuya vía respiratoria está en plena fase de desarrollo.  “El humo producido por la combustión del tabaco contiene más de 4.000 sustancias químicas, algunas (benceno, cadmio, plomo, polonio 210, 2-naftilamina, 4-aminobifenol, formaldehído, diversas N-nitrosaminas, benzoantraceno, benzopireno, monóxido de carbono y nicotina) tienen un probado efecto cancerígeno y tóxico sobre los aparatos cardiovascular, respiratorio y reproductor”, detalla la Dra. Mª Teresa Romero Rubio, del Servicio de Pediatría de nuestro hospital.

¿Cómo afecta el humo del tabaco a los niños?

Desde el periodo fetal hasta el tercer año de vida es la etapa con mayor riesgo de exposición al tabaquismo pasivo. Se unen varios factores, como son la inmadurez del aparato respiratorio y el mayor tiempo que pasan los niños en casa expuestos al ambiente de tabaco.  Asimismo, el tabaquismo activo materno durante la gestación produce una importante morbimortalidad infantil. Las patologías asociadas incluyen alteraciones del crecimiento fetal, de la capacidad cognitivo-conductual y del desarrollo pulmonar, así como un aumento de los abortos espontáneos. Durante la gestación, el tabaco favorece una disminución del riego sanguíneo en la placenta, produciendo una restricción del crecimiento fetal. “Está demostrado que los niños hijos de madres fumadoras tienen el calibre de las vías respiratorias más pequeño que el de las madres no fumadoras, y es una de las causas más conocidas de niños con bajo peso al nacimiento”, apunta nuestra pediatra.

Durante la infancia  y primeros años de vida, las consecuencias del tabaquismo pasivo se relacionan con  el síndrome de muerte súbita infantil, infecciones respiratorias de repetición, peor evolución de bronquiolitis,  otitis media, prevalencia de asma y aumento de las exacerbaciones asmáticas y fibrosis quística. Por su parte, durante  la adolescencia se asocia a un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular y cáncer en la infancia y en la edad adulta.

La Dra. Mª Teresa Romero recuerda que pese a la creencia popular de que los cigarrillos electrónicos son menos peligrosos que el tabaco clásico, “diversos estudios han mostrado que no es así. En Estados Unidos se ha demostrado como los niños expuestos a fumadores de cigarros electrónicos o vapeadores pasivos tienen tasas de nicotina similares a las de los fumadores pasivos tradicionales. Y es que la  nicotina líquida contenida en los cigarros electrónicos está más concentrada que en el tabaco en combustión y produce los mismos o mayores efectos que la del tabaco convencional. Además, es absorbida más fácilmente por el organismo, afectando al sistema circulatorio, nervioso y gastrointestinal”.

Según la especialista, no existen mecanismos que contrarresten el efecto nocivo del tabaquismo pasivo en la infancia. La mejor prevención de todas sus consecuencias es no fumar.

Educación

“Dentro de las medidas de educación sanitaria que se explican a los padres en los controles de salud del niño, una de las prioridades es tener tolerancia cero al tabaco. Hay que explicar en cada visita la importancia de no fumar delante del niño y de los efectos nocivos para la salud que esto conlleva, y tener especial atención con los adolescentes, entre los que el inicio del tabaco tiene un componente social”, insiste nuestra pediatra, quien añade que hay que reforzar la idea de que no se debe fumar no sólo en casa, sino en otros espacios cerrados que se compartan con el niño, como por ejemplo el interior de los coches. La mejor prevención es hacer una buena educación sanitaria: fumar es quemar el dinero y también la salud, no sólo de los que fuman, sino también de los que de forma involuntaria están expuestos.