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Especialistas de Manises advierten que los síntomas del “golpe de calor” pueden pasar desapercibidos

El dolor de cabeza, la fatiga o los mareos en su fase inicial se pueden confundir con otras patologías leves

 Niños, ancianos, embarazadas o enfermos crónicos son los colectivos más vulnerables

 La mejor forma de evitar esta patología es tratar de prevenirlo con una buena hidratación a base de agua, evitando comidas copiosas y el ejercicio físico

 

 Manises, 29 de julio de 2019. Las temperaturas altas de estas fechas, la exposición directa al sol o la excesiva humedad son condicionantes propicios para que los centros de salud reciban a muchas personas aquejadas de insolaciones, deshidratación o golpes de calor. Estos últimos, alertan los especialistas del Departamento de Salud de Manises, presentan una sintomatología que, en ocasiones, puede confundirse con patologías leves. En su fase inicial, los síntomas más habituales son el dolor de cabeza, mareos, fatiga o somnolencia.

“Estos síntomas son comunes y pueden generar confusión, por eso es importante estar alerta y vigilante para controlar la evolución y consultar, en caso de que sea necesario a un especialista”, señala Lara González, médica de familia del centro de salud de Manises. Así, los expertos señalan que también es frecuente el dolor abdominal, sudoración importante, piel seca o calambres. También puede elevarse la temperatura corporal (en 10-15 minutos puede subir hasta los 41º), convulsiones o alteración de la conciencia. “En estos casos, es fundamental actuar a tiempo y acudir al Hospital, ya que el golpe de calor es una situación grave en la que se producen fallos en diferentes órganos”, apunta la doctora González.

En su gran mayoría las personas más vulnerables de sufrirlo son niños menores de cinco años y personas mayores de 65, así como mujeres gestantes y enfermos crónicos. “El golpe de calor puede ser especialmente peligroso en las personas mayores y frágiles, en los niños, especialmente hasta los cuatro años, y en los dependientes porque los mecanismos de compensación no son iguales que los de una persona que no tiene ninguna enfermedad”, señala Lara González. Algunos medicamentos pueden interferir en los mecanismos de regulación del cuerpo, por eso, los médicos tienen que advertir a los pacientes de los riesgos de estos medicamentos como pueden ser antihistamínicos, diuréticos, betabloqueantes o algunos estimulantes.

Prevenir y actuar

“Lo más importante de un golpe de calor es tratar de prevenirlo, pero en el caso que suceda hay que enfriar al afectado intentado bajar la temperatura corporal con agua fría o hielo mientras se espera la llegada de los servicios médicos. Si la persona está consciente se puede ofrecer beber agua”, explica la doctora González.

Desde el Servicio de Urgencias del Hospital de Manises se aconseja “beber mucha agua y líquidos sin alcohol ni cafeína, sobre todo para los colectivos vulnerables, comer abundantes frutas y evitar comidas muy pesadas y copiosas. Si tiene que realizarse actividades al aire libre, es conveniente usar ropa ligera de algodón de color claro, evitar actividades físicamente extenuantes, usar protección solar y sombrero o gorro para proteger la cabeza, y permanecer en lugares frescos y ventilados. También es recomendable tomar duchas con agua templada para que no haya mucho contraste de la temperatura”.