Logo Manises departamento de salud
Preguntas Frecuentes
RSC
Contacta con el Hospital

Habla con nosotros

¿Quieres que el Hospital sea tu centro?

Autoexigencia, enemigo número uno de los músicos

autoexigencia musicos

La autoexigencia es uno de los problemas más graves que sufre un músico. “Son muy exigentes porque también son perfeccionistas, y para hacerlo perfecto tienen que exigirse mucho, muchísimo. También tienen un umbral de frustración bajo, si unimos todo esto se desencadena mucho sufrimiento”, explica Guillermo Dalia, psicólogo clínico en la Unidad de Medicina de la Música y las Artes Escénicas de nuestro Hospital.

Para hacernos una idea, el especialista pone de ejemplo de esa autoexigencia ver cómo estudian los músicos. “Estudian mucho y mal, porque realizan estudios muy exigentes, con muchas horas, tensando mucho sus músculos, repitiendo mucho, etc., hábitos muy nocivos para su salud… y para progresar en su mejora musical”.

Hay que tener en cuenta que la autoexigencia genera ansiedad, ya que está basada en pensamientos irracionales muy estrictos que llevan a comportamientos de ansiedad. “El miedo irracional se instala en el músico precisamente porque se exige en muchas ocasiones cuestiones imposibles: hacerlo perfecto, gustar a todo el público, no cometer ningún fallo, etc. Lógicamente estas premisas provocan ansiedad, pues son mensajes de miedo que le mandamos a nuestro cuerpo. Y no solo ansiedad sino también insatisfacción, que se presenta al no conseguir sus objetivos”.

Guillermo Dalia recuerda que aquellas personas cuyas acciones tienen una repercusión hacia otros, son los que pueden provocar mucha autoexigencia, porque van a ser visibles a los demás. “Van a ser comportamientos evaluables y calificables por los demás, por lo tanto estas personas tienen más probabilidad de desarrollar conductas negativas de autoexigencia excesiva. Los músicos desde bien pequeños ofrecen sus logros a los demás, en exámenes, audiciones, conciertos…, muestran lo que están consiguiendo o avanzando en los estudios, y esto puede llegar a presionar al músico desde edades tempranas”.

 

Conocer nuestras conductas

Para gestionarlas, lo primero que hay que hacer es que evaluar qué tipo de conductas son negativas y cómo se expresa esa autoexigencia, analizar cuáles son los mantenedores de esa conducta para luego poder intervenir en ella, y esto es una de las funciones de un psicólogo. Por eso, nuestro especialista comenta que “hay que aprender estrategias para tener conductas más flexibles, aprender a tolerar el error, la crítica, el fallo, el fracaso… algo que los músicos suelen llevar muy mal  porque sobre todo nadie les ha enseñado a hacerlo. Deben aprender a relativizar lo que ocurre, a no hacer trascendente y muy importante un concierto o audición. Aprender a no evaluarse continuamente, con cada concierto, cada clase, cada estudio”.

A la hora de hablar de los signos de alarma, nuestro psicólogo advierte que en muchas ocasiones los primeros signos llegan con el dolor físico de una lesión corporal, y” hay que evitar llegar a esta situación”. Para estos, es importante limitar el tiempo de estudio y obligarse a realizar pausas descansos o decirse que las cosas no están saliendo bien porque estamos en fase de estudio, lo que es algo normal y lógico.

 

Relativizar

También podemos ver como signo de alarma si nos influye mucho el resultado de un concierto o audición, si nos afecta lo que ocurra, tanto en negativo como positivo. De hecho, no se puede estar varios días tristes por fallar algunas notas en una audición, como alegrarnos muchísimo por haberlo realizado bien.

Debemos tener en cuenta que la autoexigencia puede arruinar tanto la vida profesional del músico como su calidad de vida personal. La excesiva autoexigencia lleva en una primera parte a sufrir ansiedad, miedo, tensión, agobio, mucho estudio, etc. También lesiones físicas importantes por estar muchas horas estudiando, y frustración y depresión al ver que no se consiguen los irracionales objetivos que presenta la exigencia.