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¿En qué consiste la cirugía de menisco?

La cirugía de menisco consiste en una cirugía mínimamente invasiva que se lleva a cabo mediante pequeñas incisiones en la rodilla, permitiendo remover y estabilizar la lesión del menisco.

Esta cirugía puede ser compleja y va desde la sutura meniscal, la resección parcial o meniscectomía, hasta los trasplantes de menisco. Según el Dr. Marco Strauch Leira, jefe de nuestro Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología, generalmente la cirugía de menisco se realiza siempre por vía artroscópica, es decir, por pequeños portales en la rodilla y sin abrir la articulación.

Tipos de lesiones de menisco

Tanto el método de cirugía como el momento idóneo para llevar a cabo una cirugía de menisco dependerá principalmente del tipo de lesión. De manera general podríamos dividirlas en lesiones suturables o no suturables.

  • Lesiones suturables: en general, cuanto antes se lleve a cabo la cirugía, es mejor, ya que la viabilidad del tejido meniscal será mayor y la técnica quirúrgica suele ser más sencilla. “Si esperásemos mucho tiempo, por ejemplo varios meses, podría convertirse en una lesión irreparable, como pasaría con las roturas en asa de cubo luxadas”, detalla nuestro especialista.
  • Lesiones no suturables: incluyen roturas en pico de loro, oblicuas, degenerativas, algunas horizontales… La intervención podría demorarse todo el tiempo que el paciente necesite, siempre y cuando tolere bien los síntomas que la lesión pueda generarle. En éstas, el tratamiento consiste en la resección del fragmento meniscal roto o meniscectomía.

Dentro de las no suturables hay un tipo de lesiones en las que se recomienda esperar un mínimo de 6 meses para tratarlas: las lesiones meniscales degenerativas. “Esto es debido a que gran parte de ellas dejan de doler y dar síntomas tras dicho periodo, siendo suficiente un buen tratamiento conservador, consistente en antinflamatorios, reposo deportivo, rehabilitación e infiltraciones”, comenta el Dr. Strauch Leira.

No obstante, otros casos, mucho menos frecuentes, suelen requerir una cirugía de relativa urgencia. Se trata de lesiones meniscales que generen un bloqueo para la extensión por interposición del fragmento meniscal roto y, por tanto, generan mucha limitación funcional.

Tiempo de recuperación de una cirugía de menisco

Según nuestro cirujano, la recuperación de la cirugía de menisco depende, principalmente, de si realizamos una meniscectomía simple (quitar la parte del menisco roto), o una sutura o fijación meniscal.

En el primer caso, la recuperación es mucho más rápida, ya que no hay limitación para el apoyo ni para el rango de movilidad tras la cirugía. Por lo que la recuperación depende simplemente de la resolución de la inflamación y del derrame articular posterior a la cirugía. Se puede realizar vida completamente normal a las 2-4 semanas, aproximadamente.

En el segundo caso, podría alargarse un mínimo de 3 meses, permitiendo una vida activa y deportiva normal a partir de los 6-9 meses. Generalmente se limita la movilidad con una ortesis en un rango de 0º-90º, que en algunos casos puede ser algo menor. También podría limitarse el apoyo total o parcialmente hasta 6 semanas en el caso de lesiones radiales suturadas, lesiones de la raíz meniscal reancladas, trasplantes meniscales,…

Por otro lado, tal y como indica nuestro especialista, la recuperación también vendrá condicionada por la existencia de alguna otra lesión asociada que se repare en el mismo acto quirúrgico, como una lesión del ligamento cruzado anterior o posterior, una lesión condral o una corrección del eje de la pierna.

Postoperatorio cirugía de menisco

Es evidente que el reposo es uno de los principales puntos a seguir después de cualquier tipo de cirugía. Sin embargo, se ha comprobado que mantener las articulaciones en reposo e inmovilizar la zona aumenta la atrofia de los músculos y favorece el riesgo de rigidez postquirúrgica. Por este motivo, es muy recomendable realizar movimientos progresivos, que mejoren el riego sanguíneo de las articulaciones, siempre y cuando no impliquen un riesgo para la cirugía o no exista riesgo de provocar otra lesión.

Por otro lado, es importante llevar a cabo una buena higiene de las heridas, evitando una posible infección. En este sentido, es recomendable mojar las heridas y utilizar apósitos tipo film que las cubra cuando no sea posible seguir esa medida.

¿Qué hacer ante un esguince de grado 2?

Los esguinces son lesiones propias de los ligamentos que se encargan de unir las distintas articulaciones del cuerpo. Los esguinces más frecuentes son los de tobillo, pero pueden producirse en las rodillas, en los dedos, en el hombro, etc.

Las fibras que conforman los ligamentos tienen la suficiente resistencia para reforzar las articulaciones. Sin embargo, al hacer ejercicio, sufrir un golpe o una caída o simplemente al dar un traspié, los ligamentos sufren (se distienden) y lo hacen de tal forma que ya no son capaces de reforzar la articulación y aparece el dolor. Esto es lo que se conoce como esguince y los hay de tres niveles: esguince leve, esguince grado 2 y de grado 3.

¿Qué es un esguince de segundo grado?

Los esguinces se clasifican en tres grados dependiendo de su gravedad: 

  1. En el primer escalón se encuentran los esguinces leves, que casi no producen inestabilidad en la articulación donde se hayan producido. 
  2. En la siguiente posición se encuentra el esguince grado 2, que suele cursar con más dolor, inflamación y equimosis. Además, provoca algo de limitación de movilidad y cierta inestabilidad en la articulación. Si es en el tobillo, duele cuando se apoya y dificulta caminar. 
  3. El esguince de grado 3 produce una rotura completa del ligamento, y la articulación se vuelve significativamente inestable, produciéndose una pérdida funcional severa

Síntomas del esguince de segundo grado

El principal síntoma del esguince de segundo grado, al igual que de los otros esguinces pero en mayor medida que el grado 1, es el dolor y la inflamación de la zona, que suelen ir acompañados de un hematoma que va cambiando de color según avanzan los días. Además, con un esguince grado 2 también se puede tener rigidez en la articulación dañada, puesto que como el ligamento ha sufrido una lesión no es capaz de hacer su función y la articulación pierde su movilidad. Las personas con esguince de segundo grado también pueden sentir calor en la zona. La carga de peso en ese tobillo y el caminar están limitados.

esguince grado 2

¿Cómo se diagnostica?

Para llegar al diagnóstico del esguince grado 2 lo importante es la exploración física por parte de un profesional del tobillo y de los ligamentos dañados. De esa forma, se puede valorar el grado de inflamación, el daño sufrido, la movilidad y estabilidad que tiene dicha articulación. Para salir de dudas sobre una posible fractura ósea, se puede hacer una radiografía. No obstante, si lo que se quiere valorar es el estado de los ligamentos, la ecografía es un buen aliado. 

Otras técnicas de imagen, como la resonancia magnética y la TC, se restringen para casos determinados y en fases más avanzadas de la lesión, pero no se utilizan de forma ordinaria en el diagnóstico del esguince grado 2

¿Qué tratamiento hay que seguir?

El tratamiento del esguince de segundo grado 2 se basa en cuatro pilares:

  • Reposo. Es clave a la hora de la recuperación, sobre todo en los primeros días. Incluso carga parcial durante la marcha, uso de muletas.
  • Frío. Poner una bolsa de hielo en la zona del esguince ayuda a reducir la inflamación, cada 4 horas durante los 2-3 primeros días. Debes tener mucho cuidado y no poner directamente el hielo en la piel, porque puede producir quemaduras. La aplicación del frío debe seguir las pautas propuestas por el especialista para que no aparezcan lesiones inesperadas asociadas al abuso del hielo. 
  • Compresión. El vendaje de la zona donde se localiza el esguince tiene como objetivo reducir la inflamación y tener más sujetos los ligamentos dañados.

esguince grado 2

  • Elevación. Si el esguince grado 2 es en el tobillo, se recomienda tener el pie en alto para reducir la inflamación. Si es en otra articulación, también es aconsejable que esté en alto por el mismo motivo. 

De forma complementaria a los cuatro puntos anteriores se pueden tomar antiinflamatorios no esteroideos o aplicarlos en forma de crema tópica. Además, también se puede utilizar una ortesis de tobillo (tobillera) para mantener estable la articulación durante la marcha, las primeras semanas tras el esguince.

Tratamiento rehabilitador

El tratamiento rehabilitador forma parte del manejo del esguince grado 2. La pauta rehabilitadora debe prescribirla un especialista en rehabilitación y la llevará a cabo el paciente siguiendo las indicaciones del fisioterapeuta. El equipo rehabilitador puede recomendar la realización de diversos ejercicios para mejorar la recuperación del esguince grado 2, y para evitar recurrencias posteriores

Es muy importante recordar que los ejercicios deben seguir la pauta propuesta por los especialistas y no hacer nada que no nos indiquen desde nuestro centro hospitalario, ya que por intentar agilizar la recuperación del esguince de grado 2 podemos hacernos daño y empeorar el curso del tratamiento rehabilitador. 

El tiempo que tarda una persona en recuperarse del esguince de segundo grado depende de las circunstancias de cada uno, no hay un tiempo fijo establecido. Normalmente la recuperación suele variar entre 4 y 8 semanas, aunque las lesiones más graves tardan más en volver a la normalidad. Es el equipo de rehabilitación quien ofrecerá las pautas necesarias para seguir con la recuperación y fortalecer la articulación para que pueda funcionar correctamente. Los ejercicios sirven para tratar el esguince, evitar una inestabilidad articular tras este, y disminuir el riesgo de volver a tener un nuevo esguince.

Medidas de prevención del esguince de grado 2

esguince grado 2

Las medidas de prevención pueden reducir el riesgo de sufrir un esguince grado 2, pero en ningún caso evitan por completo su aparición. Se trata de recomendaciones para fortalecer las articulaciones y sus ligamentos, para que estén más “en forma” y puedan aguantar esfuerzos extraordinarios. Algunas de las pautas recomendadas son:

  • Calentar antes de una actividad deportiva. 
  • Estirar antes y después de hacer ejercicio. 
  • Llevar un calzado adecuado para cada deporte. 
  • Cuidado con las superficies donde se practica deporte. Es importante que no haya mucho desnivel para evitar tropiezos innecesarios. 
  • Realizar una actividad física habitualmente para mantenerse en buena forma física.
  • Si se empieza a  sentir dolor en una articulación, es mejor parar y descansar. 
  • Hacer un chequeo médico antes de iniciar una actividad deportiva, sobre todo si es intensa, o cuando se retoma después de un periodo prolongado de inactividad. 

¿Te ha parecido interesante esta entrada sobre qué hacer ante un esguince grado 2? Si es así, no dudes en echarle un vistazo a nuestro blog o suscribirte a nuestra newsletter para no perderte nuestros mejores consejos.

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Deportes en la playa: ¿cómo evitamos hacernos una lesión?

El verano, la playa y la disponibilidad de mayor tiempo libre son factores que animan a practicar deportes en la playa. Para que sea beneficioso para nuestro organismo y evitar lesiones, el Dr. Javier López Valenciano, del Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital de Manises, recomienda empezar realizando caminatas y posteriormente aumentar el ritmo y/o distancia para así reducir las probabilidades de sufrir lesiones.

Además, “durante este proceso estaremos generando una base aeróbica que nos ayudará a soportar mejor las actividades que realicemos posteriormente, y una tonificación muscular que protegerá nuestros tendones y articulaciones. Por lo que, llevando esto a la práctica de manera correcta, las actividades en la arena pueden ser beneficiosas”.

Recomendaciones para realizar deportes en la playa: atención a los tobillos y rodillas

A la hora de practicar deportes de playa hay que prestar especial atención a las lesiones en rodillas y tobillos, ya que son las zonas más afectadas en este tipo de terreno.

Al ser las articulaciones con mayor carga del peso corporal y las que van a tener que compensar la inestabilidad del terreno, son las que más deberemos cuidar antes de realizar cualquier actividad. 

deporte playa lesión rodilla

La protección de nuestros tobillos y rodillas dependerá de nuestra musculatura y del control del sistema nervioso. Por lo tanto, sería recomendable tener un estilo de vida activo, con práctica de deporte habitual, para que cuando tengamos que realizar deporte en la playa tengamos una musculatura fuerte y rápida para compensar cualquier desequilibrio. 

Rodilleras y tobilleras para hacer deporte, ¿sí o no?

Otra de las recomendaciones de nuestro especialista para evitar lesiones practicando deportes en la playa es que la protección debe ser natural. “El cuerpo posee mecanismos para hacer frente a estas demandas, pero debe ser entrenado con ejercicios de tonificación muscular y de mejora de la propiocepción articular”.

lesiones deporte playa

Aunque algunas personas piensan que las rodilleras y tobilleras pueden proteger de lesiones articulares, el Dr. López Valenciano señala que los estudios llevados a cabo con estas protecciones no han demostrado proteger las articulaciones ante giros o sobreesfuerzos, salvo ortesis muy restrictivas que no permiten prácticamente el movimiento, pero que no son las habitualmente utilizadas por la población general. 

Las rodilleras y/o tobilleras, ortesis blandas, que algunas personas usan para prevenir lesiones en rodillas y tobillos al practicar deporte han demostrado que no llegan a ofrecer un freno físico real ante un desequilibrio. Su función principal es la de ofrecer una sensación de que tienen la articulación protegida, pero no llegan a defender a nuestros ligamentos/tendones/articulaciones ante un giro o exceso de carga. 

Por otro lado, sigue enumerando el especialista, tendríamos las ortesis rígidas, que son dispositivos con estructuras metálicas o plásticas que sí ofrecen un refuerzo mecánico real ante deformidades, pero que restringen el movimiento de la articulación, de tal manera que evitan la práctica de la mayoría de deportes, también los deportes en la playa.

Calentamiento antes de realizar deportes en la playa

Nuestras articulaciones y músculos sufren una alta demanda funcional cuando realizamos deportes en la playa. En consecuencia, deberemos preparar estas estructuras para el ejercicio a realizar. El calentamiento es fundamental y se basa en la realización de ejercicios parecidos a los que vayamos a ejecutar posteriormente, pero con una menor intensidad.

deportes en la playa

En cuanto al calentamiento que hay que realizar, nuestro cirujano ortopédico indica que los principios para el calentamiento serían los mismos que a la hora de hacer cualquier ejercicio, pero al ser periodos de calor no se recomiendan calentamientos de larga duración para evitar la deshidratación. Durante los deportes en la playa es importante hidratarse con frecuencia, y si van a ser actividades de muy larga duración, añadir bebidas con sales minerales.

Cómo se debe correr en la playa

El Dr. Javier López Valenciano recomienda que si se puede evitar correr en la playa, mejor, sobre todo en gente no entrenada. Pero si entra dentro de un plan de entrenamiento pautado por un profesional será éste el que establezca las pautas para realizarlo. “El uso de calzado nos protegerá de contusiones y restará parte de la carga tendinosa al ofrecernos un soporte más rígido que la arena, pero aumenta el riesgo de roces y ampollas. Por el contrario, caminar descalzo favorecerá el fortalecimiento de la musculatura intrínseca del pie, pero tendremos más riesgo de contusiones, heridas o sobrecargas tendinosas”, detalla nuestro especialista. 

En relación a las prendas, serán recomendables aquellas que nos ofrezcan una buena transpiración para eliminar el calor generado durante la actividad, eviten rozaduras y posean una buena protección solar para evitar quemaduras cutáneas.

Ahora que ya conoces algunas pautas para evitar las lesiones al realizar deportes en la playa, quizá te interese saber cómo calentar tus rodillas según el deporte que vayas a realizar y no olvides que llevar practicar cualquier deporte es muy beneficioso para la salud. Si quieres saber por qué, deberás leer este post sobre las ventajas de llevar una vida activa.

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Consejos para hacer deportes en verano, ¿cómo debes prepararte?

Los meses estivales son una buena época para iniciarnos en algún deporte en verano, como el vóley o el fútbol, que los podemos practicar en la playa, el campo y al aire libre.

Para evitar un traspié que cambie el rumbo de las vacaciones, tenemos que tener en cuenta las recomendaciones que ofrece el Dr. Javier López Valenciano, del Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología de nuestro hospital. Estas recomendaciones buscan prepararnos para practicar cualquier deporte en verano de forma tranquila y segura

¿Quieres saber cómo prepararte para practicar cualquier deporte en verano sin sufrir ningún riesgo? ¡Sigue leyendo!

Consejos para hacer deporte en verano

Realizar deporte en verano en la playa, como correr o jugar al voleibol, sin haber practicado previamente y/o sin tener un buen tono muscular y control neuromuscular, puede producirnos una sobrecarga en los tendones. Esto nos parará y nos tendrá unos días con dolores en los tendones y articulaciones que se hayan visto afectadas. 

Por eso, las personas que tengan problemas en articulaciones y quieran practicar deporte en verano deben hacerlo de manera progresiva y bajo supervisión de un profesional de la actividad física.

Como comenta nuestro cirujano ortopédico, mucha gente llega el primer día de vacaciones a la playa y se pone a correr por la arena sin estar habituados, esto generará más problemas que beneficios. Por eso, como al inicio de toda actividad física, al empezar a hacer deportes de verano debemos ir con cuidado, poco a poco y en función de nuestra capacidad y de las condiciones ambientales.

Importancia de hidratarse en verano

Los deportes en verano tienen los mismos condicionantes que durante el resto del año, pero se unen a estos un aumento de la temperatura ambiente y una mayor irradiación solar.

En este sentido, hidratarse en verano es de suma importancia debido a las condiciones climáticas y los riesgos asociados con el aumento de la temperatura. Cuando las temperaturas son altas, el cuerpo tiende a perder más agua y sales minerales a través de la transpiración, lo que puede llevar a la deshidratación si no se compensa adecuadamente.

Al practicar cualquier deporte en verano, es especialmente importante mantener una buena hidratación, una alimentación rica en verduras y frutas, y una buena protección solar para evitar cualquier tipo de problema, ya sea a corto plazo con las quemaduras solares y a largo plazo con el envejecimiento de la piel y la aparición de tumores o melanomas.  

Equipación para practicar deporte en verano

Las principales recomendaciones para el calzado y la ropa de deporte son que sean cómodos y estén adaptados al deporte de verano a realizar.

El Dr. Javier López Valenciano comenta que por ejemplo, unas chanclas pueden estar recomendadas para pasear tramos cortos, pero si las usamos para correr o para caminar trayectos largos es muy probable que aparezcan rozaduras y/o quemaduras solares, si no usamos protección solar. Siguiendo con el mismo ejemplo de las chanclas, éstas tampoco serán recomendables para ir a la montaña, ya que unido a los problemas comentados previamente, no nos protegerán de contusiones ni heridas. 

Otro punto a tener en cuenta es el hecho de ir descalzos. La principal diferencia entre ir descalzo y llevar calzado es el riesgo de presentar lesiones cutáneas, como heridas y rozaduras, y, sobre todo, la de sufrir fracturas en los dedos de los pies al recibir contusiones o tropezar con objetos que no veamos, como piedras, sillas o mesas. 

Los principales riesgos al hacer deporte en verano descalzos son:

  • Las rozaduras.
  • Las quemaduras solares o por contacto con el suelo caliente.
  • Las heridas por objetos que se encuentren en el terreno.
  • Las fracturas por contusiones contra objetos, las más frecuentes de falanges de los dedos de los pies.

Riesgos de practicar deporte en verano

A la hora de practicar deporte en verano es importante tener en cuenta que tanto caminar por la arena seca como mojada pueden producir lesiones.

El problema de la arena blanda es la inestabilidad, “lo que como hemos comentado, obligará a nuestros tendones y articulaciones a realizar un sobreesfuerzo para compensar”. Sin embargo, la arena dura no tiene el problema de la inestabilidad, pero, aunque no nos demos cuenta, estaremos caminando por un terreno con pendiente lateral, lo que suele producir tendinitis y sobrecargas musculares sobre todo en los grupos isquiotibiales y en la fascia lata.

Lesiones más frecuentes de practicar deporte en verano

Nuestro especialista recuerda que todos los deportes pueden provocar lesiones, “pero dependerá principalmente de la adaptación que tengamos a ese deporte”.

El Dr. Javier López Valenciano pone como ejemplo que si durante el año no hacemos deporte en la arena y llegamos a nuestro destino estival y salimos a correr por la arena existe un alto riesgo de aparición de tendinitis o esguinces en las articulaciones. Lo mismo ocurre si nos desplazamos a la montaña y el primer día decidimos realizar una ruta por montaña exigente.

Con respecto al terreno, aunque la arena amortigüe los golpes mejor que una superficie dura, tiene el problema de ser inestable. Por eso, a la hora de hacer deporte en verano hay que tener en cuenta que hacerlo en la arena conlleva un mayor riesgo de esguinces articulares, sobre todo en tobillos y rodillas, y de tendinopatías por sobreuso.

Tal y como detalla nuestro especialista, los mayores riesgos de realizar deporte en verano los asumen los tendones y articulaciones, así como lesiones en rodillas y tobillos. “Como hemos mencionado, al ser un terreno inestable, los tendones y articulaciones tienen que realizar un mayor trabajo para mantener la estabilidad. Eso hace que tengan que “trabajar” más de lo habitual, por lo que cuando se fatigan aumenta el riesgo de lesiones”. 

No obstante, la inestabilidad puede ser utilizada como ayuda para la mejora de las inestabilidades de articulaciones, pero deben ser ejercicios controlados que intenten mejorar la propiocepción. Esto es “la capacidad del cuerpo de saber dónde están cada una de sus partes en cada momento”.

Andar por la playa sí es hacer deporte en verano

Para las personas que no suelen realizar actividad física habitualmente andar por la playa se podría considerar deporte de verano, “porque, aunque no sea muy exigente puede conllevar problemas si realizamos más actividad de la recomendada.

Hay que tener en cuenta que, además, caminar por la arena supone un gasto energético mayor que caminar por terreno firme. A esto hay que unir una mayor solicitación de las articulaciones de nuestros miembros inferiores, que tienen que compensar los desequilibrios generados al caminar por terreno inestable”, detalla el especialista.

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La preparación es clave para evitar lesiones practicando esquí o snowboard

Las lesiones musculares y tendinosas en miembros inferiores son conocidas como la lesión del esquiador más comunes. Estas lesiones pueden variar en gravedad y presentar desafíos únicos para la recuperación, en función de la forma física del deportista que lo practica. 

Es importante acudir a un especialista médico en caso de notar algún síntoma de dolor muscular que persiste durante un tiempo prolongado.

Lesiones de rodilla

Grupos de lesiones según tu deporte de invierno

Existen dos grupos de lesiones, patologías que podemos encontrar en las personas que se dedican, por ocio o profesionalmente, a practicar este deporte de nieve.

Primer grupo: Esquí

En el primer grupo de lesiones del esquiador nos podemos encontrar contracturas o roturas. Ambas suelen deberse a una carga excesiva o a una falta de preparación antes de la actividad. “Las lesiones tendinosas suelen aparecer horas después en forma de tendinitis y se ocasionan igualmente por una demanda excesiva de los músculos de las piernas ante un trabajo al que no están acostumbrados a realizar”, explica el Dr. Javier López Valenciano, del Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología de nuestro hospital, quien recomienda realizar una adaptación progresiva al  esfuerzo que vayamos a hacer y un calentamiento correcto, más aún teniendo en cuenta que se realiza al aire libre con bajas temperaturas. 

Según nuestro especialista, en el esquí predominan las lesiones en ligamentos de la rodilla y fracturas en miembros inferiores, debido a caídas con botas fijas.

Por otro lado, también predomina la clásica lesión del pulgar del esquiador, también conocida como “pulgar de esquiador” o “esguince del pulgar”. Este tipo de lesión del esquiador, específica de la articulación metacarpofalángica del pulgar, puede surgir de caídas o de atrapar el pulgar en la correa de sujeción del bastón durante una caída.

Segundo grupo: Snowboard

En el segundo grupo y con una situación similar, están las personas que practican snowboard, donde las lesiones musculares y tendinosas predominarán en la región lumbar y en los tobillos

Las lesiones en miembros superiores como la lumbar, se producen, dado que las extremidades superiores son comúnmente utilizadas para amortiguar y detener el impacto durante una caída, ya sea extendiendo los brazos para intentar evitar el choque o al entrar en contacto con el suelo de manera involuntaria, se encuentran en una posición vulnerable para sufrir lesiones.

Por otro lado, las lesiones de tobillo se pueden dar por factores como un ajuste inadecuado de las botas de snow, terrenos irregulares o técnicas de snowboard incorrectas pueden aumentar el riesgo. Adoptar prácticas seguras, cómo elegir el calzado adecuado, ajustar las botas correctamente y aprender las técnicas de caída adecuadas, son pasos esenciales para prevenir lesiones.

Esto no quiere decir que no se puedan producir fracturas de miembros superiores practicando esquí, pero sí que es más probable encontrar éstas tras caídas practicando snowboard y viceversa.

¿Cómo evitar la clásica lesión del esquiador?  

A la hora de practicar estos deportes de invierno, los grupos musculares que más se trabajan son los de los miembros inferiores, pero también habrá un alto componente de trabajo de la faja abdominal y de la musculatura lumbar. Ya que son los principales estabilizadores de posición y equilibrio.

Para estar preparados y evitar lesiones de rodilla provocadas por un mal gesto o una caída esquiando, el Dr. López Valenciano recomienda realizar una actividad de tonificación en el gimnasio durante las 6/8 semanas previas. “Esto nos prevendrá de lesiones por sobrecarga, pero aunque realicemos esta actividad al practicar un deporte que llevamos tiempo sin ejercitar se debe empezar de manera progresiva, ya que hasta que no se realizan gestos específicos de un deporte no se generan las mejoras musculares propias del mismo”.

Tienes que saber que el frío influye en esta lesiones, sobre todo las roturas musculares y esguinces de rodilla, ya que al existir una menor temperatura exterior, al cuerpo le cuesta más tiempo llegar a la viscoelasticidad de los tejidos, por lo tanto el calentamiento tiene que ser mínimo de 15 minutos con ejercicios similares a los que se van a realizar pero de menor intensidad.

Evitar lesión de rodilla esquí: 5 claves básicas 

Además de la clásica lesión del esquiador, localizada en el pulgar, evitar lesiones en las rodillas mientras practicas esquí es crucial para disfrutar de este deporte de invierno de manera segura y prolongada. Desde el Hospital de Manises queremos acercarte cinco claves básicas para reducir el riesgo de lesiones en las rodillas al esquiar:

Fortalecimiento muscular:

  • Antes de la temporada de esquí, realiza ejercicios específicos para fortalecer los músculos que rodean las rodillas, como los cuádriceps, los isquiotibiales y los músculos abductores.
  • Incluye ejercicios de equilibrio y estabilidad para fortalecer los músculos estabilizadores de la rodilla.

Técnica adecuada:

  • Aprende y perfecciona la técnica correcta de esquí. Tomar lecciones con un instructor experimentado puede ser beneficioso para mejorar tu técnica y reducir la carga en tus rodillas.
  • Mantén las rodillas ligeramente flexionadas y alineadas con los pies mientras esquías.

Equipamiento adecuado:

  • Asegúrate de que tus botas de esquí estén bien ajustadas y que el equipo esté correctamente configurado. Un ajuste adecuado ayuda a prevenir lesiones al mantener tus pies y piernas en una posición óptima.
  • Utiliza protectores para las rodillas o rodilleras para proporcionar un soporte adicional.

Calentamiento y estiramientos:

  • Antes de esquiar, realiza un calentamiento adecuado que incluya ejercicios cardiovasculares suaves y estiramientos específicos para los músculos que se utilizan en el esquí.
  • Después de esquiar, realiza estiramientos para mejorar la flexibilidad y ayudar en la recuperación muscular.

Condiciones de la pista:

  • Presta atención a las condiciones de la pista y ajusta tu velocidad a la visibilidad y a la calidad de la nieve.
  • Evita terrenos irregulares y peligrosos que puedan aumentar el riesgo de torceduras o lesiones en las rodillas.

En definitiva, la preparación desempeña un papel fundamental en la prevención de lesiones al practicar esquí o snowboard. Estas actividades de invierno requieren no sólo habilidades técnicas, sino también un cuerpo fuerte y flexible para enfrentar los desafíos de las pistas.

Beneficios de una vida activa

Hacer ejercicio físico con frecuencia es una de las claves para conseguir un envejecimiento saludable y prevenir el desarrollo de ciertas enfermedades, como diabetes, osteoporosis, enfermedades cardiovasculares, demencias y algunos tipos de cáncer. Además, la actividad física aporta un gran bienestar emocional y mejora tanto el rendimiento como la capacidad cognitiva.

Pero ¿cuánto ejercicio debemos hacer para obtener beneficios? La Organización Mundial de la Salud recomienda, como mínimo, el siguiente tiempo de actividad:

  • 30 minutos de ejercicio moderado 5 días a la semana (150 minutos a la semana).
  • 75 minutos de ejercicio intenso a lo largo de la semana, o combinar actividad moderada con intensa.

La actividad física moderada es la que permite mantener una conversación sin perder el aliento, como por ejemplo caminar a paso ligero, mientras que la actividad intensa es la que solo permite hablar usando monosílabos, como correr, subir escaleras o nadar.

Para conseguir mejores resultados, es importante alternar el ejercicio aeróbico (correr, montar en bicicleta) con ejercicios de fuerza para trabajar todos los grupos musculares.

 

Ejercicio adaptado a cada edad 

  • Hasta los 5 años: hay que evitar el sedentarismo y el uso continuado de pantallas, y promover el movimiento espontáneo, siempre respetando las horas de sueño y descanso. Jugar, ir al parque, estar en contacto con la naturaleza… cualquier ocasión es buena para moverse.
  • De 5 a 17 años: se recomienda dedicar 60 minutos diarios a una actividad física moderada-intensa, ya sea como parte del ocio familiar, actividades extraescolares o de ámbito competitivo. Además, es importante incorporar el ejercicio a la rutina diaria, como por ejemplo ir a la escuela andando, en bicicleta o en patinete.
  • Mayores de 65 años: los 30 minutos de actividad física diaria recomendada se deben acompañar, 3 días por semana, de ejercicios de coordinación, equilibrio, flexibilidad y movilidad articular.

Hay muchas maneras de mantenerse activo y lo ideal es elegir una actividad que realmente nos guste. Si hacemos un ejercicio que nos aburre, lo más probable es que abandonemos en poco tiempo. Para evitarlo, es recomendable apuntarse a actividades de grupo, en las que además de hacer ejercicio tendremos la oportunidad de socializar y divertirnos.

Pero mantenerse activo no implica necesariamente practicar un deporte concreto. También se puede conseguir haciendo pausas activas en el trabajo, como levantarse y caminar, o hacer estiramientos durante 5 minutos después de cada hora de trabajo. Además, no hay que olvidar que ir o volver del trabajo caminando, o bajarse dos paradas antes de nuestro destino son pequeños gestos que repercutirán positivamente en nuestra salud.

Deporte en niños que tienen un soplo cardiaco

Una de las preguntas que más ronda la cabeza de los padres que tienen un hijo con un soplo cardiaco es si pueden hacer una vida normal. La Dra. Estefanía Maiques, del Servicio de Pediatría del Hospital de Manises, tranquiliza diciendo que el paciente que tiene un soplo puede hacer vida normal y hacer deporte acorde a su edad. Con soplo inocente o sin él, ¿debe realizarse algún estudio en los niños que hacen deporte para prevenir la muerte súbita cardiaca?

La incidencia de muerte súbita cardiaca en menores de 35 años varía entre 0,3-3,6/100.000 personas y año, con un predominio claro de hombres frente a mujeres. Además, el deporte de competición aumenta 2,5 veces el riesgo de muerte súbita en adolescentes y adultos jóvenes al actuar como desencadenante de parada cardíaca con anomalías cardiovasculares de base.

Con estos datos en la mano, nuestra pediatra asegura que es fundamental hacer una buena historia clínica porque el 40% de los fallecimientos por muerte súbita cardiaca tienen un antecedente familiar de muerte de origen cardíaco en menores de 50 años.

La Sociedad Española de Cardiología Pediátrica y Cardiopatías Congénitas (SECPCC) y el Consejo Superior de Deportes (CSD) han elaborado una Guía clínica de evaluación cardiovascular previa a la práctica deportiva en pediatría, avalada por las principales sociedades científicas, que recomienda realizar los siguientes estudios y controles en niños de entre 6 y 18 años que practiquen deportes de competición:

  • Evaluación inicial con cuestionario.
  • Exploración física, donde se recogerá el peso, la talla y la presión arterial.
  • Un electrocardiograma.

 

Además, será el cardiólogo infantil el encargado de decidir si son necesarios más estudios y reevaluaciones, que como normal general serán cada 2 años. La Dra. Maiques explica que lo cierto es que con todas estas pruebas no se excluye al 100% la posibilidad de tener alguna patología grave, aunque con la implantación de este tipo de programas se pretende disminuir el riesgo de muerte súbita cardiaca.

Por tanto, aunque los denominados soplos inocentes no representen un riesgo para la salud, es importante descartar otras situaciones. Nuestra pediatra recuerda que este tipo de soplos se llaman inocentes, “por eso mismo, porque son inocentes. Bravo por quien se le ocurrió nombrarlo así, pues ya solo escuchando el nombre parece que una se queda más tranquila”.

El calentamiento debe ser específico para cada persona y deporte

Los deportes en los que las rodillas corren más peligro son aquellos en los que existe un alto impacto (correr, gimnasia artística), un sobreuso prolongado (ciclismo) o implican rangos de movimientos elevados (karate, taekwondo). En estos se suele ver una mayor incidencia de lesiones ligamentosas y tendinosas. Sin embargo, “aún no está del todo claro cuáles están más asociados al desarrollo de artrosis a largo plazo, puesto que los estudios en corredores de maratón que llegan a edad avanzada muestran que tienen menos artrosis que sus coetáneos sedentarios o de otras disciplinas deportivas”, puntualiza nuestro especialista del Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología, el Dr. Javier López Valenciano.

El principal factor para amortiguar ese daño es realizar un trabajo preventivo acorde a las demandas físicas de la disciplina deportiva (trabajo de fuerza, propioceptivo y pliométrico). Por eso, es fundamental realizar una valoración inicial y evolución por parte de un profesional en Ciencias del Deporte para conocer el estado músculo-articular y controlar la carga de entrenamiento.

 

Diferencias por sexo

Las diferencias anatómicas, fisiológicas y hormonales entre sexos hacen que el riesgo de sufrir lesiones de rodilla sea diferente. Por ejemplo, según explica el cirujano, “las mujeres tienen una tendencia mucho mayor a lesiones articulares de la rodilla (lesiones del ligamento cruzado anterior y dolores de la zona anterior de rodilla), mientras que los hombres tienden a sufrir más lesiones músculo-tendinosas de las zonas limítrofes de la rodilla debido al mayor porcentaje de masa muscular”.

Estos factores van a ser determinantes a la hora de plantear el calentamiento y los ejercicios a desarrollar. Está demostrado científicamente que conforme aumenta la edad, se incrementa la rigidez articular y muscular y, por tanto, se necesita mayor tiempo de calentamiento para alcanzar un estado óptimo de pre-entrenamiento o de competición.

En el mismo sentido, la sobrecarga ocasionada por el peso provoca un mayor estrés sobre las estructuras articulares, por lo que se recomienda un buen calentamiento con bajo impacto, evitando en la medida de lo posible ejercicios de gran impacto, como saltar, correr…

Un factor importante a tener en cuenta es el estado previo de forma/condición física de la persona, puesto que una adaptación al ejercicio es fundamental para soportar de manera menos traumática la actividad y el calentamiento.

Aunque parece obvio, el Dr. López Valenciano no quiere dejar pasar por alto el hecho de que, si una persona corre habitualmente, caminar no le supone ningún estrés y podría empezar a andar antes de iniciar la carrera o con el calentamiento específico. Sin embargo, “el problema lo encontramos con la población sedentaria, con muy baja condición física o que pasa la mayor parte del tiempo sentada. En estos casos ya el inicio de la marcha supone un cambio bastante brusco que requiere una previa activación con ejercicios de movilidad articular”.

Por su parte, para las personas que han superado una lesión, el reinicio de la actividad física debe estar pautado por especialistas. Así, “una vez superada la lesión y con el alta del equipo rehabilitador, debemos ponernos en manos de profesionales de la readaptación deportiva o especialistas en Ciencias del Deporte para que guíen el proceso. La tolerancia al ejercicio y al dolor serán los pasos principales que marquen esa reanudación del ejercicio físico, empezando siempre con ejercicios de bajo impacto y carga, progresando hacia ejercicios más específicos de la disciplina deportiva que se quiere practicar”.

¡Cuidado con la piscina!

¡CUIDADO CON LA PISCINA!

Dra. María Teresa Romero Rubio. Pediatra

 

Con la llegada del verano lo que más apetece es escapar del calor de la ciudad. Tenemos la suerte de tener la playa muy cerca, aunque algunas familias prefieren evitar las aglomeraciones y la molesta arena acudiendo a la piscina. La natación es uno de los mejores ejercicios para padres y niños pero hemos de recordar que la piscina puede tener algunos riesgos para la salud que se pueden evitar con estos consejos.

 

1.- ¡Siempre con supervisión!: Por mucho que pensemos que un niño es lo suficientemente mayor para estar solo, lo más apropiado es que el niño esté siempre acompañado por sus padres o por un grupo de amigos. Los flotadores o manguitos NUNCA deben sustituir la supervisión de un adulto.

 

2.- Cuidado con los bebés: aunque el uso de fotoprotectores está muy extendido, con bebés menores de dos años es mucho más importante. Su piel es mucho más sensible, por lo que habrá que evitar los periodos prolongados de exposición directa y no bañarlos en el agua más de 20 minutos, para evitar cambios bruscos de temperatura.

 

3.- Ojo a la higiene: la piscina no deja de ser un lugar donde el agua permanece estancada, y pese a los filtros es frecuente la aparición de infecciones cutáneas como los hongos o micosis. La mejor forma de evitarlo es duchándose antes y después del baño y usar siempre chanclas en el borde de la piscina.

 

4.- ¿Se pueden prevenir las otitis? La otitis de las piscinas se produce por la infección del conducto auditivo externo por algunos hongos y bacterias que están en el agua. Produce mucho dolor aunque no es grave, y suele mejorar con la aplicación de calor seco cerca del oído y gotas con antiinflamatorios. Si se acompaña de fiebre o supuración es recomendable ir al pediatra, por la posible necesidad de asociar antibiótico. La mejor forma de prevenirla es secando suavemente los oídos al salir con la punta de una toalla (¡nunca con bastoncillos!) o utilizando tapones de oído específicos para el agua.

 

¡FELIZ VERANO!

Yoga para embarazadas

El Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital de Manises ha incorporado la técnica del yoga como método de preparación al parto para gestantes. El centro celebrará clases una vez por semana para aquellas mujeres que lo deseen y que, o bien pertenezcan al área de salud, o bien hayan pedido un cambio de especialista para dar a luz en el centro.

La actividad está pensada fundamentalmente para mujeres que deseen un parto mínimamente intervenido por los múltiples beneficios que esta técnica milenaria aporta tanto a nivel físico como mental, emocional y espirtitual. “Sin duda el yoga es una buena herramienta para ayudar a la mujer durante su embarazo”, asegura la matrona Nuria Bixquert, coordinadora del proyecto.

Para Bixquert, “a veces la embarazada y su entorno, necesitan potenciar una serie de hábitos ya establecidos o introducir una serie de cambios en su forma de estar. Estos cambios están relacionados con una sensación de calma interior, relajación mental, buena condición física y sensación de estima”. “El yoga, con sus pranayamas (respiraciones), asanas (posturas físicas), meditaciones y relajaciones, ayuda a alcanzar este equilibrio que necesita la mujer embarazada en constante cambio”, asegura la matrona del centro sanitario.

Un apoyo más en el embarazo

Las clases de yoga para embarazadas empezarán a impartirse en mayo en el Hospital de Manises son un apoyo más a la mujer en su preparación al parto. Así, estas clases no sustituyen a las de educación maternal ya estipuladas en los centros de salud, sino que suponen un complemento específico especialmente pensado para mujeres que buscan mayor humanización en el proceso.

El personal que impartirá este taller cuenta con una amplia formación en yoga específico para embarazadas, parto y puerperio, así como yoga con bebés con cursos en instituciones tan prestigiosas como Birthlight Teaching Limited de Reino Unido.