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El abordaje multidisciplinar es clave en los problemas de conducta en niños con TEA

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Los problemas de conducta tienen una clara incidencia en niños con TEA o Trastorno del Espectro Autista, “si no se interviene sobre ellos, suelen ser persistentes, aumentan el estrés de los cuidadores y, a medida que aumenta la edad de los niños, suelen agravarse”, indica María Motos Muñoz, del Área de Neuropsicología de la Unidad Neurorrehabilitación Infantil de nuestro Hospital. Por lo que es importante abordarlos desde una visión global para tratar los problemas en su conjunto.

Como los problemas de conducta en los niños con TEA responden a múltiples dificultades, siempre es recomendable un abordaje multidisciplinar, facilitar el desarrollo, proporcionar estrategias a la familia, así como reducir las conductas disruptivas.

Nuestras neuropsicólogas recuerdan que los niños con TEA procesan mejor los estímulos visuales. Como nuestra sociedad es eminentemente verbal, tampoco les facilita las cosas. Son capaces de comprender las instrucciones verbales, mantienen una conversación y comprenden un cuento, siempre y cuando se facilite apoyo visual.

Problemas de interpretación de estímulos

Otra de las características de los niños con TEA que favorecen la aparición de problemas conductuales son las alteraciones en el procesamiento sensorial. Cuando el sistema nervioso de un niño con TEA recibe determinados estímulos del entorno puede no procesarlos e interpretarlos correctamente. Por eso, su respuesta puede no ser adaptativa ni funcional. “Si somos capaces de ponernos en la piel de los niños con hipersensibilidad auditiva, nos resultará fácil comprender porque presentan dificultades para seguir las explicaciones del profesor en el aula”.

Para algunos niños los sonidos fuertes les resultan prácticamente como una agresión, por lo que situaciones en las que otros niños disfrutan pueden suponer un verdadero caos para ellos: el patio del colegio, una feria o una fiesta de cumpleaños.

Esto, unido a la falta de habilidades para enfrentarse y resolver las situaciones, suele provocar la aparición de conductas disruptivas.