Logo Manises departamento de salud
Preguntas Frecuentes
RSC
Contacta con el Hospital

Habla con nosotros

¿Quieres que el Hospital sea tu centro?

Masaje perineal en el embarazo: en qué consiste y cómo hacerlo

Masaje perineal embarazo

Durante el proceso de parto, las mujeres pueden experimentar lesiones como desgarros vaginales o episiotomías, que pueden ser causadas por factores como el tamaño del bebé, su posición, o si se trata del primer parto. Con el objetivo de prevenir o reducir estas lesiones, se recomienda la realización de masajes perineales antes del parto, ya que estos ayudan a aumentar la elasticidad y fortaleza de los tejidos.

En este artículo, explicaremos todos los aspectos relacionados con los masajes perineales, incluyendo cómo realizarlos y cuándo comenzar para lograr la máxima eficacia. ¡Sigue leyendo!

¿Qué es el masaje perineal?

Si alguna vez te has preguntado qué es el masaje perineal o masaje de suelo pélvico y para qué sirve, se trata de una técnica con evidencia científica para la disminución de la lesión perineal producida por desgarros vaginales y la episiotomía en el parto.

De esta manera, el masaje perineal tiene como objetivo producir elasticidad en los tejidos perineales para facilitar la fase expulsiva del parto, reduciendo así las probabilidades que se produzca una lesión en la zona del perineo.

“No obstante, es importante aclarar que son diferentes factores, a parte de la elasticidad de los tejidos perineales, los que influyen en la producción de un desgarro o la necesidad de practicar una episiotomía”, detalla Carla Talens Orts, fisioterapeuta del Hospital de Manises.

Masaje perineal para qué sirve 

De manera general, se trata de una medida física preventiva que se realiza en mujeres embarazadas con la finalidad de proteger el periné del traumatismo durante el parto. Además ayuda a familiarizarse con la sensación de estiramiento del periné permitiendo su relajación durante el parto y reduce el dolor perineal en el postparto.

Es decir, la aplicación del masaje durante la gestación persigue estirar y ablandar los tejidos, incrementar la elasticidad del periné y familiarizar a la mujer con la sensación de estiramiento, permitiendo relajar más esta zona durante el parto.

Beneficios del masaje perineal

De la misma manera que es recomendable realizar prácticas como pilates durante el embarazo o ejercicios de fortalecimiento del suelo pélvico, la realización de masajes perineales también son muy importantes como medida preventiva.

Tal y como se recoge en un documento llevado a cabo por la Federación de Asociaciones de Matronas de España (FAME), los masajes perineales tienen varios beneficios:

  • Aumentan la elasticidad y favorecen la circulación sanguínea de la zona, facilitando la relajación de esos músculos durante el parto.
  • Reducen la necesidad de llevar a cabo una episiotomía.
  • Disminuyen el dolor en esa zona tras el parto.
  • Se pueden hacer fácilmente y no tienen efectos perjudiciales.
  • En su realización, puede participar la pareja.

En opinión de nuestra fisioterapeuta, tras el parto no está indicada la práctica del masaje perineal. En el posparto, “tras una valoración exhaustiva del periné, se debe iniciar la práctica de ejercicios de tonificación específicos para cada caso. También es importante valorar las posibles cicatrices derivadas del parto y tratarlas para evitar dolor”.

¿Cómo hacer masaje perineal?

Antes de realizar los masajes perineales, especialmente si planeas hacerlos por ti misma, es esencial tener en cuenta varios aspectos. La higiene juega un papel crucial, por lo que lavarse las manos es de suma importancia, dado que vamos a tratar una zona delicada de nuestro cuerpo. Es recomendable evitar uñas largas para prevenir posibles heridas o arañazos.

Además, se aconseja vaciar la vejiga para mayor comodidad durante el proceso. Colocar un espejo de manera que permita una visualización clara del perineo también es beneficioso. La elección de la posición, como estar en cuclillas o sentada en la taza del retrete o bidet, es relevante para facilitar el acceso.

Para aumentar la comodidad, especialmente si es la primera vez, se pueden utilizar paños calientes para relajar la zona. También es importante lubricar los dedos antes de introducirlos en la vagina. Estos cuidados y consideraciones contribuyen a una experiencia más segura y efectiva al realizar masajes perineales.

Si decides realizar un auto masaje perineal, se recomienda emplear los pulgares. La razón detrás de esto es que los pulgares proporcionan mayor control y facilidad de movimiento cuando trabajas en esta área.

Por otro lado, si estás recibiendo el masaje de otra persona, como en el caso de una pareja o un profesional de la salud, es común que utilicen los dedos índice o corazón.

No obstante, es recomendable que antes de realizar los masajes perineales hables con tu matrona o con tu fisioterapeuta para que te ofrezcan las recomendaciones necesarias. No debes hacer este masaje si tienes infecciones de orina recurrentes, infecciones en la vagina, riesgo de parto prematuro, varices vulvares o cualquier complicación en el embarazo.

El masaje perineal no produce dolor. Al principio sí que puedes notar alguna molestia, que se irá mitigando a medida que vayan pasando los días y adquieran elasticidad en la zona. Si sientes dolor mientras haces el masaje perineal, debes consultar con tu fisioterapeuta o tu matrona para que verifiquen que no tienes problemas en el suelo pélvico. Si durante el embarazo mantienes en buen estado tu suelo pélvico, favorecerás la recuperación tras el parto.

Masaje perineal: cuándo empezar

Como hemos comentado, el principal beneficio de los masajes perineales es conseguir elasticidad de los tejidos. En cuanto a la interrogante de cuándo empezar masaje perineal, este se debe practicar antes del parto, a partir de la semana 36 de gestación. La fisioterapeuta del Hospital de Manises explica que la frecuencia con que se deben hacer los masajes perineales es de unos tres días a la semana y su duración oscila entre 5 y 10 minutos.

Según comenta Carla Talens Orts, la evidencia científica demuestra que, en muchas ocasiones, los masajes perineales sí que ayudan a evitar la episiotomía, aunque pueden darse otros factores que la indiquen a pesar de haber practicado dicho masaje.