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El Hospital de Manises ha tratado a más de 245 niños valencianos con daño cerebral

  • La Unidad de Neurorrehabilitación Infantil (UNRI) del Departamento de Salud de Manises fue el primer recurso público de referencia para niños con esta patología
  • Recientemente, el Área de Salud ha invertido más de 715.000€ para mejorar el equipamiento y las infraestructuras de esta Unidad
  • En esta unidad referente se trabaja de manera integral con familiares de estos pacientes, ofreciéndoles atención psicosocial para contar con los recursos necesarios para afrontar la enfermedad

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El daño cerebral –adquirido o congénito– es una realidad que en la Comunidad Valenciana afecta a más de 12.530 personas. Una enfermedad que en el caso de los niños precisa de estimulación y rehabilitación tempranas ya que cuentan con un cerebro con mayor plasticidad que puede recuperar movimientos perdidos y aprender con facilidad la adaptación de su vida cotidiana.

Por ello surge en el Departamento de Salud de Manises la Unidad de Neurorrehabilitación Infantil, el único recurso público valenciano para niños con daño cerebral que ya ha atendido, desde hace ya 10 años, a más de 245 niños y sus familias. “Este es un servicio con atención multidisciplinar donde están implicados un amplio número de profesionales especializados en tratamientos a niños con Trastornos Generalizados del Desarrollo y Daño Cerebral como especialistas de rehabilitación, logopedas, terapia ocupacional y pediatras especialistas en Neuropsicología”, explica Sergio Güemes, fisioterapeuta y coordinador de la Unidad en el Hospital Militar de Mislata.

El daño cerebral, tal y como explican los profesionales, “puede ser de prenatal, perinatal o postnatal dependiendo del momento en el que se produce este daño en el cerebro del niño. Las afectaciones que este daño puede provocar en los niños son muy variadas dependiendo del grado y la ubicación de la lesión en el cerebro. Las más comunes son las causadas por infecciones, por falta de oxígeno durante el parto o por accidentes vasculares y encefalopatías”.

Y es que el tratamiento de estas patologías en niños es crucial llevarlas a cabo en los primeros momentos ya que “la plasticidad del cerebro durante la infancia hace que con intervención y terapia desde edades muy tempranas el niño pueda evolucionar y tener un mejor pronostico y mayor calidad de vida”, cuenta Güemes.

En este sentido, la rehabilitación continua y el seguimiento de estos pequeños es la clave para que la enfermedad tenga los mínimos efectos en el funcionamiento del paciente. “Una vez detectada la alteración del paciente y en qué se traduce funcionalmente, abordamos la enfermedad con distintas terapias que fortalezcan aquellos ámbitos más afectados: la fuerza, el equilibrio o coordinación haciendo que adquiera así la máxima movilidad posible”, cuenta Sergio Güemes.

“Se necesitan más recursos como este”

Ana es mamá de Máximo, un niño de nueve años con parálisis cerebral desde el momento de su nacimiento. Ambos van a la UNRI del Departamento de Salud de Manises desde hace ya más de 2 años. Diariamente, Máximo recibe las sesiones de fisioterapia necesarias para recuperarse de sus operaciones y recobrar la máxima movilidad en las extremidades. “En todo momento nos sentimos muy acompañados por los profesionales en el proceso de la enfermedad de Máximo y eso nos da mucha seguridad a la hora de tener herramientas para ayudarle a él”, explica Ana. Por su parte, el pequeño habla de sus fisioterapeutas y de los juegos y ejercicios que hace con ellos y le brillan los ojos.

“Las mamás y papás como nosotros que tienen hijos con este tipo de patología necesitan tener acceso a recursos como este ya que te dan la posibilidad de conocer de primera mano la intervención que se realiza con tu hijo, participas activamente de ella y te ofrecen recursos para tirar hacia delante con más fuerza”, concluye la mamá de Máximo.

Atención neuropsicológica a las familias

Y es que hay enfermedades como esta que afectan físicamente a los niños que la padecen, pero puede afectar también psicológicamente a las familias si no conocen de primera manera las herramientas necesarias para afrontar la situación. Ante la necesidad de las familias de saber más y mejor cómo ayudar a sus hijos, desde la Unidad de Neurorrehabilitación Infantil junto con el Servicio de Neuropsicología se ofrece atención psicosocial para las familias de los pacientes con Trastorno del Espectro Autista (TEA).

“Parte de nuestro trabajo es acompañar a las familias en el tratamiento de estas enfermedades. Por ello, hace ya un año que comenzamos con estas sesiones de apoyo psicosocial. Hemos empezado con las familias de los niños que padecen de TEA y pronto queremos aplicarlo a pacientes con daño cerebral”, explica el fisioterapeuta. Estas jornadas en las que participan 10 familias, cuentan con ocho sesiones en las que las familias pueden intercambiar experiencia y enriquecerse los unos de los otros.