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Seguir la dieta recomendada es clave para garantizar el éxito de la cirugía bariátrica

Uno de los conceptos que se debe tener claro a la hora de hablar de cirugía de la obesidad es que no es lo mismo sobrepeso, que no se opera nunca, que obesidad. Tal y como comenta el Dr. Pau Aragó, de la Unidad de la Obesidad y Cirugía Bariátrica del Hospital de Manises, para hacer una intervención quirúrgica de la obesidad existen una serie de indicaciones médicas marcadas por las sociedades científicas que se deben seguir.

¿En qué consiste la cirugía bariátrica?

Antes que nada, es importante saber qué es una cirugía bariátrica y en qué consiste. La cirugía bariátrica es uno de los procedimientos más frecuentes dirigidos a la pérdida de peso, en el que a través de la realización de cambios en el sistema digestivo, se ayuda al paciente a perder peso y mantenerlo a lo largo del tiempo cuando el ejercicio o la dieta no son procedimientos suficientes, o cuando el paciente presenta otros problemas de salud derivados de un peso elevado.

La elección de la técnica a seguir en la cirugía bariátrica dependerá del índice de masa corporal, del estilo de vida o patrón de alimentación que tenga el paciente, de las enfermedades asociadas y de las preferencias que se tengan en lo que se refiere a las implicaciones específicas de una técnica quirúrgica. Es decir, el paciente puede preferir evitar las implicaciones a largo plazo de una manga gástrica, o decidirse por un by-pass, que ofrece mejores resultados a largo plazo, pero implica mayor riesgo quirúrgico y suplementación nutricional de por vida.

Antes de afrontar una cirugía bariátrica es importante saber que alrededor de un 10% de los casos de personas con obesidad que entran en el quirófano fracasan, según la estadística general. Eso significa que se quedan lejos del peso objetivo o que con el paso del tiempo vuelven a ganarlo. Por otra parte, un 20% se queda cerca de alcanzar el objetivo, mejorando las enfermedades relacionadas como el mejor control del colesterol o la diabetes, por ejemplo. Sin embargo, en la gran mayoría de los casos, la intervención se desarrolla con un éxito absoluto y unos resultados inmejorables.

Estos resultados negativos pueden deberse a una mala adherencia a los hábitos saludables y al no seguimiento de las indicaciones médicas. En todo caso, la tasa de éxito se sitúa en el 70%, que corresponde a los pacientes que logran mejorar su calidad de vida tras la cirugía y después seguir las recomendaciones pautadas por su equipo médico.

En los casos en los que se vuelve a ganar peso, sí que se puede reintervenir, pero hay que hacer un estudio individualizado del caso y determinar la idoneidad de la reintervención, valorando el riesgo-beneficio. “Por ejemplo, en un paciente cuyo objetivo era la pérdida de 40 kilos y solo ha perdido 30, no vale la pena volver a operar. Hay que valorar la causa del fallo de la técnica, ya que, si se debe a una falta de adherencia, el fracaso se volverá a repetir aunque se reintervenga”, detalla nuestro especialista.

Recomendaciones a tener en cuenta antes de una cirugía bariátrica

Antes de someterse a una reducción de estómago o a una cirugía bariátrica, el paciente debe haber tratado de perder peso a través del seguimiento de hábitos saludables, por lo que debe haber seguido una dieta controlada por un endocrino o nutricionista. En los casos en los que este procedimiento no haya sido suficiente, es el médico especialista quien debe contemplar la opción de someterse a una cirugía bariátrica.

Para ello, es fundamental llevar a cabo una etapa de preparación por parte del paciente. De esta manera, el paciente estará preparado para someterse a una reducción de estómago. Para ello, se deberá seguir una dieta basada en alimentos transparentes y líquidos a temperatura ambiente, abandonar los malos hábitos de alimentación, seguir una rutina de ejercicios y prepararse tanto física como mentalmente para la operación.

Dieta preoperatoria para cirugía bariátrica

La dieta preoperatoria para cirugía bariátrica podría variar según el cirujano y el tipo específico de cirugía que se llevará a cabo. Sin embargo, algunos de los aspectos a tener en cuenta antes de una cirugía bariátrica son:

  • Reducción de calorías: Sigue una dieta baja en calorías para perder peso antes de la cirugía. Esto puede incluir alimentos bajos en grasa y porciones controladas.
  • Control de carbohidratos y azúcares: Limita la ingesta de carbohidratos y azúcares para estabilizar los niveles de azúcar en sangre y facilitar la pérdida de peso.
  • Aumento de proteínas: Consume suficientes proteínas para preservar la masa muscular durante la pérdida de peso. Incluye fuentes magras de proteínas como pollo, pavo, pescado y legumbres.
  • Suplementos vitamínicos y minerales: Puede ser necesario tomar suplementos de vitaminas y minerales para asegurar una nutrición adecuada durante la restricción calórica.
  • Hidratación: Mantente bien hidratado bebiendo suficiente agua a lo largo del día.
  • Evita alimentos procesados: Reduce la ingesta de alimentos procesados y ricos en grasas saturadas y azúcares.

Recuerda que la dieta preoperatoria para cirugía bariátrica tiene como objetivo preparar tu cuerpo para la cirugía y mejorar la seguridad del procedimiento. Por eso, es esencial que sigas las indicaciones de tu equipo médico y busques su orientación en todo momento.

Postoperatorio cirugía bariátrica y dieta a seguir

Tras una intervención de cirugía bariátrica, el paciente no debe relajarse y debe continuar con sus hábitos de vida y alimentación saludables. De no ser así, es muy probable que el paciente pueda volver a engordar. Por este motivo, el paciente deberá someterse a una dieta después de la cirugía bariátrica, esta dieta consta de 3 fases diferentes:

  • Dieta líquida: A seguir durante el primer mes de postoperatorio. Durante este período, el paciente debe ingerir exclusivamente líquidos en pequeñas cantidades con una frecuencia aproximada de 2 o 3 horas, pudiendo ser caldos, zumos sin azúcar, leche desnatada… a los que se les añaden suplementos proteicos para minimizar la pérdida de masa magra.
  • Dieta puré o semisólida: Durante 3-4 semanas el paciente deberá centrar su dieta en comida triturada o muy blanda, como yogures, queso de burgos o compotas.
  • Dieta sólida: Durante el primer año, el paciente deberá basar su alimentación en una dieta sólida hipocalórica.

Alimentos prohibidos después de manga gástrica

Después de someterse a una cirugía de manga gástrica, es fundamental seguir las pautas dietéticas proporcionadas por tu equipo médico y nutricionista. Estas pautas pueden variar según las necesidades individuales y la recuperación de cada paciente. Sin embargo, en general, aquí hay algunos tipos de alimentos prohibidos después de manga gástrica:

  • Alimentos altos en grasa: Evita alimentos fritos, grasosos y con alto contenido graso, ya que pueden ser difíciles de digerir y causar malestar.
  • Alimentos azucarados: Limita o evita los alimentos y bebidas azucarados, ya que pueden provocar picos de azúcar en sangre y afectar negativamente la pérdida de peso.
  • Alimentos ricos en azúcares agregados: Reduce o elimina los alimentos con azúcares añadidos, como dulces, pasteles, galletas y refrescos.
  • Alimentos con textura dura o fibrosa: Al principio, es mejor evitar alimentos duros o fibrosos, ya que podrían causar molestias o dificultad para tragar. Estos pueden incluir carnes secas, panes densos y frutas crujientes.
  • Alimentos con alto contenido de carbohidratos refinados: Limita los carbohidratos refinados como pan blanco, arroz blanco y productos de harina blanca, ya que pueden afectar los niveles de azúcar en sangre y dificultar la pérdida de peso.
  • Bebidas con calorías vacías: Evita bebidas con alto contenido calórico pero bajo valor nutricional, como refrescos y bebidas energéticas.
  • Alcohol: Es recomendable evitar el consumo de alcohol, ya que puede tener un mayor impacto después de la cirugía y también puede tener interacciones negativas con los medicamentos que puedas estar tomando.
  • Comer en exceso: A pesar de la cirugía, es importante no comer en exceso. Respetar las porciones recomendadas es esencial para el éxito a largo plazo.
  • Comer muy rápido o no masticar suficiente: La cirugía de manga gástrica afecta la capacidad de tu estómago para acomodar grandes cantidades de comida. Come despacio y mastica bien los alimentos para evitar malestar y problemas de digestión.

Recuerda que las indicaciones dietéticas pueden variar según el progreso individual y las recomendaciones de tu equipo médico. Estas restricciones dietéticas iniciales suelen ser temporales y, con el tiempo, tu dieta puede ir expandiéndose para incluir una variedad más amplia de alimentos.

Es fundamental tener en cuenta en todo momento que el paciente puede volver a engordar después de una cirugía bariátrica, ya que estas únicamente suponen una ayuda para la pérdida inicial del exceso de peso. Durante el postoperatorio y los primeros meses posteriores a una cirugía de reducción de estómago, es necesario educar al paciente en una nueva dinámica alimenticia para que los efectos se perpetúen en el tiempo y los esfuerzos no sean en vano.

¿Por qué no se puede tomar alcohol tras una cirugía bariátrica?

La cirugía bariátrica es un procedimiento médico que, entre otras cosas, ofrece una nueva oportunidad a las personas que luchan contra la obesidad. Sin embargo, después de someterse a esta intervención, es crucial seguir ciertas pautas y recomendaciones para asegurar un proceso de recuperación exitoso y alcanzar los objetivos de pérdida de peso de manera segura.

Una de las dudas que asaltan a las personas que se han sometido a una cirugía bariátrica es si pueden beber alcohol. En el siguiente artículo, entraremos en detalle en las razones que existen detrás de esta restricción, destacando los riesgos y consecuencias que existen entre una cirugía bariátrica y alcohol. ¿Quieres saber más? ¡Sigue leyendo!

Cirugía bariátrica

¿Después de una cirugía bariátrica se puede tomar alcohol?

Según explica el Dr. Pau Aragó, de la Unidad de la Obesidad y Cirugía Bariátrica del Hospital de Manises, el alcohol es incompatible con la cirugía bariátrica. “Aporta calorías vacías y su consumo es contrario a una dieta saludable”, apunta el especialista.

De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) no aconseja el consumo de alcohol en ninguna cantidad. Por eso, el Dr. Aragó recomienda que no se pasen por alto las directrices que pauta el equipo de nutricionistas a los pacientes que se han sometido a una cirugía bariátrica, ya que se puede traducir en un fracaso de la dieta y de los resultados de la intervención.

¿Por qué no se puede tomar alcohol después de una cirugía bariátrica?

La prohibición de consumir alcohol después de una cirugía bariátrica se debe a una serie de razones fundamentales que afectan directamente la salud y el bienestar de los pacientes sometidos a este tipo de procedimiento.

Uno de los principales motivos por los que no se puede tomar alcohol después de una cirugía bariátrica se debe a los cambios de tolerancia que se producen en el paciente.  Esto se debe a que, después de la cirugía bariátrica, el sistema digestivo se modifica significativamente. De esta manera, el alcohol se metaboliza de manera diferente en el cuerpo, lo que resulta en una tolerancia mucho menor. De hecho, incluso pequeñas cantidades de alcohol pueden tener efectos más intensos y duraderos, lo que aumenta el riesgo de intoxicación y daño hepático.

En segundo lugar y como es lógico, la cirugía bariátrica puede limitar la cantidad de alimentos que un paciente puede ingerir y reducir la absorción de nutrientes. Entendiendo esta idea, el alcohol aporta calorías vacías y puede interferir con la absorción de vitaminas y minerales esenciales, lo que aumenta el riesgo de malnutrición en las personas que se han sometido a este tipo de cirugías.

Por otro lado, el alcohol después de una cirugía bariátrica puede irritar la mucosa gástrica y causar molestias gastrointestinales, como acidez estomacal y vómitos. Estos síntomas pueden ser particularmente problemáticos en pacientes con una anatomía gástrica modificada después de la cirugía bariátrica.

En definitiva, la prohibición de consumir alcohol después de una cirugía bariátrica se basa en la necesidad de proteger la salud y el éxito a largo plazo de los pacientes. El alcohol puede tener efectos adversos significativos en el cuerpo de alguien que ha pasado por esta cirugía, por lo que es esencial que los pacientes sigan las recomendaciones médicas y eviten el consumo de alcohol para lograr los mejores resultados posibles en su objetivo de apostar por una rutina saludable.

Otras restricciones después de una cirugía bariátrica

Sin embargo, el especialista comenta que el paciente sí que se puede dar algún que otro capricho, “siempre y cuando sea consciente de que es algo puntual y que no puede convertirse en un hábito”.

Lo mismo ocurre con el dulce. Se trata de un grupo de alimentos del que deben prescindir las personas con problemas de obesidad que se han sometido a una cirugía bariátrica. Eso no quiere decir que de forma muy puntual y con el conocimiento del equipo de nutricionistas que lleva su plan de alimentación, estos pacientes puedan tomar algo de dulce.

En una celebración se puede ser un poco menos estricto; es posible comer de todo excepcionalmente, lo que no significa que se pueda hacer todos los fines de semana.

A modo de resumen, el Dr. Aragó explica que las cosas que están absolutamente prohibidas tras una cirugía de la obesidad son:

  • Alcohol
  • Antiinflamatorios
  • Corticoides
  • Tabaco

Todos ellos incrementan el riesgo de úlceras gástricas y de estómago, que son complicaciones graves de la cirugía bariátrica. Es decir, “en pacientes sin cirugía previa son graves, pero en pacientes que han sido sometidos a una cirugía bariátrica, si consumen estos productos, la probabilidad de que desarrollen estas complicaciones es muy alta”.

Por eso, es clave que tras una cirugía de la obesidad, los pacientes sigan las recomendaciones establecidas por su equipo médico para que se puedan alcanzar los objetivos propuestos y se llegue a un mantenimiento del peso.

Cómo preparar la fruta y la verdura que debemos consumir en una dieta sana

En la búsqueda constante de un estilo de vida saludable, la alimentación desempeña un papel fundamental. Entre los pilares de una dieta equilibrada se encuentran las frutas y verduras, auténticos tesoros nutricionales que brindan una amplia gama de beneficios para la salud. Sin embargo, la forma en que preparamos estos alimentos puede ser determinante para conservar sus propiedades y maximizar sus efectos positivos en nuestro organismo.

Las autoridades sanitarias recomiendan un consumo diario de cinco raciones de fruta y verdura para tener una alimentación sana y equilibrada. ¿Cómo preparar la fruta y la verdura que debemos consumir en una dieta sana? Desde el Hospital de Manises, ¡te lo contamos!

¿Cuánto representa una ración de frutas y verduras?

La cantidad exacta que constituye una ración de frutas y verduras puede variar según las recomendaciones dietéticas y las necesidades individuales, pero generalmente se establecen pautas que ayudan a guiar a las personas hacia una ingesta equilibrada.

En términos generales, las autoridades de salud, como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Departamentos de Agricultura o Salud de diferentes países, sugieren que una porción estándar de frutas o verduras es de aproximadamente 80 gramos.

Conociendo esto, es importante que sepas que una ración de fruta equivale a:

  • Una pieza de fruta, como naranja, manzana, pera, melocotón, plátano…
  • Si son más pequeñas, como el albaricoque, las mandarinas y los higos, una ración la componen dos piezas.
  • Si son aún más pequeñas, como las cerezas, las fresas, las uvas y los frutos rojos, tienes que tomar un bol.
  • De sandía, melón o piña, puedes tomar un par de rodajas.

Y una ración de verduras equivale a:

  • Un plato de verdura cocida, como judías verdes, puré, menestra…
  • Dos o tres tomates, zanahorias o pepinos.
  • Un pimiento, calabacín, berenjena.
  • Un plato de ensalada variada.

¿Qué beneficios aporta la fruta y verdura?

La fruta y verdura son excelentes alimentos a tener en cuenta en una dieta sana y equilibrada. El incorporar estos alimentos en tu dieta semanal reduce el riesgo de obesidad, de enfermedades cardiovasculares y de algunos tipos de cáncer.

Además, una dieta basada en fruta y verdura aporta a tu cuerpo numerosos beneficios como:

  1. Nutrientes esenciales: La fruta y verdura son ricas en vitaminas, minerales y antioxidantes necesarios para el buen funcionamiento del cuerpo.
  2. Fibra: Las frutas y verduras contribuyen a la salud digestiva, previenen el estreñimiento y ayudan en el control del peso.
  3. Bajas en calorías y grasas: Una dieta sana y equilibrada es una excelente opción para mantener o perder peso, así como reducir el riesgo de enfermedades relacionadas con la dieta.
  4. Antioxidantes: Las frutas y verduras combaten el estrés oxidativo, reduciendo el riesgo de enfermedades crónicas como enfermedades cardíacas y cáncer.
  5. Hidratación: El alto contenido de agua encontrado en las frutas y verduras ayuda a mantener la hidratación del cuerpo, además de aportar beneficios para la piel y el sistema inmunológico.

Fruta y verdura

Fomentar el consumo de fruta y verdura

En una era donde la prisa y las demandas cotidianas pueden hacer que descuidemos nuestros hábitos alimenticios, es esencial recordar el papel crucial que desempeñan las frutas y verduras en nuestro bienestar.

Nuestro equipo de expertos nos ofrecen unas recomendaciones que se pueden seguir para fomentar el consumo de fruta y verdura en los hogares:

  • Compra fruta y hortalizas frescas de temporada: tienen más sabor y son más económicas.
  • Comprar a los productores locales: se pueden consumir más frescas y se evita la contaminación que produce su transporte.
  • Intentar huir de las frutas y verduras envasadas, y optar por la compra a granel.
  • Tener la fruta a la vista en la cocina y en la nevera.
  • Añadir fruta a las ensaladas.
  • Alternar las verduras crudas, en ensaladas o cremas frías, con las cocinadas al vapor, hervidas, salteadas, al horno o en puré.
  • Emplear las verduras tanto para primeros platos como para guarnición.
  • Los sofritos y los pistos se pueden tener preparados y congelados. De esta forma, se pueden utilizar cuando sean necesario.

El mejor momento del día para el consumo de fruta en niños

Para que los niños puedan tomar la cantidad de fruta recomendada, es bueno que la tomen en el desayuno, en el postre o en la merienda, intentando respetar sus gustos y ampliándolos en función de la fruta de temporada. También es bueno incluir las verduras en las comidas principales y se pueden añadir a los bocadillos del desayuno o la merienda.

También se debe tener en cuenta la alimentación en la época escolar y que los colegios ofrezcan a sus alumnos una alimentación sana y rica en frutas y verduras.

Buenas prácticas para seguir una dieta sana y equilibrada

Seguir una dieta sana y equilibrada implica la adopción de prácticas alimenticias fundamentales para el bienestar. La diversidad alimentaria, garantizando la inclusión de frutas, verduras, granos enteros y proteínas magras, se erige como piedra angular.

Controlar las porciones y mantenerse hidratado son aspectos esenciales, al igual que la limitación de alimentos procesados, azúcares y grasas saturadas. La elección de métodos de cocción saludables preserva los nutrientes, mientras que la planificación de comidas y la práctica de comer conscientemente promueven decisiones alimenticias más informadas.

Por último, complementar esta práctica con actividad física regular completa el enfoque holístico hacia una dieta que nutre no solo el cuerpo, sino también el bienestar general.

Cuáles son los tipos de obesidad y cómo tratarlos

La obesidad es una enfermedad crónica que se caracteriza por una acumulación excesiva de grasa en el cuerpo.

La obesidad puede afectar la salud de todos los pacientes que la padecen de diferentes maneras: aumentando el riesgo de enfermedades crónicas como diabetes tipo 2, enfermedades cardíacas, hipertensión, colesterol alto, enfermedad hepática grasa, apnea del sueño, problemas de movilidad y ciertos tipos de cáncer, entre otras.

La obesidad puede ser causada por diferentes factores, como una dieta poco saludable, falta de actividad física, predisposición genética, trastornos hormonales, estrés, entre otros.

La prevención y el tratamiento de la obesidad se basan en un estilo de vida saludable, que incluye una alimentación equilibrada, actividad física regular, manejo del estrés, y en algunos casos, tratamiento médico o quirúrgico.

En el siguiente artículo, desde Hospital de Manises, trataremos los tipos de obesidad y cómo la cirugía bariátrica puede ayudar a resolver esta patología. 

¿Cuántos tipos de obesidad existen?

A la pregunta de cuántos tipos de obesidad hay, no podemos dar una respuesta concreta, ya que esta enfermedad se clasifica atendiendo a diferentes causas. ¡Te las contamos!

Algunos de los tipos de obesidad más comunes son: 

  • Obesidad visceral: se caracteriza por el exceso de grasa en la región abdominal. La obesidad visceral supone un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes de tipo 2, hipertensión arterial y otros problemas de salud.
  • Obesidad subcutánea: se produce por el exceso de grasa debajo de la piel. Puede ser menos perjudicial para la salud que la obesidad visceral, pero aún así puede aumentar el riesgo de enfermedades crónicas como la diabetes y enfermedades del corazón.

Además, existen otros tipos de obesidad que se clasifican en relación a su origen. Estas son: 

  • Obesidad genética: las personas con antecedentes familiares de obesidad tienen un mayor riesgo de desarrollarla.
  • Obesidad por trastornos hormonales: algunos como el hipotiroidismo y el síndrome de ovario poliquístico. 
  • Obesidad por factores ambientales y de estilo de vida: tales como el sedentarismo, la falta de actividad física, la mala alimentación, el estrés crónico y la falta de sueño.

Es importante recordar que la obesidad puede ser un problema complejo con varias causas subyacentes. Además, es necesario tratarla de manera individualizada y con un enfoque integral que aborde los factores de estilo de vida, los factores médicos y los factores psicológicos que pueden estar contribuyendo al problema.

Tratamiento para la obesidad: la cirugía bariátrica

El Dr. Pau Aragó, de la Unidad de Obesidad y Cirugía Bariátrica del Hospital de Manises, afirma que la cirugía es la última opción terapéutica para tratar la obesidad, es el último escalón del tratamiento.

Para poder alcanzar los objetivos marcados por la cirugía bariátrica, el paciente debe implicarse en el tratamiento de forma total y absoluta. 

La adherencia a un estilo de vida saludable y el ejercicio diario, en la medida de lo posible, es clave para mantener a largo plazo los efectos conseguidos por la cirugía, ya que más tarde entraremos en detalle en la reganancia de peso después de la cirugía bariátrica.

No obstante, el apoyo psicológico no es imprescindible, pero es más fácil conseguir los objetivos marcados con esa ayuda. En este sentido, el apoyo familiar es muy importante, ya que es clave que las personas más cercanas entiendan que el tratamiento quirúrgico de la cirugía bariátrica es, ante todo, por salud. 

Hay que tener en cuenta que los malos hábitos familiares  influyen decisivamente a la hora de conseguir el éxito de la cirugía bariátrica, por eso, es imprescindible cambiarlos en los casos que sean necesarios.

¿Qué es la cirugía bariátrica?

La cirugía bariátrica es un conjunto de procedimientos quirúrgicos que se realizan para ayudar a las personas con obesidad mórbida a reducir su peso y mejorar su salud.

Estas intervenciones quirúrgicas tienen como objetivo reducir el tamaño del estómago o modificar el sistema digestivo, para poder ingerir menos alimentos y que la absorción de nutrientes sea menor.

La cirugía bariátrica es una opción de tratamiento efectiva para algunas personas con obesidad mórbida, pero también conlleva riesgos y complicaciones como la reganancia de peso después de la cirugía bariátrica.

Los pacientes que podrían someterse a una cirugía bariátrica podrían ser aquellos que: 

  • Tienen un Índice de Masa Corporal (IMC) de 40 o más.
  • Tienen un IMC de 35 y alguna enfermedad relacionada con la obesidad (diabetes tipo 2, hipertensión arterial o apnea del sueño).

Se puede abordar de diferentes maneras dependiendo del caso, los tipos de intervenciones son: bypass gástrico, manga gástrica, banda gástrica ajustable y plicatura gástrica.

Es importante acudir al médico especialista para determinar si la cirugía bariátrica es la opción adecuada y evaluar los beneficios y riesgos en cada caso específico.

Otros tipos de obesidad y cirugías bariátricas

En algunos casos concretos, los niños también podrían someterse a una cirugía bariátrica

El Dr. Aragó señala que se puede operar en ciertos casos determinados. “Hay niños con colesterol, diabetes e hipertensión que se han llegado a operar. 

En España hay poca casuística, pero sí que hay algún hospital en que se llevan a cabo este tipo de intervenciones. No obstante, en Estados Unidos, donde el problema de la obesidad es más grave, se han operado más casos”.

Con respecto a las mujeres que quieren ser madres, nuestro cirujano apunta que cuando la obesidad es una causa de infertilidad, puede ser conveniente abordar el tratamiento quirúrgico y esperar un tiempo para retomar la maternidad. 

En general, es mejor realizar la cirugía bariátrica antes, pues será más fácil quedarse embarazada. Se tendrán menos problemas durante la gestación y los niños serán más sanos. No obstante, cada caso hay que verlo de forma individualizada.

Respecto a los efectos secundarios, el Dr. Aragó advierte que después de una gastrectomía tubular o manga gástrica hay pacientes que tienen un reflujo o ardor que no mejora con tratamiento médico

En ese caso, se puede hacer un by-pass para resolverlo, “porque algunas reintervenciones pueden ser  también para resolver efectos secundarios”.

Reganancia de peso después de la cirugía bariátrica

La reganancia de peso después de la cirugía bariátrica es un problema que puede ocurrir en algunos pacientes. La cirugía bariátrica es una herramienta efectiva para la pérdida de peso a largo plazo, pero no es una cura milagrosa para la obesidad. Para mantener la pérdida de peso a largo plazo después de la cirugía bariátrica, los pacientes deben seguir un estilo de vida saludable, que incluya una alimentación equilibrada y actividad física regular.

La reganancia de peso después de la cirugía bariátrica puede ser causada por diferentes factores, como el incumplimiento de las recomendaciones dietéticas y de actividad física, el consumo de alimentos altos en calorías y grasas, la falta de seguimiento médico y la aparición de complicaciones médicas.

Para prevenir la reganancia de peso después de la cirugía bariátrica, es importante que los pacientes sigan las recomendaciones médicas y nutricionales después de la cirugía, que incluyen una dieta saludable y ejercicio regular. Además, el seguimiento médico regular es fundamental para detectar cualquier problema a tiempo y realizar ajustes necesarios en la dieta y el estilo de vida del paciente.

En casos de reganancia de peso después de la cirugía bariátrica, es importante que el paciente busque ayuda médica para identificar las causas y buscar soluciones para revertir el proceso.

Qué esperar tras una cirugía bariátrica.

La cirugía bariátrica es un procedimiento quirúrgico que se ha convertido en una opción efectiva para aquellos pacientes que han intentado otros métodos de pérdida de peso sin éxito.

Sin embargo, es imprescindible tener en cuenta que con cualquier procedimiento quirúrgico, existen riesgos y que dependerá del tipo de obesidad que presente el paciente.

En este sentido, es importante que los pacientes comprendan qué pueden esperar tras la cirugía y qué resultados van a tener en el largo plazo.

Es por eso que en el post de hoy te contaremos cuáles son los beneficios de someterse a una cirugía bariátrica frente a otros métodos de pérdida de peso, las medidas básicas para evitar la reganancia de peso y algunas falsas creencias en torno a esta intervención.

Aspectos a tener en cuenta en una cirugía bariátrica

El objetivo principal de la cirugía de la obesidad tiene que ser realista en cuanto al peso que se necesita perder y mantenerlo en el tiempo. 

Además, si hay enfermedades derivadas de la obesidad, poder curarlas, según explica el Dr. Pau Aragó, de la Unidad de la Obesidad y Cirugía Bariátrica de nuestro hospital.

Normalmente, el equipo multidisciplinar implicado en los casos que se atienden en esta Unidad indica que se tarda un año en conseguir ese peso objetivo.

 “Hacemos un año de seguimiento del caso, con pautas a seguir e indicaciones médicas, nutricionales, hábitos saludables, actividad diaria… hasta llegar a la cirugía”.

La persona que se va a someter a una cirugía para perder peso tiene que saber que con la cirugía solo no se puede adelgazar y que es posible que haya una reganancia de peso después de la cirugía bariátrica si no toman las medidas adecuadas para cuidarse.

Nuestro cirujano explica que hay tres pilares:

  • Cirugía.
  • Aprender buenos hábitos alimenticios.
  • Ejercicio.

Estos tres aspectos son igual de importantes. “Es posible que se haga una cirugía, consigamos el peso objetivo y no sigan los otros dos pilares, pero con el tiempo, el paciente volverá al peso de inicio”, asegura el especialista, quien añade que “la cirugía no es un tratamiento definitivo”.

Es por eso que hay que informar a los pacientes que deciden intervenirse, qué no se puede hacer después de una cirugía bariátrica para evitar que haya un estancamiento o directamente se vuelva a la situación anterior a la cirugía.

¿Qué hábitos debo seguir después de la cirugía bariátrica?

La obesidad es una enfermedad crónica con la que hay que convivir y que hay que tratar de forma adecuada e individual, ya que cada paciente tiene unas necesidades específicas.

Por eso, el Dr. Aragó no duda en afirmar que “la cirugía hay que mimarla. Es importante, por no decir imprescindible cumplir con las indicaciones y hábitos saludables para que sus efectos duren el mayor tiempo posible”.

La duración de los resultados depende del estilo de vida que adopte el paciente. Si no se cuida y no sigue las recomendaciones pautadas por su equipo de especialistas, volverá a la situación inicial.

Porque la adherencia a un estilo de vida saludable, junto con unos hábitos de nutrición y actividad física adecuados, son la única garantía para mantener lo que se ha logrado con la intervención quirúrgica. 

Hay que salir del círculo vicioso para entrar en el círculo virtuoso: de engordo, hago poco ejercicio, como más, me deprimo, como más, dejo de hacer ejercicio, no hago ejercicio porque no me siento bien, me siento mal, no quiero… a hago ejercicio, me siento mejor mejor, como mejor, duermo mejor, me siento más optimista, mantengo una nutrición saludable…”.

Falsos mitos en el postoperatorio de la cirugía bariátrica

Muchas personas que se van a someter a cirugía de la obesidad siguen teniendo falsas creencias en torno a este procedimiento quirúrgico. 

El Dr. Aragó les saca de dudas comentando las principales inquietudes:

Solo voy a poder comer sopas y purés. Se puede seguir una amplia y variada alimentación, pero en cantidades razonables, adecuadas al peso y actividad física que se haga.

El tratamiento con by-pass me va a generar diarreas o visitas al baño incontroladas. Es algo que puede suceder si no se siguen las pautas nutricionales con la cantidad determinada y los alimentos recomendados. 

En algunos casos específicos y puntuales puede suceder que se agrave la intolerancia a ciertos alimentos que ya tuviera el paciente.

Me voy a quedar sin pelo. Es habitual en mujeres y puede suceder mientras se produce la pérdida de peso tras la cirugía, pero al estabilizarse el peso, se vuelve a la situación normal.

Soy diabético, ¿me puedo operar? Es posible siempre que se cumplan los criterios médicos de tener diabetes tipo 2 con mal control glucémico.

¿Es posible que aumente mi cansancio después de una cirugía bariátrica? Debido a la menor ingesta de alimentos y a los cambios que sufre el cuerpo puede ser que el cansancio del paciente sea mayor.

Sin embargo, siguiendo las pautas del especialista en cuanto a la alimentación y cómo dormir después de una cirugía bariátrica, no tienen porqué existir problemas.

Si no sabes si eres candidato para someterse a una cirugía de pérdida de peso, desde el Hospital de Manises, te ayudamos y te acompañamos en el proceso ¡Contacta con nosotros!

Pequeños cambios que te ayudarán a comer de manera saludable

Hay pequeños cambios en la alimentación que pueden transformar positivamente nuestra salud. Además de aportarnos la energía necesaria para nuestra vida diaria, la alimentación es fundamental para prevenir enfermedades y alcanzar un envejecimiento saludable. Pero, ¿cuáles son los cambios que debemos hacer?

En nuestra dieta muchas veces pecamos por exceso o defecto, y además nos suele faltar información sobre cuáles son las alternativas más saludables a ciertos alimentos, es decir qué alimentos podemos sustituir por otros similares pero de mayor valor nutricional. Por lo tanto, los cambios que realicemos pueden enmarcarse en tres grupos:

  • Alimentos que debemos consumir más.
  • Alimentos que debemos cambiar por otros.
  • Alimentos que debemos consumir menos.

 

¿Qué alimentos tenemos que comer más?

En este grupo están los alimentos que son más saludables: aportan fibra, vitaminas y minerales de alto valor nutricional. En este grupo se encuentran:

  • Frutas
  • Verduras y hortalizas.
  • Legumbres
  • Frutos secos.

A estos alimentos debemos incluir otra recomendación importante relacionada con el estilo de vida, que es mantenerse activo desde el punto de vista físico y social, ya que es beneficioso tanto para el cuerpo como para la mente.

 

¿Qué alimentos debemos cambiar por otros?

El objetivo es cambiar un alimento por una versión más saludable. Algunos ejemplos:

  • Sustituir el pan, la pasta o el arroz blancos o refinados por sus versiones integrales, aumentando así el aporte de fibra y nutrientes de calidad.
  • Utilizar aceite de oliva virgen en vez de otros aceites y grasas.
  • Tomar agua en lugar de bebidas más calóricas o que contengan azúcares.
  • Elegir productos de temporada y de proximidad, que mantienen mejor sus propiedades al sufrir menos traslados, manipulación y periodos de almacenamiento.

 

¿Qué alimentos tenemos que comer menos?

Este grupo engloba algunos alimentos cuyo consumo en exceso puede tener consecuencias negativas en nuestra salud, ya que elevan el riesgo de desarrollar numerosas enfermedades. Algunos de estos alimentos son:

  • Sal, salazones, encurtidos…
  • Azúcar.
  • Alimentos y bebidas azucaradas.
  • Carne roja y procesada.
  • Alimentos ultraprocesados, ricos en azúcares, grasas, sal, aditivos…

Hacer cambios en la alimentación no siempre es fácil, pero puedes empezar poco a poco introduciendo primero un par de cambios y añadiendo nuevos cambios cuando los primeros ya se hayan afianzado y convertido en una costumbre. ¡Tu salud te lo agradecerá!

Conoce los grupos de alimentos para preparar platos saludables

Para llevar una alimentación saludable es importante que sigamos la pirámide de la alimentación, que nos orienta sobre la frecuencia y las cantidades que debemos tomar de cada grupo de alimentos. En la base del triángulo encontramos los alimentos que deben prevalecer en nuestra dieta y que debemos consumir a diario. En el segundo escalón se encuentran alimentos que debemos consumir con menos frecuencia, mientras que en la cima están los que se deben comer de manera ocasional.

La pirámide de la alimentación también se complementa con dos recomendaciones fundamentales: beber agua para mantenerse bien hidratado y hacer ejercicio todos los días.

¿Cuáles son los grupos de alimentos?

Hortalizas: son plantas cultivadas que se pueden comer tanto crudas como cocinadas. Aportan fibra (principalmente soluble), vitaminas, minerales y muy pocas calorías.

Fruta fresca: para beneficiarnos de todas sus propiedades es importante comerla fresca y si es posible con su piel. Es una fuente importante de vitaminas, minerales y fibra, y la cantidad de estos nutrientes varía de una fruta a otra.

Farináceos integrales: incluyen los cereales, las legumbres, el pan, la pasta, el arroz, la patata y otros tubérculos. Estos alimentos son ricos en hidratos de carbono y nos aportan gran parte de la energía que necesitamos para nuestras actividades diarias. Pero además, son una buena fuente de fibra, vitaminas y minerales.

Frutos secos (crudos o tostados): son ricos en grasas saludables (principalmente monoinsaturadas y poliinsaturadas) y de minerales. También aportan pequeñas cantidades de proteínas e hidratos de carbono. Este grupo incluye las nueces, avellanas, almendras, pistachos, cacahuetes, pipas…

Leche, yogur y queso: aportan proteínas, hidratos de carbono, vitaminas y minerales, como el calcio, fundamental para mantener una masa ósea fuerte. El contenido de grasa depende del tipo de lácteo.

Carne, pescado, huevos y legumbres: aportan proteínas, que nos ayudan a absorber aminoácidos necesarios para reparar el tejido muscular. Las proteínas de origen animal cuentan con todos los aminoácidos que necesita el organismo, mientras que las de origen vegetal contienen solo una parte de los aminoácidos, por ello es importante combinar distintas fuentes de proteínas. Estos alimentos también son ricos en hierro, vitaminas y, en el caso del pescado, ácidos grasos omega 3.

Agua: es imprescindible para el buen funcionamiento del organismo, y, por ello, debe ser nuestra principal fuente de hidratación. Se recomienda beber 1,6 litros al día en el caso de las mujeres y 2 litros en los hombres, pero hay que tener en cuenta que también obtenemos agua de los alimentos sólidos.

Aceite de oliva virgen: es rico en vitaminas E y K, en ácidos grasos omega 3 y 6, y las grasas que aporta son principalmente monoinsaturadas. Su consumo se asocia a una reducción de los niveles de colesterol LDL (colesterol malo) y a una mejora de la salud cardiovascular.

 

Un ejemplo de plato saludable

Siguiendo la pirámide de la alimentación, un plato saludable debería contener un 50% de verduras y hortalizas, un 25% de fuentes proteicas y un 25% de farináceos. Un ejemplo sería un plato compuesto por pechuga de pollo cocinada a la plancha con un poco de aceite de oliva y especias (por ejemplo, hierbas provenzales), acompañada de un poco de arroz integral y un salteado de verduras, que puede incluir brócoli, calabacín, pimiento rojo, pimiento verde, cebolla…

8 claves para un menú semanal saludable

Hacer una previsión semanal de lo que se va a comer ayuda a tener una alimentación saludable, equilibrada y basada en productos de temporada y de producción local. Elaborar un menú semanal permite hacer una lista de la compra y adquirir solo los productos necesarios. De esta forma, se evitan alimentos poco saludables o poco nutritivos y también desechar alimentos.

Los expertos del Hospital de Manises ofrecen una serie de consejos para llevar una alimentación saludable:

  1. Consumir alimentos de todos los grupos. A su vez, dentro de cada grupo hay que intentar abarcar la mayor variedad posible, ya que cada alimento es único y rico en determinados nutrientes.
  2. Tener una buena hidratación. Para ello, consuma frutas, verduras y hortalizas que son alimentos con gran contenido en agua. Beba siempre que tenga sed. Para saciar la sed, la mejor bebida es el agua, ya que no tiene azúcar ni alcohol. El agua del grifo es la mejor opción, la más económica y la de menor impacto medioambiental ya que no genera residuos plásticos. 30-35ml de agua por kilogramos de peso es lo que se recomienda consumir al día. Sin embargo, ante determinadas situaciones, como en verano o al hacer deporte, es necesario beber más líquidos. Para darle sabor al agua, puede añadirle una gotas o rodajas de limón o naranja, unas rodajas de pepino o algunas hojas de menta fresca. Hay que tener cuidado con los zumos que llevan azúcares añadidos.
  3. Reducir el consumo de azúcar blanco o integral, panela, miel, siropes, fructosa, zumos de fruta y bebidas azucaradas. El azúcar no debería superar el 5% de las calorías consumidas en un día (los azúcares de la fruta entera no se computan en este 5%).
  4. Sal. La Organización Mundial de la Salud recomienda no consumir más de 5 gramos de sal al día, lo que equivale a una cucharadita de postre al día. Use sal yodada. Su consumo en exceso no es saludable, sobre todo en personas con hipertensión.
  5. Consumir productos frescos. Evitar los alimentos procesados ayudará a evitar las grasas saturadas, las harinas refinadas y el exceso de azúcar. La opción más saludable es incluir los productos frescos siempre que sea posible en la cesta de la compra.
  6. Moderar el consumo de carne roja (ternera, toro, cerdo, cabrito, cordero, caballo) a un máximo de 1-2 raciones a la semana. En general, puede consumir carne 3-4 veces por semana. Puede sustituir la carne roja por legumbres (3-4 veces por semana), huevos (3-4 veces por semana), pescado (3-4 veces por semana) o carne blanca (pollo, pavo, conejo hasta 3-4 veces por semana incluyendo la carne roja).
  7. Eliminar o reducir el consumo de alcohol. La ingesta de alcohol no es recomendable y los adultos no deben consumir más de dos bebidas al día.
  8. Tomar fibra. Las dietas ricas en fibra ayudan a regular el organismo, mantener los niveles de colesterol, aumentar la sensación de saciedad y reducir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Para mejorar su ingesta de fibra, incluya verduras y hortalizas dos veces al día (en comida y cena), un puñado de frutos secos de 3 a 7 veces por semana, 3 piezas de fruta al día, legumbres 3-4 veces por semana y cerales integrales, como por ejemplo arroz integral o pan integral.

 

Cómo afectan los kilos de más en las rodillas a tu salud

La obesidad probablemente representa la mayor amenaza para la salud, por lo que los kilos de más en las rodillas pueden provocar problemas a corto plazo. No solo por la misma obesidad sino por los factores que conlleva. Una persona obesa suele reunir varios factores de riesgo como una vida sedentaria, una mala alimentación, hipertensión, diabetes etc. “El sobrepeso supone una sobrecarga para el sistema musculoesquelético y las rodillas son las articulaciones que más sufren bajo esta sobrecarga”, explica explica el Dr. Marco Strauch Leira, jefe del Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología de nuestro hospital.

Hay que tener en cuenta que la superficie articular, los cartílagos, no soportan esta sobrecarga y el resultado puede ser una artrosis precoz. Por otro lado, las partes blandas que rodean la rodilla,como los ligamentos, tendones y músculos, no son capaces de compensar esta sobrecarga y pueden deteriorar antes de tiempo.

Elegir el deporte adecuado

Si la carga que tiene que soportar la rodilla en un paciente obeso ya es excesiva y puede condicionar el deterioro precoz, los deportes de impacto multiplican esta carga y pueden acelerar este proceso. Así, las lesiones más frecuentes en pacientes obesos no son traumáticas. “La mayoría de pacientes que acuden a nuestras consultas sufren sobrecargas dolorosas de las partes blandas de la rodilla o incluso han iniciado un deterioro precoz de la superficie articula (artrosis)”, especifica nuestro especialista, quien destaca la importancia de encontrar un deporte que le guste a cada uno y que realice con entusiasmo y alegría, y no como un castigo u obligación. “Si queremos elegir deportes menos dañinos para las articulaciones intentaremos escoger los que no supongan impactos excesivos. El ciclismo, la natación o el remo son buenos ejemplos”.

Para reducir la carga mecánica sobre las articulaciones solo existen dos posibilidades, tal y como detalla el Dr. Strauch. “La primera es obvia y consiste en reducir la carga reduciendo el peso. La segunda se basa en reducir la fuerza del impacto utilizando un calzado que aporte estabilidad y amortiguación suficiente”.

Y es que toda lesión articular conlleva una alteración de la biomecánica de la misma y puede dar lugar al desarrollo de un desgaste precoz; es decir, a una artrosis postraumática. Por eso, todas las lesiones deben ser correctamente diagnosticadas y siempre que sea posible corregidas. La intervención de plastia de ligamento cruzado es un buen ejemplo.

Nuestro jefe del Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología indica que “por definición todas aquellas lesiones que no se curan por sí mismas o son corregidas quirúrgicamente se convierten en crónicas. Algunas son menos importantes y podemos convivir con ellas toda la vida y otras nos causan una artrosis precoz, que puede hacer necesaria hasta una prótesis de rodilla durante la vida laboral”.

 

Todo lo que debes saber sobre el aceite de palma

El aceite de palma es un ingrediente común en la bollería, “snacks” y productos procesados: patatas fritas, cereales del desayuno, galletas, precocinados, congelados, pizzas, margarinas, chocolates… “También está presente en muchos productos de alimentación infantil (leches infantiles, cereales, …), pero en un contenido similar al de la leche materna”, detalla la doctora María Antonia Moreno, pediatra de nuestro hospital.

Y es que el aceite de palma es un aceite vegetal rico en grasas saturadas, sobretodo ácido palmítico, que se emplea frecuentemente en alimentación. En su forma refinada no aporta sabor, es muy estable y no se enrancia ni oxida fácilmente. Mantiene bien sus propiedades organolépticas cuando se eleva la temperatura, por lo que se utiliza en alimentos que se cocinan o preparan a altas temperaturas. Esto, junto con su rendimiento (produce diez veces más aceite por unidad de área que otras cosechas de semillas oleosas) y su precio, han hecho que sea el aceite vegetal más usado en el mundo.

Existe una recomendación médica expresa de limitar el consumo de grasas saturadas, tanto vegetales (aceite de palma y otros) como animales por sus potenciales efectos perjudiciales para la salud, sobre todo por el aumento de la obesidad y la enfermedad cardiovascular. Así, las recomendaciones de consumo de grasa para la población (referida a mayores de 2 años), es que el consumo total de grasa sea inferior al 30% del aporte calórico total, y las grasas saturadas deben de ser menos del 10%. Es decir, “no se recomienda no consumir grasas saturadas, si no que lo que se recomienda es que el consumo no sea excesivo (menor del 10% del contenido calórico total)”, puntualiza nuestra pediatra.

Datos que llevan a la confusión

En los últimos meses ha habido un aumento de la preocupación por el aceite de palma, debido a una alerta de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), pero esta alerta hacía referencia a los contaminantes generados en el proceso de refinamiento del aceite de palma (3-MPD, glicerol y ésteres de glicerol); y no tanto a sus características nutricionales.

De hecho, desde la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN), del Ministerio de Sanidad, se está trabajando en la reformulación y mejora de la composición de alimentos. Se contempla, entre otras medidas, el empleo de aceites con un perfil nutricional más saludable. Sin embargo, “aún es necesario demostrar que las alternativas que se propongan sean seguras para la salud y factibles para garantizar las características organolépticas de los alimentos. Antes de modificar políticas de Salud Pública es necesario disponer de datos robustos sobre los efectos para la salud y las consecuencias socioeconómicas de esos cambios”.

Recomendaciones

Teniendo en cuenta estas premisas, la doctora Moreno recuerda que las necesidades de energía del lactante y del niño pequeño son más elevadas. La grasa constituye el 50% del contenido energético de la leche materna y de las fórmulas infantiles. Por eso, no está indicada la restricción del consumo de grasa en estas edades. Hay que tener en cuenta que “el ácido palmítico es el ácido graso más abundante en el organismo y tiene distintas funciones, además de la producción de energía, como es la formación de surfactante pulmonar, garantizar unión celular o algunas funciones a nivel del sistema nervioso”, afirma nuestra pediatra, quien añade que la leche materna es el alimento ideal en el lactante y el modelo sobre el que se elaboran las fórmulas sustitutivas de la leche materna. De todos los ácidos grasos saturados de la leche materna, el ácido palmítico es el más abundante (20-25%), se trata de ácido beta-palmitato. En las fórmulas infantiles, el contenido de ácido palmítico es similar al de la leche materna.

Por su parte, para adolescentes las recomendaciones son similares a las de los adultos: el consumo total de grasa debe ser inferior al 30% del aporte calórico total, y las grasas saturadas deben de ser menos del 10%.

Para hacer frente a los excesos de grasa nada mejor que seguir una dieta adecuada. Nuestra especialista hace hincapié en las recomendaciones que promueven una alimentación equilibrada, variada y moderada incluyendo cereales de grano entero, frutas, verduras, legumbres, lácteos y alternando el consumo de pescados, huevos y carnes magras, junto con el uso preferente de aceite de oliva virgen extra.