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Pacientes y empleados del Hospital de Manises aprenden a controlar el deseo de fumar

El centro hospitalario ha puesto en marcha una terapia de deshabituación tabáquica en la que se trabaja la motivación para enfrentarse a la abstinencia y se cultiva el autocontrol. El 66% de los asistentes al tratamiento han dejado ya de fumar. Creerse incapaz de dejarlo, padecer ansiedad, no tener habilidades para manejar las emociones y engordar, son los principales temores que se encuentran quienes deciden dejar de fumar

Cada 31 de mayo, desde 1987, la Organización Mundial de la Salud (OMS) celebra el Día Mundial Sin Tabaco con el objetivo de llamar la atención ante su consumo y sus efectos negativos. Se calcula que, a menos que no se ponga remedio, esta epidemia matará a más de 8 millones de personas cada año en 2030.

El Hospital de Manises, en su constante búsqueda por la prevención de enfermedades y conservación de la salud, ha puesto en marcha la primera terapia de deshabituación tabáquica para empleados y pacientes.

El tratamiento, que empezó en marzo y dura un año, está formado por 12 sesiones, de dos horas cada una, en las que se trabaja la motivación de los asistentes para enfrentarse a la abstinencia, se refuerza positivamente la conducta y se dota a los usuarios de las herramientas necesarias para manejar el temido `mono´. Y es que, estas terapias son cognitivo-conductuales, es decir, se trabaja con pensamientos y hábitos. “Lo que intentamos es que los asistentes sean capaces de cultivar la autorregulación y el autocontrol. Que aprendan, sobre todo, a controlar el deseo de fumar”, asegura Lorena Alonso, psicooncóloga del Hospital de Manises.

El miedo a no saber manejar el síndrome de abstinencia, creer que no serán capaces de dejarlo, la ansiedad, la falta de habilidades para manejar las emociones que pueden derivar en recaída y engordar, son algunos de los temores que se encuentran los fumadores cuando deciden dejar el hábito.

“La dificultad para dejar de fumar estriba, principalmente, en que es una adicción y, como tal, se ha ido tejiendo en el día a día de los consumidores hasta convertirse en un hábito. De esta forma, las personas acaban fumando por automatismo y por eso es tan difícil conseguir cambiar su conducta”, asegura Alonso.

Aceptar que existe y existirá el deseo de fumar como parte del proceso, consigue grandes mejorías en los asistentes a las terapias. “Los propios participantes expresan que el tiempo de duración de este deseo es de unos dos minutos como máximo. Tiene un punto álgido, que decrece enseguida. Con el paso del tiempo, además, este pico aparece con menor frecuencia y menos intensidad”, explica la psicooncóloga.

Todas estas medidas, junto con las revisiones personalizadas psicológicas y médicas y la valoración de si los pacientes necesitan, además de la terapia, medicación, han hecho que un 66% de los asistentes al tratamiento hayan dejado ya de fumar.

Dejar el tabaco, ganar en salud

La psicooncóloga del Hospital de Manises asegura que para dejar de fumar es importante pensar en las recompensas de abandonar el tabaco. “20 minutos después del último cigarrillo el cuerpo empieza a recuperarse del daño causado por la nicotina, baja la presión arterial y la frecuencia del pulso y aumenta la temperatura de manos y pies. Tras 8 horas, el monóxido de carbono baja a niveles normales en la sangre y el de oxígeno aumenta. Pasado un día, se reduce la posibilidad de sufrir un ataque cardíaco”, enumera.

Y es que, en lo que a la deshabituación tabáquica se refiere, todo son ventajas. Las terminaciones nerviosas, que menguan con el tabaco, crecen nuevamente y se recupera el olfato y el gusto sólo 48 horas después de dejar de fumar. A las dos semanas la circulación sanguínea mejora, caminar resulta más fácil y aumenta la función pulmonar. Tras un año sin fumar, se reduce a la mitad el riesgo de padecer una enfermedad cardíaca y de 5 a 15 años después, se reduce la probabilidad de sufrir un derrame cerebral al nivel de una persona que nunca ha fumado.

Formar a los sanitarios para combatir el tabaquismo

Además de estas terapias de deshabituación destinadas a empleados del hospital y pacientes, en el Departamento de Salud de Manises se está formado a médicos y enfermeros de atención primaria para que puedan ayudar a quien lo desee, a dejar de fumar.

Las jornadas, que se están impartiendo a lo largo del mes de mayo por la Escuela Valenciana de Estudios de la Salud, tienen como objetivo dotar a los profesionales de argumentos para responder las dudas de los pacientes y formarlos para realizar un correcto seguimiento de cada caso. “Gracias a estos talleres, los médicos de atención primaria de todo el departamento de salud, tienen las herramientas necesarias para ayudar a sus pacientes, si lo desean, a dejar de fumar”, ha asegurado Carlos Rodrigo, director de atención primaria del Hospital de Manises.

Para completar las actividades destinadas a la deshabituación tabáquica, precisamente esta semana sin humo, el departamento de Salud de Manises colocará mesas informativas en distintos puntos. La más importante estará ubicada en el centro de salud de Mislata, donde en colaboración con Salud Pública, profesionales sanitarios del centro realizarán pruebas con un cooxímetro para detectar el nivel de monóxido de carbono (CO) en aire espirado a los usuarios interesados.