Hay que tener claro que la fiebre no es una enfermedad, sino un síntoma de otras enfermedades. La causa más frecuente de fiebre son las infecciones, habitualmente víricas y, menos veces, bacterianas. Otras causas son las enfermedades inmunológicas y reumatológicas, pero son muy raras en niños.
El Dr. Juan Carlos Jurado, del Servicio de Pediatría del Hospital de Manises, explica que la fiebre es un mecanismo que tiene el organismo para luchar contra las infecciones, una defensa benigna del cuerpo. “La fiebre por sí misma no causa daño cerebral, ni ceguera, ni sordera, ni muerte. Ante un niño con fiebre, lo más importante es saber cuál es la causa por la que mi hijo tiene fiebre y estar pendiente de aquellos síntomas de alarma para consultar al pediatra”.
Qué hacer cuándo mi hijo tiene fiebre
La fiebre es el aumento de la temperatura del cuerpo, definida como temperatura rectal mayor de 38ºC o axilar mayor de 37,5ºC. Lo mejor es tomar la temperatura rectal con un termómetro digital en los niños menores de 2 años y la axilar en los niños mayores de 2 años.
Nuestro pediatra aclara que no es necesario tratar la fiebre e intentar bajarla hasta la temperatura habitual, dado que es un mecanismo de defensa benigno. “Solo hay que usar medicamentos para la fiebre si hay malestar intenso o dolor. Al niño con fiebre que está contento y continúa jugando, no hay que darle nada para la fiebre”.
Los antitérmicos que más se utilizan son el paracetamol y el ibuprofeno (este último en mayores de 3-6 meses). Sus dosis se calculan según el peso del niño, no según la edad. No es aconsejable alternar o combinar ambos medicamentos. El paracetamol se puede administrar cada 4 o 6 horas y el ibuprofeno cada 6 u 8 horas.
Otra de las cosas que se suele hacer y que desaconseja el Dr. Jurado es el uso de paños húmedos, friegas de alcohol, duchas o baños para bajar la fiebre, y tampoco recomienda cubrir ni desabrigar demasiado al niño con fiebre.
Síntomas que pueden aparecer cuando mi hijo tiene fiebre
Durante la fiebre, o previamente a la misma, puede aparecer:
- Mucosidad nasal.
- Tos.
- Vómitos.
- Diarreas.
- Manchas en la piel.
- Aumento del tamaño de los ganglios.
- Convulsiones.
“La convulsión febril ocurre en el 3%-4% de niños entre los 6 meses y los 5 años, y tratar la fiebre no previene estas convulsiones. No se sabe por qué unos niños las tienen y otros no. Las convulsiones febriles no suelen durar más allá de unos minutos y aunque resultan alarmantes, el niño se recupera y no habrá ninguna repercusión. Lo importante es mantener la calma, evitar que se golpee con algún objeto, por lo que lo mejor es colocarlo tumbado de lado en un sitio seguro, y esperar a que pare. No hay que introducir la mano en la boca”.
Cuándo acudir al pediatra
A la hora de saber si hay que ir al pediatra cuando mi hijo tiene fiebre, nuestro especialista ofrece unas recomendaciones sobre los signos de empeoramiento:
- Siempre hay que consultar urgentemente si tiene fiebre un niño menor de tres meses de edad.
- Manchitas en la piel, de color rojo oscuro o morado, que no desaparecen al estirar la piel de alrededor.
- Decaimiento, irritabilidad o llanto excesivo difícil de calmar.
- Rigidez de cuello.
- Convulsión o pérdida de conocimiento.
- Dificultad para respirar. Para saberlo, hay que ver si marca las costillas y hunde el esternón, se oyen como silbidos cuando respira, respiración muy rápida, agitada…
- Vómitos y/o diarrea persistentes o muy abundantes que causen deshidratación, con la lengua seca, ausencia de saliva, ojos hundidos.
- Si no orina o la orina es escasa.
El Dr. Jurado comenta que es muy típico que madres y padres pidan siempre un antibiótico cuando mi hijo tiene fiebre para curar la fiebre. Incluso algunos llegan a comprarlos por su cuenta. “Los antibióticos solo son efectivos cuando la causa de la fiebre es una infección bacteriana probada y puede que dicha infección sea tan grave que precise tratamiento antibiótico intravenoso; por tanto, siempre debe de ser valorado por un pediatra”.
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