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El Hospital de Manises ofrece claves para prevenir y detectar la insolación en niños este verano

  • Mantener hidratados a los niños, limitar su ejercicio en las horas centrales del día y mojarles con frecuencia son algunas formas de prevenirlos de esta afección

 

  • Entre los principales síntomas del golpe de calor en niños destacan los mareos, vómitos, fiebres altas y cefaleas

 

  • Advierten que es fundamental actuar a tiempo porque se trata de una afección potencialmente grave

 

El fuerte incremento de las temperaturas en mes de agosto eleva siempre el riesgo de sufrir insolaciones, deshidratación o los conocidos “golpes de calor”. En este sentido los profesionales del Servicio de Urgencias del Hospital de Manises ofrecen las claves detectar a tiempo este tipo de afecciones entre los más pequeños y aportan sencillas pautas para prevenirlos. Así, el Dr. Jurado, advierte de que el mejor tratamiento contra las afecciones causadas por el sol y el calor es la prevención: “anticiparse y evitar que los niños se enfrentes a situaciones de altas temperaturas sin protección”.

 

Y es que, tal y como explican los profesionales del centro sanitario manisero, “los niños más pequeños, sobre todo los menores de 1 año, son los más vulnerables a sufrir un golpe de calor. Su temperatura corporal sube más rápido que en los adultos porque tienen menor reserva de agua y su sudoración”. Por eso, los pediatras de urgencias recomiendan estar especialmente pendientes de los niños en los momentos de altas temperaturas y excesiva exposición al sol para poner todos los medios necesarios para evitar este tipo de afecciones.

 

Entre las claves que aportan los pediatras para prevenir los golpes de calor e insolaciones, el Dr. Jurado subraya la importancia de mantener hidratados a los niños. “Es preciso ofrecer con frecuencia a los niños líquidos (pecho en lactantes), sin esperar a que ellos lo pidan, especialmente si van a realizar una actividad física prolongada”, explica el doctor. Además, es relevante limitar su ejercicio en las horas centrales del día y en esos momentos proponer otro tipo de actividades en lugares a la sombra, con aire acondicionado o ventiladores, si es posible. Si la actividad se realiza en el exterior, “es aconsejable que se bañen o mojen con cierta frecuencia”, recuerda el pediatra.

 

Signos de alerta

Ante la sospecha de que un niño pueda padecer un golpe de calor o una insolación, los especialistas del Servicio de Urgencias del Hospital de Manises recuerdan los principales síntomas que se manifiestan. “Un niño que sufre un golpe de calor puede presentar mareos, vómitos, fiebre superior a 40⁰C, cefalea o irritabilidad y taquicardia. En los casos más graves, se pueden producir desmayos o perdida de conciencia. También hay que estar atentos a otros síntomas como piel seca y muy caliente, fatiga, debilidad, respiración superficial y rápida o calambres musculares”, afirma el Dr. Jurado.

 

Y es que no podemos perder de vista que se trata de una afección potencialmente grave por lo que los facultativos advierten que es fundamental actuar a tiempo llevando al niño que presente sintomatología a las Urgencias más cercanas. Además, los profesionales recuerdan la manera de proceder en estos casos para evitar que la afección sea más grave y recomiendan colocar al pequeño tumbado boca arriba a la sombra, en un sitio fresco y ventilado y aplicarle progresivamente paños fríos mojados en la cabeza, cara, cuello, nuca y pecho evitando así el uso del hielo. “Es vital no sumergir al menor en agua helada, ni realizar friegas con alcohol. Si el niño está consciente y no presenta vómitos, se le puede ofrecer agua fría o una bebida isotónica”, concluye el pediatra.