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El glaucoma y los músicos de viento

Glaucoma y musicos de vientos en el hospital de manises

El problema fundamental del glaucoma se centra en la dificultad que tienen los líquidos del interior del ojo para fluir hacia fuera, lo que hace que se queden retenidos y dañen el nervio óptico al aumentar la tensión intraocular.

Lo que dificulta la salida de los líquidos puede ser algo externo al ojo, como la maniobra de Valsalva,  lo que provoca un  aumento de la presión dentro del espacio en las vías respiratorias.

“Esta maniobra, que habitualmente realizan los músicos que tocan instrumentos de viento, produce una elevación  de la tensión intraocular”, explica la Dra. Ana Hervás, especialista oftalmóloga de la Unidad de Medicina de la Música y de las Artes Escénicas en el Hospital de Manises.

De hecho, diversos estudios científicos han demostrado que existe una relación entre el aumento de presión intraocular y las maniobras de Valsalva que realizan las personas que tocan instrumentos de viento. “Sí, se ven más casos de glaucoma entre este tipo de músicos. Es su profesión y su modo de vida”, detalla nuestra oftalmóloga, quien añade que según los últimos estudios, se ha demostrado una mayor incidencia de glaucoma entre músicos de viento. Se ha visto que los aumentos transitorios y repetidos a diario de tensión intraocular pueden acabar dañando el nervio óptico, sobretodo en personas con otros factores de riesgo asociados, como antecedentes de glaucoma en la familia, miopía o  diabetes.

Uno de los problemas que hay es que, en las fases iniciales, el aumento de presión intraocular carece de síntomas. En ocasiones, aunque afortunadamente cada vez con menor frecuencia, el primer síntoma es una pérdida total de visión de manera irreversible.

Por eso, la Dra. Ana Hervás señala que puesto que en el caso de estos músicos la actividad profesional se puede considerar un factor de riesgo, “recomendamos controles periódicos tanto de presión intraocular como un examen completo del nervio óptico en todos los músicos de viento con el fin de conseguir una adecuada prevención y un diagnóstico temprano”.

Hay que recordar que a la hora de interpretar una partitura, miramos, leemos, procesamos la información y luego interpretamos mediante la parte de nuestro cuerpo correspondiente. Si alguno de estos pasos falla por cualquier discapacidad, deberemos encontrar herramientas que puedan compensar ese déficit. En el caso de una discapacidad o de un problema visual, desde problemas visuales leves (como una gafa inadecuada o una leve visión borrosa) hasta cegueras completas y siendo conscientes de que la vista es uno de los sentidos básicos a través del cual nos relacionamos con nuestro entorno e iniciamos el procesamiento de la información visual, podría influir a la hora de interpretar en cuanto a nuestra coordinación corporal general, el desarrollo muscular, la coordinación óculo-manual, el poco sentido de la profundidad y un retraso en el aprendizaje de la música entre otros.

No obstante, nuestra oftalmóloga indica que una persona ciega sí que puede tocar un instrumento de música. Todos conocemos casos de músicos ciegos que han acabado siendo grandes profesionales. La música es un modo de captar e imaginar cosas, pero el sentido de la vista no es absolutamente imprescindible para su realización.

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