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Anginas: síntomas para reconocerlas y tratamientos

Las anginas, o amigdalitis, son frecuentes en la edad infantil. Se caracterizan por la inflamación o infección de las amígdalas palatinas, conocidas como anginas. Cuando esto sucede, las anginas pueden aumentar de tamaño e hipertrofiarse; cambiar de color, presentándose más rojas y/o con placas blancas en su superficie, e incluso sangrar un poco.

¿Cuáles son los principales síntomas de las anginas?

El paciente se da cuenta de que algo va mal porque:

  • Nota dolor de garganta, espontáneo o al intentar tragar
  • Sufre cambios en el timbre de voz.
  • En ocasiones tiene fiebre, y malestar general.

Además de estos síntomas frecuentes, existen otros, como por ejemplo,  a través del ronquido también se puede saber si un niño tiene anginas.

La Dra. Begoña Beaus, del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital de Manises, explica que las amigdalitis pueden aparecer a cualquier edad, aunque suelen ser más frecuentes en niños de hasta 5 años, momento a partir del cual el cuerpo ha tenido contacto con los microbios más habituales y es capaz de reconocerlos y elaborar una respuesta inmune que evite que enferme.

En adultos y niños mayores pueden seguir apareciendo, bien porque el paciente entra en contacto con nuevos patógenos o bien porque las amígdalas han enfermado de forma crónica y tienen bacterias colonizando su interior, dispuestas a multiplicarse y producir amigdalitis cuando las condiciones sean adecuadas.

¿A qué edad es normal que aparezcan síntomas de anginas?

La especialista recuerda que durante la primera infancia las infecciones leves son muy habituales, ya sea afectando al tracto respiratorio superior (oídos, nariz y garganta) o inferior (bronquios y pulmones), y a los tractos urinario o intestinal.

Estas infecciones serán más o menos frecuentes dependiendo de múltiples factores:

  • La fortaleza del sistema inmunitario del niño.
  • Las condiciones atmosféricas
  • La polución ambiental
  • La higiene
  • Las condiciones de hacinamiento de los hogares y las escuelas, etc.

Es importante saber que con los años la gran mayoría de los niños dejan de sufrir amigdalitis y el resto de infecciones. Los padres y educadores pueden ayudar, además de siguiendo las indicaciones de sus pediatras en cada caso, de la siguiente manera:

  • Manteniendo los hogares y escuelas a temperatura adecuada
  • Buena ventilación
  • Libres de humo de tabaco y otros tóxicos
  • Y manteniendo a los niños enfermos en casa hasta que se curen, aunque no tengan fiebre, para evitar la transmisión en las escuelas.

Tratamientos habituales de las anginas

La mayoría de las infecciones en las amígdalas son leves y sus síntomas se resuelven en unos 8 o 10 días. El médico reconocerá si se trata de una infección viral, que se curará con medidas sintomáticas, como una hidratación suficiente, antitérmicos y antiinflamatorios; o bacteriana, en las que hay que administrar antibióticos. Es muy importante consultar con el médico y no automedicarse para evitar que los microbios se hagan resistentes a los antibióticos disponibles.

Solo en los casos poco frecuentes de infección por bacterias con complicaciones o de muchas amigdalitis con fiebre, malestar general y placas de pus, se requerirá una intervención quirúrgica.

Operación de las amígdalas, ¿en qué casos se realiza?

La tendencia actual es intentar evitar la intervención. Pese a realizarse en hospitales con dotaciones técnicas adecuadas y personal sanitario altamente cualificado, la intervención es un acto médico que no está exento de molestias y complicaciones postoperatorios potenciales. Así, los criterios para operar un paciente con amigdalitis recurrentes hoy en día son haber sufrido dos o más abscesos, colecciones de pus entre la amígdala y la pared de la garganta, o haber padecido más de 5 episodios de amigdalitis bacterianas con fiebre en un invierno. Su médico sabrá diferenciarlas de las amigdalitis por virus, que no se deben operar.

La intervención de las amígdalas se realiza siempre bajo anestesia genera en el quirófano de un hospital. Existen distintas técnicas para extirpar las amígdalas y su elección suele dejarse a los gustos y experiencia del cirujano. Después de la intervención, el paciente debe estar hospitalizado al menos durante unas 4-6 horas, tiempo durante el cual se comprueba que el dolor está controlado, que puede comer y que no hay hemorragia.

Después de la intervención de las anginas es necesario que pasen dos semanas hasta poder reanudar una actividad normal. La intervención deja una herida abierta en la garganta y, por ello, es muy dolorosa. El dolor puede durar unas dos semanas y aumentar de intensidad a las 48h de la intervención, cuando empieza a cicatrizar.

El médico indicará los calmantes que se deben tomar y la frecuencia entre las tomas, para hacer más llevadera la molestia. No es aconsejable aguantar el dolor, ya que eliminarlo cuando aparece es más difícil que prevenirlo y el sufrimiento dificulta la correcta recuperación.

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