Cuando suben las escaleras, algunas personas pueden notar como un ‘crujido’ en su rodilla; no es un dolor de rodilla lateral interno, sino más bien un chasquido. “El crujido en la rodilla al subir escaleras suele ser un síntoma de una condropatía de la rótula, es decir, de un desgaste del cartílago de la rótula”, explica el Dr. Agustín Serrano, cirujano de la Unidad de Rodilla del Servicio de Traumatología del Hospital de Manises.
En la mayoría de las ocasiones, ese crujido es esporádico y suele mejorar con medicación antiinflamatoria.
¿Cuándo hay que consultar con un traumatólogo?
Según comenta nuestro especialista, es recomendable acudir a la consulta de un traumatólogo cuando el crujido es:
- Incapacitante
- Provoca bloqueos.
- Produce malestar frecuente.
- Las molestias son graves.
Ante estos síntomas de una posible lesión de rodilla hay que acudir a un especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología para que haga un estudio completo de la rodilla, en el que se incluye una radiografía.
Algunas personas que tienen molestias en la rodilla, que llevan algunos días con antiinflamatorios y yendo al fisioterapeuta, se preguntan por qué no mejoran. En esta situación, el Dr. Agustín Serrano recuerda que si las molestias son tolerables se puede esperar unas seis o doce semanas hasta consultar con el traumatólogo para iniciar un estudio.
Pero si las molestias son progresivas, con hinchazón de la rodilla e imposibilidad de caminar, no hay que esperar y hay que acudir cuanto antes al especialista para que pueda valorar la situación y establecer las pautas terapéuticas más indicadas según las características que presente la lesión de rodilla.
¿Cuáles son los tratamientos más frecuentes?
Una vez determinada la extensión de la lesión de rodilla, con la información proporcionada por las pruebas de imagen y la historia clínica, el especialista decide el tratamiento más adecuado para el paciente, que puede ser conservador, con infiltraciones de ácido hialurónico, o quirúrgico, en los casos muy avanzados.
Sufro de condromalacia, ¿qué puedo hacer?
La condromalacia se define como un desgaste del cartílago rotuliano y se produce como consecuencia de la colocación de la rótula o de la articulación. Este trastorno puede aparecer si hay problemas de articulación con el fémur. Para que la articulación funcione de la forma adecuada intervienen varios elementos, entre los que se encuentran los huesos, los músculos, cómo es la pisada, cómo se camina…
Una vez que se ha diagnosticado la lesión en la rodilla, el mejor tratamiento, según el Dr. Agustín Serrano, es el conservador, con higiene postural, adaptación de la actividad física a sus características somatofuncionales y fisioterapia.
¿Qué hacer si te has operado de la rodilla y te molesta?
Si te has operado y te molesta la rodilla, debes consultar con el traumatólogo que te operó. Nuestro especialista indica que “si las molestias son muy graves y con una gran limitación de la actividad, se debe acudir a urgencias del centro hospitalario donde se ha llevado a cabo la intervención”.
Es importante tener en cuenta no tomar ninguna medicación adicional a la propia para mitigar el dolor. En este contexto, el Dr. Agustín Serrano es tajante, “no se debe tomar ningún otro tratamiento hasta que no te valore un traumatólogo de tu hospital”. Además, añade que “especialmente, se debe evitar el tratamiento antibiótico”.
¿Se puede operar el quiste de Baker?
El quiste Baker es una especie de bulto que contiene líquido en su interior y se localiza detrás de la rodilla. Si la rodilla produce una cantidad mayor de líquido sinovial, éste se acumula en la parte posterior de la rodilla formando el quiste. Tal y como comenta nuestro traumatólogo, el quiste de Baker es consecuencia de una patología determinada, generalmente una lesión del menisco o una condropatía.
Por eso, hay que tratar la causa. Solo en quistes especialmente voluminosos y crónicos está indicada la escisión directa.
Síntomas del quiste de Baker
Los síntomas más comunes del quiste de Baker son:
- Inflamación en la parte de atrás de la rodilla.
- Dolor en la articulación.
- Rigidez en la rodilla.
- No poder flexionar completamente la rodilla por el dolor que produce ese movimiento.
Estos síntomas pueden ser más agudos cuando se ha permanecido mucho tiempo de pie y después de realizar ejercicio.
Así que si después de practicar deporte, sientes dolor detrás de la rodilla y notas que te ha salido un “bulto”, debes consultar a un especialista en Traumatología para que valore tu caso. Si considera que el quiste tiene un tamaño suficiente para impedirte realizar tus actividades de forma cómoda, tu traumatólogo valorará la posibilidad de eliminar el quiste drenando el líquido de su interior y prescribiendo una pauta de fisioterapia que ayude a mejorar el estado de tu rodilla.