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La enfermedad inflamatoria intestinal

CONCEPTOS GENERALES

La enfermedad inflamatoria crónica intestinal (EICI) agrupa una serie de trastornos de causa desconocida, asociados a una respuesta inmune desmesurada que produce lesiones de profundidad y extensión variable en el intestino. Actualmente se acepta que la interacción entre genes, sistema inmune, microbiota intestinal (bacterias) y ambiente son el punto en torno al que gira la fisiopatología de la EII. Son enfermedades de curso crónico, no tienen tendencia a la curación y se caracterizan por presentar una evolución difícil de predecir, en la que alternan periodos de mayor y menor intensidad sintomática, su tratamiento no es específico y el pronóstico está condicionado por la cronicidad.  Cuando hablamos de la enfermedad inflamatoria crónica intestinal, nos referimos por lo general a la colitis ulcerosa (CU), la enfermedad de Crohn (EC) y la colitis pendiente de clasificar o indeterminada (CI).

La Colitis Ulcerosa es un proceso inflamatorio del colon caracterizado por inflamación continua de la mucosa que afecta el recto y en continuidad al resto del colon con variabilidad en la extensión, con un curso intermitente (recidivante –remitente).

La Enfermedad de Crohn se caracteriza por ser transmural, lo que implica la posibilidad de desarrollar complicaciones como estenosis, fístulas y abscesos. Las lesiones suelen ser parcheadas. y puede, por definición, afectar a cualquier tramo del tracto gastrointestinal, desee la boca al ano.

La Colitis pendiente de clasificar o indeterminada hace referencia a la minoría de casos en los que no es posible establecer un diagnóstico definitivo de CU, EC u otra causa de colitis. Cuando los patólogos no pueden establecer un diagnóstico definitivo con la pieza de colectomía al haber características histopatológicas superponibles entre CU y EC hablamos de colitis indeterminada. Ambas entidades suponen el 10% de los casos de EICI.

DISTRIBUCIÓN DE LA ENFERMEDAD

Colitis ulcerosa

Actualmente se considera que la clasificación de Montreal  es la que mejor define la distribución de la enfermedad y por lo tanto es la que hay que utilizar.  Fig 1.

Se usa para describir la máxima extensión de la enfermedad descrita con la colonoscopia. Así se definen tres patrones diferentes denominados con la letra E (extensión): E1, proctitis,  cuando la enfermedad se limita al recto (30 cm distales) y que asocia en extensión la afectación del sigma en continuidad (proctosigmoiditis) suponiendo  el 30-40%  de las  localizaciones; E2, colitis izquierda, la lesión se extiende hasta el ángulo esplénico (30-35%) siendo sinónimo de colitis distal; y, E3, colitis extensa, la lesión  puede afectar hasta el ángulo hepático o a todo el colon (pancolitis) siendo el 25% de las formas de CU.

Aunque la edad no se incluye en la clasificación de Montreal de la CU hay evidencias que sugieren que la edad de inicio de la enfermedad (< 16 años) se asocia con curso evolutivo inicial más agresivo mientras que en los pacientes con edad >40 años el curso es menos agresivo y la necesidad de colectomía (quitar el colon)  menor. Estos aspectos si que se  tienen en consideración en la clasificación de Montreal para edad pediátrica.

En la clasificación de Montreal para CU se ha incluido la gravedad (severity, S) definiendo como S0 la situación clínica de inactividad, y como S1, S2 y S3  la actividad leve, moderada y grave , respectivamente. Esta clasificación se realiza en función del número de deposiciones diarias (con/sin sangre) y de los signos de afectación sistémica (frecuencia cardiaca, temperatura, hemoglobina y VSG).

En cuanto a la historia natural de la CU, con un seguimiento de 10 años tras el diagnóstico, el 50% de los pacientes se van a mantener en remisión clínica, un 40% de pacientes van a presentar un curso con brotes de actividad de forma intermitente, y un 10% de los casos van a presentar actividad crónica de forma continua (11). Fig 2.

Enfermedad de Crohn

La clasificación de Montreal de 2005 como la standard a utilizar para establecer los diferentes subtipos de enfermedad de Crohn. Describe la edad al diagnóstico (Age) (< 16 años [A1]; entre 17 y 40 años [A2]; > 40 años [A3]); la localización de la enfermedad ( L1: ileal; L2:colon; L3:ileocólica; L4: tracto digestivo superior); la conducta evolutiva (behaviour) en cualquier momento durante el curso de la enfermedad ( B1: inflamatoria o no estenosante-no penetrante; B2: estenosante; B3: penetrante).  La aparición de fístula perianales y abscesos en cualquier momento de la evolución de la EC se considera como factor modificador de la enfermedad y se expresa añadiendo una “p” a la conducta evolutiva.

Mientras que la localización suele mantenerse estable durante el curso de la enfermedad no ocurre lo mismo con la conducta evolutiva. Así, al diagnóstico, el 80% de los pacientes con EC presenta un fenotipo no complicado (inflamatorio). Sin embargo, esta proporción se invierte significativamente con el paso de los años. A los 20 años del diagnóstico, un 56% de los pacientes habrá desarrollado complicaciones penetrantes (fistulizantes) y un 30% habrá desarrollado estenosis (estrechez del intestino). Por lo tanto, la historia natural de la EC sugiere que casi el 90% de los pacientes habrán cambiado su fenotipo a lo largo del tiempo. Fig 3. Uno de los objetivos del tratamiento médico en la actualidad es intentar cambiar este curso evolutivo para prevenir las complicaciones (estenosis, fístulas).

Considerando a la enfermedad de Crohn como un proceso dinámico, cambiante en el tiempo, con una naturaleza destructiva progresiva que se asocia a daño estructural se precisa de sistemas de clasificación alternativos que permitan evaluar y predecir estos cambios. En este sentido el ”Score de daño de  Lemman” , validado prospectivamente, permite de forma longitudinal en el tiempo estimar / cuantificar el daño intestinal acumulado lo que permitirá establecer pautas de tratamiento eficaces al diagnóstico con el objetivo de prevenir complicaciones que deriven en cirugía. Como veremos esto ha   llevado a la definición de un nuevo concepto que marca una ventana de oportunidad en el tratamiento de la EC, el “early Crohn” y que hace referencia a los pacientes con un tiempo de diagnóstico de enfermedad de Crohn de < 18 meses y que no han recibido tratamientos modificadores del curso de la enfermedad (inmunoduladores / biológicos).

Surge así la necesidad de estratificar a los pacientes por el riesgo y solo aquéllos con predisposición a una enfermedad grave o complicada deberían de ser evaluados para inicio de tratamiento intensivo precoz. Aunque no hay una definición uniforme para “enfermedad de curso grave o complicado” se ha sugerido que la edad joven al diagnóstico (<40 años), y/o presencia de lesiones perianales y/o enfermedad de localización ileocólica junto con la necesidad de tratamiento con corticoides del primer brote se asocia a una mayor riesgo de enfermedad de curso complicado dentro de los 5 primeros años tras el diagnóstico, estableciéndose que cuando dos o más de estos factores están presentes debería considerarse el iniciar tratamiento  con inmunomoduladores y/o agentes biológicos. Sin embargo, el valor predictivo real de estos factores sobre la gravedad del curso evolutivo de la enfermedad es difícil de precisar.

TERMINOLOGÍA

Es importante unificar la terminología al hablar de la EICI, pues el momento evolutivo en que se encuentre un determinado paciente va a dictar en buena parte la aproximación diagnóstica y terapéutica. Las siguientes definiciones son aplicables de forma general a cualquiera de las dos entidades:

Brote: periodo en el que un paciente con EICI padece síntomas y signos dependientes de la reactivación de su enfermedad.

Gravedad (severity): intensidad del brote, que determina con frecuencia los síntomas del paciente y cuya valoración se hará mediante índices clínicos de gravedad.

Remisión: disminución (denominada remisión parcial o, en ensayos clínicos, respuesta) o desaparición (remisión completa) de los síntomas y signos de la enfermedad.

Enfermedad quiescente: aplicado a veces a la remisión prolongada, especialmente en el caso de la CU.

Curación mucosa: situación en la que, además de no existir actividad clínica, se constata desaparición de las lesiones intestinales mediante endoscopia.

Curación histológica (sobre todo en la colitis ulcerosa): desaparición de las lesiones histológicas que indican actividad de la enfermedad, pudiendo persistir ciertas lesiones crónicas.

Recidiva: reaparición de sintomatología después de un periodo de quiescencia o inactividad de la enfermedad.

En el caso de la colitis ulcerosa se considera que la rectorragia (sangre por el ano) es componente esencial de la recidiva aunque su combinación con el aumento de las deposiciones y la presencia de alteraciones mucosas en la sigmoidoscopia (endoscopia de la parte distal del colon)  serían los criterios necesarios para establecer la misma. Se considera que la recidiva es precoz cuando se produce dentro de los tres primeros meses que siguen a la obtención de la remisión. Así mismo, hay un patrón de recidiva que se considera clínicamente relevante y que se define como: infrecuente (£ 1 año), frecuente (³2 recidivas/año) o continuo (síntomas persistentes sin periodo de remisión). En un estudio poblacional danés de seguimiento de 1575 pacientes diagnosticados de CU entre 1962-2005, el comportamiento evolutivo durante los 5 primeros años que siguen al diagnóstico fue: no recidiva (indolente) en  13% , moderado (dos o más recidivas  en ese intervalo) 74% y agresivo (actividad de la enfermedad anual) en el 13% restante.

La reciente introducción de los resultados reportados por el paciente (Patient – reported outcomes, PRO) en relación con su estado de salud y/o su tratamiento como marcador de actividad clínica están cambiando la forma de medir los resultados terapéuticos; así en la enfermedad de Crohn dos de los dominios incluidos en los PRO, la desaparición del dolor abdominal y la normalización del hábito defecatorio, son el objetivo clínico a medir y definirían la remisión clínica. De manera similar a lo descrito para la CU y de forma un tanto arbitraria , se ha establecido un patrón de recidiva en la EC, pudiendo ser infrecuente (≤1 episodio/ año), frecuente ([≥2 episodios/año) o continua (persistencia de los síntomas sin ningún periodo de remisión).

Recurrencia: reaparición de la enfermedad después de una resección quirúrgica teóricamente curativa. Se suele referir a la recurrencia endoscópica (reaparición de las lesiones endoscópicas) o a la recurrencia clínica (reaparición de los síntomas). Esta definición es sobre todo aplicable a la enfermedad de Crohn. Sabemos que un paciente con EC operado, aunque esté en remisión clínica, tiene un alto riesgo de recurrencia a lo largo del seguimiento. A los 8 años después de la resección ileocólica  (localización más frecuente de la EC)  el 90% de los pacientes tendrán una recurrencia morfológica (endoscópica), el 60% recurrencia clínica y un  30% recurrencia quirúrgica. Los síntomas aparecen solo cuando las lesiones graves están presentes. De hecho, la aparición de síntomas clínicos, tras una resección completa de las lesiones macroscópicas, no son indicativos “per sé” de que se haya producido una recurrencia morfológica ya que puede deberse a otras situaciones como malabsorción de sales biliares, sobrecrecimiento bacteriano, trastornos de la motilidad, etc., por lo que es preciso confirmar de forma objetiva la presencia de lesiones inflamatorias a nivel de la anastomosis.

Corticodependencia: la definición es variable, pero señala como dependientes de corticoides a los pacientes en los que el tratamiento esteroideo no puede reducirse por debajo de los 10 mg/d de prednisona o los 3 mg /d de budesonida dentro de los 3 primeros meses de córticoterapia, o aquellos en los que la actividad de la enfermedad reaparece antes de los 3 meses de suspender los corticoides. Aunque estos límites son arbitrarios sirven de orientación en la práctica clínica y permiten establecer una uniformidad de criterio.

Corticorrefractariedad: enfermedad que se mantiene en actividad pese al tratamiento con dosis plenas de corticoides (1 mg/Kg de prednisona o 0,80 mg/Kg de  prednisolona). La duración de la administración de los corticoides antes de considerar al paciente corticorefractario dependerá de la gravedad y la patología (CU o EC).

Así, en los pacientes con brote grave de CU la respuesta a prednisona debe valorarse tras 3 días de tratamiento y sólo basta el número de deposiciones (³ 6) y los niveles de proteína C reactiva (>30 mg/l) para definir el brote grave corticorefractario.

En la EC se define la corticorefractariedad como la persistencia de la actividad de la enfermedad tras tratamiento con prednisona (1 mg/Kg/día) o prednisolona (0,8 mg/Kg/día) durante 4 semanas. En la práctica clínica y dependiendo de la gravedad del brote se ajustan los tiempos a 2 semanas.

¿Qué son las manifestaciones extraintestinales dermatológicas en la Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII)?


Las manifestaciones extraintestinales de la EII son lesiones o alteraciones que aparecen fuera del tracto gastrointestinal y que están relacionadas con la EII (enfermedad de Crohn, EC y Colitis Ulcerosa, CU). Estas lesiones afectan con mayor frecuencia a las articulaciones, los ojos y la piel.

Llamamos manifestaciones dermatológicas a las lesiones que aparecen en cualquier localización de la piel o de las mucosas (capa de tejido a modo de membrana que recubre cualquier cavidad del cuerpo que se encuentra en contacto directo con el exterior, como la mucosa oral de la boca, la mucosa genital de la vulva o vagina, etc.), por lo que reciben también el nombre de manifestaciones mucocutáneas.


Fuente: Educainflamatoria sección Dermatología.  @EntrenaEii

Dudas frecuentes en padres de niños y adolescentes con enfermedad inflamatoria intestinal

¿Por qué ha aparecido la enfermedad en nuestro hijo?

A día de hoy, la enfermedad inflamatoria intestinal se considera como de causamultifactorial; esto quiere decir que probablemente no haya una única causa responsable de la aparición de la misma. La hipótesis es que diferentes factores hasta ahora desconocidos (que podrían ser infecciosos, ambientales, farmacológicos, dietéticos…) actuarían, probablemente de manera conjunta, como desencadenantes de la enfermedad en pacientes con una cierta predisposición genética (un mayor riesgo ya determinado en la propia información genética del individuo). Por tanto, no podríamos culpar a ningún factor en concreto de la enfermedad. Nada de lo que el niño haya podido hacer (o dejar de hacer), ni nada de lo que vuestra acción como padres haya podido condicionar, ha causado en sí la enfermedad. Es importante desterrar cualquier sentimiento de culpa o responsabilidad que en algún momento pudierais tener.

¿Se hereda la enfermedad? ¿Tienen nuestros otros hijos riesgo de desarrollarla también?

Es cierto que el tener un familiar de primer grado (padre, madre, hermano, hermana) afecto de enfermedad inflamatoria intestinal aumenta la probabilidad de sufrir la misma enfermedad respecto al resto de la población. Pero pese a ello, el riesgo de que los hijos o hermanos de otros pacientes también la desarrollen sigue siendo bajo. Podríamos decir que lo que se hereda no es la enfermedad, sino la predisposición genética a sufrirla. Laherencia en la enfermedad inflamatoria intestinal no sigue el mismo patrón que otras enfermedades, en las cuales el riesgo de transmisión a los hijos es mucho mayor.

¿Cómo es posible que se tarde tanto en diagnosticar esta enfermedad?

Pese a que cada vez se diagnostican más niños y adolescentes con enfermedad inflamatoria intestinal en nuestro medio, sigue siendo una enfermedad mucho menos frecuente que otros procesos con síntomas parecidos. Es por ello que cuando en un niño aparecen diarreas, dolor abdominal o pérdida de peso (los síntomas más frecuentes en la enfermedad inflamatoria intestinal), en condiciones normales, sea más fácil pensar, como primera opción, en la existencia de otros procesos más frecuentes, fundamentalmente gastroenteritis agudas de origen vírico, bacteriano o parasitario. La presencia de sangre en las heces, que suele ser el síntoma más alarmante y más sugestivo de un proceso inflamatorio importante, no siempre aparece de forma mantenida, lo que puede enmascarar el cuadro. En algunos casos, durante el estudio inicial se aísla algún germen que puede infectar el colon de manera coincidente y que también podría causar sangre en las heces.

Muchas veces al diagnóstico de enfermedad inflamatoria intestinal se llega observando la historia clínica con perspectiva: los episodios de diarreas repetidos, acompañados o no de la emisión de sangre y de una mayor o menor afectación del estado general y que duran más de lo esperable para un proceso infeccioso, el deterioro progresivo en el peso, en la talla o en el desarrollo sexual, el cansancio mantenido, la falta de apetito prolongada, etc.; son datos que deberían hacer pensar en un proceso inflamatorio activo de tipo crónico. Y para ello se requiere valorar la evolución del paciente a lo largo del tiempo. Por eso, en las enfermedades pediátricas, siempre es bueno que el mismo pediatra de cabecera sea el que pueda evaluar la situación del niño o adolescente a lo largo de un seguimiento prolongado. Lo que puede suceder en nuestro medio es que, por nuestro estilo de vida actual o por la propia organización de la sanidad, se pierda dicha continuidad, y que los pacientes sean valorados en cada uno de los episodios por un profesional diferente, lo que impide esa visión a largo plazo del proceso. Es por ello que, según datos estadísticos, la media de demora en el diagnóstico de enfermedad inflamatoria intestinal en niños se encuentre cercana al año.

Nos han dicho que la enfermedad inflamatoria intestinal es una enfermedad crónica. ¿No se curará nunca de su enfermedad?

El tener una enfermedad crónica no debe entenderse como sinónimo de estar siempre enfermo; actualmente no disponemos de ningún tratamiento que cure definitivamente la enfermedad, pero sí que existen medicaciones que en muchos casos pueden controlar de manera efectiva los síntomas. El objetivo fundamental de todo el equipo involucrado en el cuidado del niño con enfermedad inflamatoria intestinal debe ser establecer las medidas terapéuticas necesarias para conseguir alcanzar la remisión del brote de actividad y el mantenimiento de dicha situación de estabilidad, previniendo de manera eficaz las recaídas y anticipándonos a las complicaciones de la enfermedad. En resumen, lograr que el niño lleve una vida normal y acorde a su edad, preservando su calidad de vida y su crecimiento.

¿La enfermedad es más grave en los casos de afectación más extensa?

La colitis ulcerosa se clasifica según la inflamación afecte a mayor o menor extensión del colon, tomando como referencia el ano y el recto. Aunque teóricamente una afectación completa del colon (o pancolitis) es una situación más grave, no siempre las formas más localizadas (proctosigmoiditis o colitis izquierda) se comportan de forma leve y con buena respuesta a los tratamientos. De hecho, en estas formas más distales puede que la medicación administrada por vía oral no llegue en forma activa en las cantidades adecuadas para un adecuado efecto anti-inflamatorio a ese nivel. Es por eso que en ocasiones estas formas se beneficien del efecto de preparados de administración rectal (en forma de supositorios, espumas o enemas). Por otro lado, la colitis ulcerosa en niños tiene una mayor tendencia a la extensión a lo largo del tiempo, a diferencia de la que sucede en el adulto, en el que suele ser más estable. Es por ello que ante formas distales con mala respuesta al tratamiento una de las cosas que habrá que hacer es investigar una posible extensión.

Tengo mucho miedo a los efectos adversos de la cortisona. ¿Cómo se pueden prevenir los efectos adversos de dichos fármacos? ¿Deberá llevar tratamiento durante toda su vida?

Existen diferentes tipos de tratamientos para la enfermedad inflamatoria intestinal en el niño y adolescente; en función de las características de cada paciente y de la respuesta que presente a dichos tratamientos, habrá que utilizar unas terapias u otras, desde algunas con ausencia de efectos secundarios (como es el caso de la nutrición enteral exclusiva) hasta otras con diferente grado de posibles efectos adversos, que habrá que vigilar. Teniendo en cuenta que al tratar esta enfermedad hay que poner en un plato de la balanza los posibles beneficios del tratamiento y en el otro los riesgos a asumir, la decisión de utilizar una terapia debe basarse en el principio de que los beneficios superen a los riesgos. De todas formas, siempre que usemos fármacos con posibles efectos adversos, deberemos llevar a cabo una vigilancia activa de tipo clínico y/o analítico para la detección precoz de dichas complicaciones. Los corticoides han sido durante mucho tiempo el principal tratamiento para los pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal. Afortunadamente en la actualidad disponemos de otros tipos de medicaciones que permiten tener que recurrir a dichos corticoides en momentos puntuales y siempre durante periodos cortos, por lo que sus efectos adversos (especialmente dañinos en niños en crecimiento) se minimizan de manera importante.


En lo que respecta a la necesidad de llevar tratamientos prolongados, la experiencia nos ha enseñado que la persistencia de la enfermedad activa puede comprometer el potencial de crecimiento del niño y condicionar complicaciones irreversibles. Es por ello que la actitud más comúnmente aceptada es mantener tratamientos de mantenimiento efectivos de forma continuada, al menos hasta el final del crecimiento y maduración del adolescente.

Me aterra pensar que mi hijo en alguna ocasión necesite de una operación y haya que extirparle el colon. ¿Tendrá que vivir toda su vida con una bolsa de ostomía?

Efectivamente, hay pacientes en que la inflamación del colon no se puede controlar con ninguna medicación, por lo que en ocasiones hay que recurrir a la cirugía para extirpar el segmento afectado. Como la colitis ulcerosa es una enfermedad limitada exclusivamente al colon, se considera que en caso de ser necesaria la cirugía, la técnica a realizar es la extirpación completa (o casi completa) del mismo. Aunque a priori pueda parecer una técnica muy agresiva y mutilante, la verdad es que los pacientes a los que hay que realizársela por fracaso de la medicación habitual llegan a esa situación en un estado general tan afectado como consecuencia de la enfermedad, que la cirugía supone una mejoría notable y un alivio tanto físico como mental.Podríamos considerar que una vez eliminado el órgano afectado, el paciente se cura de su enfermedad. Lo habitual es que posteriormente a la colectomía al paciente se le coloque una bolsa de ostomía por donde el intestino delgado vacía su contenido al exterior. Aunque parezca increíble, la adaptación del niño a esta nueva situación suele ser muy satisfactoria. El planteamiento final será la reconstrucción futura de la continuidad, por medio de la creación de un reservorioa partir de las asas de intestino delgado y la sutura del mismo con el ano. De cara a facilitar esta reconstrucción, que se suele realizar de manera diferida una vez que se considere oportuna en función de la adaptación del paciente a la ostomía y del crecimiento y desarrollo del niño, se deja un segmento de recto que queda cerrado en el interior de la cavidad abdominal. La mucosa que recubre este resto rectal tendrá tendencia natural a persistir inflamada y a eliminar sangre y moco por el ano, por lo que en ocasiones se beneficiará de tratamiento anti-inflamatorio tópico. Hay que tener en cuenta que la reconstrucción del tránsito ileo-anal mediante la creación de un reservorio no siempre está exenta de problemas, pudiendo en ocasiones darse una inflamación crónica del mismo que puede necesitar la instauración de nuevos tratamientos e incluso, en las formas más graves, la colocación de nuevo de una ostomía de por vida.

¿Qué dieta debe seguir? ¿Hay alimentos que pueden perjudicarle ?

No se ha demostrado que ningún alimento concreto, por sí solo, sea responsable de la aparición de un brote de actividad. Ahora bien, es fácil de entender que determinados platos o preparados más costosos de digerir puedan no sentar bien en el caso de una inflamación intestinal. En las fases de brote se recomienda instaurar una dieta suave, de fácil digestión y sin exceso de fibra, pero en los momentos de remisión (y esto es algo que a veces a los padres les cuesta entender) los niños con enfermedad inflamatoria intestinal deben llevar una dieta variada y equilibrada, sin restricciones especiales, como cualquier persona de su edad. Sólo deberán limitarse aquellos alimentos que el equipo médico del niño considere que están especialmente contraindicados por algún tipo específico de intolerancia, alergia o reacción adversa.

Cuando se encuentra mal no tiene ni fuerzas ni ganas para ir al colegio ¿Qué futuro le espera cuándo se haga mayor?

El objetivo fundamental a lo largo de su seguimiento va a ser mantener la enfermedad lo más controlada posible y eso pasa por una vigilancia cercana. Esto implica, sobre todo en las fases de recaída o brote, establecer visitas hospitalarias frecuentes y realizar las pruebas complementarias que en cada momento se consideren oportunas. Pero, aunque todo este seguimiento puede acarrear la pérdida de días de clase y la distorsión de la dinámica escolar e incluso familiar, lo más importante es que si con ello se consigue un mejor control de la enfermedad, esto repercutirá a la larga en una mejor evolución del paciente. Sólo con la enfermedad en remisión mantenida, el niño y el adolescente podrán desarrollarse, crecer y conseguir los futuros objetivos educativos y laborales. Un paciente en situación de estabilidad podrá completar sus estudios, alcanzar un título universitario e incorporarse sin problemas al mundo laboral. Es cierto que en casos de evolución complicada hay personas que se ven limitadas en su actividad, pero hay que tener en cuenta que por cada paciente con enfermedad inflamatoria intestinal en situación de minusvalía o incapacidad hay muchos más que desarrollan su trabajo sin problema alguno de adaptación. Hay estudios incluso que muestran cómo entre los pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal abundan más los profesionales denominados “de cuello blanco” (con trabajos basados en actividades administrativas, intelectuales o profesionales liberales) que trabajadores de los niveles más básicos de la cadena productiva.

Le cuesta explicar a sus amigos la enfermedad, ¿Cómo se le puede ayudar a sobrellevar mejor la enfermedad?

La enfermedad inflamatoria intestinal tiene no sólo una dimensión física sino también conlleva una carga psicológica y emocional importante, no sólo en el niño, sino también en los padres y en el resto de los componentes de la familia. El enfrentarse de repente a una enfermedad “para toda la vida” que afecta a un menor constituye un mazazo a las expectativas que pudieran existir. Se puede decir que una enfermedad crónica pediátrica se convierte en una enfermedad de toda la familia. Será importante pues, ya desde el momento del diagnóstico, ofrecer un apoyo psicológico orientado a conseguir aceptar la enfermedad y los retos que plantea, afrontar la problemática socio-familiar asociada y favorecer los sentimientos de confianza y autoestima. Sólo si el paciente (y sus padres y hermanos) aceptan lo que les pasa, serán capaces de conseguir el apoyo, la colaboración y el empuje de las personas próximas. Por tanto, el soporte por parte del personal especializado en psicología-psiquiatría debería formar parte del abordaje global de estos enfermos y de sus familiares.

Intento ocultar a mi hijo la naturaleza de la enfermedad y las posibles consecuencias.

El diagnóstico de una enfermedad crónica supone una situación nueva difícil de afrontar. Muchas veces pensamos que es fácil (e incluso adecuado) ocultar al niño la realidad de su estado de salud y su diagnóstico, para evitarle así preocupaciones y miedos. Muy al contrario, lo ideal debería ser informar al paciente sobre lo que le pasa, de forma adecuada a su edad y a su capacidad de entendimiento. Conocer la enfermedad y su realidad le ayudará a una mejor aceptación de la misma y a vivir con naturalidad lo que ello conlleva. Así mismo, de cara a cuando el paciente crezca y asuma el control de su enfermedad y el autocuidado, una buena aceptación y adaptación facilitarán un mejor cumplimiento del tratamiento.

¿Y qué pasará cuando nuestro hijo tenga que pasar a un Hospital de adultos?

Se ha demostrado que para cualquier niño con una enfermedad crónica que se prolonga a lo largo de su vida, lo más beneficioso es establecer un proceso de atención continuada en el que el paciente no quede en ningún momento desatendido. El cambio de un Servicio de Pediatría a un Servicio de Digestivo de adultos no debería implicar un cambio radical en el abordaje de la enfermedad. Es por ello que en los últimos años se están desarrollando en los principales centros de nuestro país programas de transición específicos para ésta y otras enfermedades, basados en la comunicación entre los profesionales implicados y la puesta en marcha de estrategias comunes que aseguren dicha atención continuada y adaptada en cada momento a las necesidades del paciente.

Información realizada y revisada por: Javier Martín de Carpi. Unidad para el cuidado integral de la Enfermedad Inflamatoria Intes nal Pediátrica. Hospital de Sant Joan de Déu. Barcelona.
Vídeo educativo: “¿Corro un riesgo importante al tomar la medicación?”, realizado y revisado por: Dr. Sabino Riestra. Unidad de EII. Hospital Central de Asturias..

Fuente: www.educainflamatoria.com

Editan una guía para colegios sobre enfermedades inflamatorias intestinales

Editan una guía para colegios sobre enfermedades inflamatorias intestinales

Se les informa de patologías como la enfermedad de Crohn o la Colitis Ulcerosa y de las necesidades de estos alumnos en horas lectivas 

SANTANDER, 17 Feb. (EUROPA PRESS) 

Cantabria ha editado la “primera” guía de España para informar a sus centros educativos sobre las enfermedades inflamatorias intestinales, como la colitis ulcerosa o la enfermedad de Crohn, cuyos casos se han triplicado en los últimos 14 años en España; y las necesidades que pueden tener en el aula los alumno …

Leer mas: http://www.infosalus.com/asistencia/noticia-editan-guia-colegios-enfermedades-inflamatorias-intestinales-20160217133046.html

La enfermedad inflamatoria intestinal (Inflammatory Bowel Disease – IBD). Video Dr. Evans y su equipo.

La enfermedad inflamatoria intestinal (en inglés Inflammatory Bowel Disease, IBD) se refiere a diferentes entidades clínicas, pero sobre todo a la colitis ulcerosa y a la enfermedad de Crohn. El elemento común es que ambas cursan con un proceso inflamatorio crónico, alternando fases de actividad (ataque agudo) y fases de latencia (remisión).

Enfermedad Inflamatoria Intestinal – Enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa.

Se supone que el origen de IBD tiene cierta predisposición genética, que junto a algunos factores externos desencadenantes (infeccionsos o alimentarios), hace que se desarrolle la enfermedad. Incluso factores emocionales como el estrés o el estado de ánimo puede favorecer la aparición de la enfermedad o ataques agudos. La IBD se presenta sobre todo en América del norte (Canadá y EE.UU.) y en el noroeste de Europa. Es más frecuente en personas de raza blanca y de religión judía, apareciendo habitualmente entre los 20 y 30 años de edad, y mayoritariamente en mujeres. En España, la prevalencia de la IBD es de unos 20 casos por cada 100.000 habitantes. En el año 2002 se estimaba en 35.000 los afectados de colitis ulcerosa y en 15.000 los de enfermedad de Crohn. Eso representa que 50.000 personas sufren de IBD en nuestro país. Probablemente en la actualidad el número de enfermos sea mucho mayor.

El estado de ánimo es un aspecto a tener muy en cuenta en el tratamiento de la IBD. Por eso imprescindible trabajar dicho aspecto con convencimiento y decisión, tanto por parte del propio afectado como de su entorno. Y evidentemente, por parte del equipo médico que controla la enfermedad.

Enfermedad de Crohn

Suele afectar al íleon terminal (último segmento del intestino delgado), aunque también es habitual que pueda afectar a cualquier parte del tubo digestivo, desde la boca al ano. Esta enfermedad incide en todas las capas del tubo digestivo, desde la mucosa interna que contacta con el bolo alimenticio a la pared externa del intestino, incluidas las correspondientes glándulas que forman parte de la mucosa.

La diarrea crónica y el dolor abdominal son los síntomas más comunes, junto a fiebre, pérdida de peso, distensión abdominal y, en niños, retraso del crecimiento y de la maduración sexual. La diarrea suele ser postprandial (tras comer), pudiendo ser sanguinolenta en algunas ocasiones.

Se pueden producir estrechamientos del intestino, hasta provocar obstrucciones graves, lo mismo que perforaciones intestinales. Es habitual la aparición de fístulas y abscesos, con los consiguientes problemas que pueden generar.

Colitis ulcerosa

Afecta exclusivamente al colon, inicialmente a sus capas más internas, pudiendo llegar esta afectación hasta las diferentes capas musculares que lo integran. Comienza con abscesos, enrojecimiento de la zona afectada, edema, trombos y hemorragia en la mucosa y la submucosa del intestino grueso.

La diarrea mucosanguinoienta, el dolor abdominal, la anorexia, la fiebre y la pérdida de peso son los síntomas más habituales. En niños, el retraso en el crecimiento es bastante corriente.

La colitis ulcerosa, en casos graves, puede dar lugar a complicaciones extradigestivas, tales como artritis, lesiones cutáneas, lesiones hepáticas, degeneración del miocardio (corazón), incluso cáncer de colon.

Nutrición en la IBD

El intestino (tanto grueso como delgado) es la parte del tubo digestivo donde se produce la absorción de nutrientes. Una alteración de su funcionamiento puede provocar problemas importantes. Se debe considerar la extensión y la ubicación de las lesiones, para así valorar los problemas derivados de este hecho.

La desnutrición proteico-energética y las deficiencias proteínico-minerales son dos de las posibles consecuencias de la IBD. Suele haber un aumento de los requerimientos nutricionales debido a la fiebre, el estrés físico y emocional, las necesidades del normal crecimiento (niños/adolescentes), la propia infamación activa y la disminución de los depósitos energéticos corporales. Por lo tanto, hay que valorar la más que posible mal absorción de nutrientes, puesto que disminuye la superficie de absorción intestinal.

Las resecciones previas, la inflamación intestinal, el síndrome del asa ciega (sobrecrecimiento bacteriano), las estenosis (estrechamientos del paso intestinal), las fístulas y los abscesos, pueden provocar muchos problemas con la absorción de nutrientes.

A la diarrea en si (agua, electrolitos, vitaminas y minerales), se le suma la sangre y las sales biliares, lo que hace imprescindible un tratamiento tanto farmacológico como dietético.

Dietoterapia en la IBD

Principalmente afronta dos aspectos: la corrección del posible déficit nutricional y la reducción de la inflamación intestinal. En función de la gravedad de la enfermedad, debe aportarse más proteína, menos grasa, controlar la fibra (residuo) y suplementar en vitaminas y minerales. Hay que cuidar mucho la hidratación.

En ocasiones, la única opción para conseguir la remisión de la enfermedad es la nutrición parenteral (vía intravenosa) para asegurar que el paciente no se desnutre y conseguir que el tubo digestivo “descanse” mientras hace efecto antiinflamatorio la terapia de corticoesterioides.

Cuando se plantea un tratamiento dietético, dada la complejidad de éste, se hace necesario el consejo y seguimiento de un/a dietista-nutricionista especializado en IBD que trabaje de forma coordinada con el equipo médico que controla al paciente. La diversidad de preparaciones culinarias, tolerancia a los alimentos (solos y combinados), distribución de comidas, estilos de vida y características de cada paciente, hace que cada caso sea diferente. Es imprescindible individualizar el tratamiento dietético.

El video

El Dr. Mike Evans y su equipo han elaborado un material audiovisual altamente pedagógico, tal y como nos tienen acostumbrados. En él se explica el qué y el cómo de la enfermedad inflamatoria intestinal. Gran trabajo el del Dr. Evans en el ámbito de la salud pública.

Inflammatory Bowel Disease (IBD)

 

Gemma Miranda (dietista-nutricionista, Máster en Salud Pública) y yo mismo, Àlex Pérez (dietista-nutricionista), hemos tenido el gran privilegio de colaborar en la traducción y elaboración de los subtítulos del vídeo de youtube. Deseamos que este material audiovisual sea útil para dar a conocer la enfermedad inflamatoria intestinal (IBD), una patología altamente compleja y que puede llegar a condicionar mucho la vida de quien la padece y la de su entorno más próximo. Esperamos que se vaya avanzando en su tratamiento para minimizar los síntomas. Y que algún día se consiga curar.


Escrito por alexperezcaballero 

Fuente: http://elpiscolabis.com/

Blog: Recursos para Im-pacientes.

Os dejamos una entrada del Blog “Recursos para Im-pacientes” que es de lo más interesante. El recién diagnóstico. Y la consiguiente pregunta que simepre nos preguntamos “¿Y ahora qué?”. Os invitamos a que la leais.

Me acaban de diagnosticar… y ¿ahora qué?

Precaución al buscar información: quieres saber qué tienes, por qué lo tienes, qué va a pasar, cómo va a ser el tratamiento… O quizá no quieras saberlo pero en tu cabeza está rondando. Es normal tener esa curiosidad pero hay que tener precaución al teclear en Google tu diagnóstico. ¿Por qué? Porque la información puede estar no actualizada, ser tendenciosa (por finalidades comerciales) o no adecuarse a tu situación concreta. En los primeros momentos conviene resolver todas las dudas directamente con tu médico y otros profesionales sanitarios, y preguntarles dónde puedes encontrar más información. Poco a poco irás sabiendo filtrar la información de forma más adecuada. Además, ten en cuenta que en muchas ocasiones los miedos y temores tras el diagnóstico hacen que interpretemos la información de forma negativa. 

Habla con las personas más cercanas: no estás solo ante la enfermedad. Es más, diría que no estás solo CON la enfermedad ya que tu pareja, hijos, padres, hermanos o amigos van a vivir contigo este proceso. Por lo tanto, no les dejes de lado y déjate acompañar por ellos. Compartir lo que sientes y piensas te ayudará a desahogarte, lo cual tiene valor en sí mismo. Además, verbalizar tus emociones y pensamientos te ayudará a entender mejor cuáles son aquellas cuestiones que más te preocupan, y ese es el primer paso para resolverlas. Lo recomendable es hablar de tu enfermedad y también expresar lo que sientes, pero hazlo cuando lo consideres oportuno y de la forma en que te sientas más cómodo. No tienes por qué dar toda la información a todo tu entorno. Elige a tu equipo de confianza y trata de normalizar la situación con el resto de personas. Ten siempre en mente que no hay motivos para sentirse culpable o avergonzado.

Date tiempo para organizarte: estás preocupado sobre cómo la enfermedad afectará a tu trabajo, a las responsabilidades familiares, a tus aficiones o a los planes que tengas. Es recomendable reajustar tu vida a corto plazo para una buena conciliación con las citas médicas y los tratamientos, pero trata de no limitarte más de lo que la enfermedad y sus tratamientos vayan a hacerlo. Las preocupaciones no solucionan los problemas, suelen ser anticipatorias y tendemos a pensar que ocurrirá siempre lo peor. Si no te sientes capaz de controlar tus pensamientos y te afecta emocionalmente, trata de mantener la mente ocupada y apóyate en los profesionales sanitarios o en otras personas con la misma enfermedad. Seguro que podrán resolver muchas de tus dudas. Además, tu propia experiencia con la enfermedad será progresivamente muy valiosa para saber cómo conciliar las diferentes esferas de tu vida y dar respuesta a muchas inquietudes. 

Busca apoyos: en este sentido, te propongo valorar acudir a una asociación de pacientes. Si no has tenido contacto previo, quizá pienses que son grupos de auto-ayuda pero son mucho más que eso. En Internet podrás encontrar los servicios que ofrece la asociación que más se adecua a tu situación, pero el principal valor que puede proporcionarte en estos momentos es el de orientación. Si estás perdido con tantas informaciones, consultas, pruebas o profesionales, la asociación te ayudará a entender el proceso y darle coherencia. Acudir a una asociación no tiene por qué significar escuchar la experiencia de otros pacientes, tratar temas íntimos con otras personas o saber más de lo que quieras saber. Si contactas con una organización, hazles saber qué es lo que buscas para que se adecuen a tu petición. 

Confía en tus aliados: ¿que quiénes son? En este caso me refiero a los médicos, enfermeras, psicólogas, trabajadores sociales, fisioterapeutas, nutricionistas, etc. Probablemente tu referencia sea ahora el médico pero ten en cuenta que tienes un equipo mucho más amplio a tu disposición. A modo de ejemplo, las enfermeras son clave para formarte en auto-cuidado, los psicólogos ayudan a identificar y gestionar las emociones para lograr un bienestar psicológico y el trabajador social te orientará acerca de los recursos sociales disponibles y los derechos que te corresponden como usuario de los servicios sanitarios, entre otros. Puedes acceder a ellos en muchos hospitales pero, en caso contrario, considera otras opciones como centros de salud, asociaciones de pacientes o consultas privadas. Son todos aliados en este proceso y, en caso de no percibirles como tales, valora la opción de solicitar un cambio de profesional. 

Infórmate de tus derechos: correspondería más a una segunda fase pero es un ámbito no muy conocido y que puede hacer tu vida mucho más fácil con la enfermedad. Hablo, por ejemplo, del derecho a la información, segunda opinión médica, voluntades anticipadas o reintegro de gastos por desplazamiento, temas ya abordados en este blog y que te animo a su lectura haciendo click en cada uno de ellos. Pero también hay otros derechos o recursos de ámbito social que puede ser conveniente que sepas. Hablamos, por ejemplo, de la discapacidad, las incapacidades laborales, los pisos de acogida, etc. ¿Quién puede ayudarte a saber más de estos temas? Sin lugar a dudas abogados y trabajadores sociales pero puedes informarte también en el servicio de Atención al Paciente del hospital, en las asociaciones de pacientes y, como no, en Internet. Además, cuenta conmigo si quieres resolver alguna duda de este tipo.

Fuente: http://recursosparaimpacientes.blogspot.com.es/

Explicación de la EII dirigida a los niños y a sus padres

Los siguientes links os llevarán a la página de la European Federation of Crohn’s and Ulcerative Colitis Associatios (EFCCA) en los cuales encontrareis las respuestas dirigidas a los niños explicando que es la EII, qué es la Enfermedad de Crohn, cómo funciona el aparato digestivo..

Fuente: Life and IBD
A través de: ACCU-Puzol 
Life & IBD

HACIA LA COMPRENSIÓN DE LAS ENFERMEDADES INFLAMATORIAS AUTOINMUNES

SESIONES INFORMATIVAS PARA
PACIENTES Y FAMILIARES
24 ABRIL al 11 MAYO
Colegio de Médicos Valencia

LAS ENFERMEDADES INFLAMATORIAS AUTOINMUNES

Son un conjunto de enfermedades de origen desconocido en la que el sistema inmunitario ataca las células del propio organismo. Entre ellas se encuentran enfermedades reumáticas como la artritis reumatoide, la artritis idiopática juvenil, la espondiloartritis axial (espondilitis anquilosante y espondiloartritis axial no radiográfica) y la artritis psoriásica; la enfermedad inflamatoria intestinal (enfermedad de Crohn y Colitis Ulcerosa) y la psoriasis en el área dermatológica.


Para reducir el impacto que tienen estas enfermedades sobre las personas que la sufren, es necesario dotar de información directa, eficaz y sencilla sobre su enfermedad, tanto a los propios pacientes como a sus familiares.

En este contexto, cuatro organizaciones de pacientes (Acción Psoriasis, ACCU España, CEADE y ConArtritis) que trabajan en el campo de las enfermedades autoinmunes, en colaboración con AbbVie, ponen en marcha el programa AUTOINMUNES, estructurado en dos actividades:

  • EXPOSICIÓN TEMÁTICA
  • SESIONES INFORMATIVAS



El objetivo es aumentar el conocimiento que tienen los pacientes sobre su enfermedad y ayudar a conocer el impacto de estas enfermedades en diferentes ámbitos (social, laboral, etc) dar a conocer el importante papel que tienen las organizaciones de pacientes en el apoyo a las personasque sufren estas enfermedades y y a su entorno. 

Video


Para ver todo el programa ir a la web: http://www.accu-valencia.es y también http://www.conartritis.org/sites/default/archivos/actualidad/novedad/invitacion_autoinmune.pdf