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Seguir la dieta recomendada es clave para garantizar el éxito de la cirugía bariátrica

Uno de los conceptos que se debe tener claro a la hora de hablar de cirugía de la obesidad es que no es lo mismo sobrepeso, que no se opera nunca, que obesidad. Tal y como comenta el Dr. Pau Aragó, de la Unidad de la Obesidad y Cirugía Bariátrica del Hospital de Manises, para hacer una intervención quirúrgica de la obesidad existen una serie de indicaciones médicas marcadas por las sociedades científicas que se deben seguir.

¿En qué consiste la cirugía bariátrica?

Antes que nada, es importante saber qué es una cirugía bariátrica y en qué consiste. La cirugía bariátrica es uno de los procedimientos más frecuentes dirigidos a la pérdida de peso, en el que a través de la realización de cambios en el sistema digestivo, se ayuda al paciente a perder peso y mantenerlo a lo largo del tiempo cuando el ejercicio o la dieta no son procedimientos suficientes, o cuando el paciente presenta otros problemas de salud derivados de un peso elevado.

La elección de la técnica a seguir en la cirugía bariátrica dependerá del índice de masa corporal, del estilo de vida o patrón de alimentación que tenga el paciente, de las enfermedades asociadas y de las preferencias que se tengan en lo que se refiere a las implicaciones específicas de una técnica quirúrgica. Es decir, el paciente puede preferir evitar las implicaciones a largo plazo de una manga gástrica, o decidirse por un by-pass, que ofrece mejores resultados a largo plazo, pero implica mayor riesgo quirúrgico y suplementación nutricional de por vida.

Antes de afrontar una cirugía bariátrica es importante saber que alrededor de un 10% de los casos de personas con obesidad que entran en el quirófano fracasan, según la estadística general. Eso significa que se quedan lejos del peso objetivo o que con el paso del tiempo vuelven a ganarlo. Por otra parte, un 20% se queda cerca de alcanzar el objetivo, mejorando las enfermedades relacionadas como el mejor control del colesterol o la diabetes, por ejemplo. Sin embargo, en la gran mayoría de los casos, la intervención se desarrolla con un éxito absoluto y unos resultados inmejorables.

Estos resultados negativos pueden deberse a una mala adherencia a los hábitos saludables y al no seguimiento de las indicaciones médicas. En todo caso, la tasa de éxito se sitúa en el 70%, que corresponde a los pacientes que logran mejorar su calidad de vida tras la cirugía y después seguir las recomendaciones pautadas por su equipo médico.

En los casos en los que se vuelve a ganar peso, sí que se puede reintervenir, pero hay que hacer un estudio individualizado del caso y determinar la idoneidad de la reintervención, valorando el riesgo-beneficio. “Por ejemplo, en un paciente cuyo objetivo era la pérdida de 40 kilos y solo ha perdido 30, no vale la pena volver a operar. Hay que valorar la causa del fallo de la técnica, ya que, si se debe a una falta de adherencia, el fracaso se volverá a repetir aunque se reintervenga”, detalla nuestro especialista.

Recomendaciones a tener en cuenta antes de una cirugía bariátrica

Antes de someterse a una reducción de estómago o a una cirugía bariátrica, el paciente debe haber tratado de perder peso a través del seguimiento de hábitos saludables, por lo que debe haber seguido una dieta controlada por un endocrino o nutricionista. En los casos en los que este procedimiento no haya sido suficiente, es el médico especialista quien debe contemplar la opción de someterse a una cirugía bariátrica.

Para ello, es fundamental llevar a cabo una etapa de preparación por parte del paciente. De esta manera, el paciente estará preparado para someterse a una reducción de estómago. Para ello, se deberá seguir una dieta basada en alimentos transparentes y líquidos a temperatura ambiente, abandonar los malos hábitos de alimentación, seguir una rutina de ejercicios y prepararse tanto física como mentalmente para la operación.

Dieta preoperatoria para cirugía bariátrica

La dieta preoperatoria para cirugía bariátrica podría variar según el cirujano y el tipo específico de cirugía que se llevará a cabo. Sin embargo, algunos de los aspectos a tener en cuenta antes de una cirugía bariátrica son:

  • Reducción de calorías: Sigue una dieta baja en calorías para perder peso antes de la cirugía. Esto puede incluir alimentos bajos en grasa y porciones controladas.
  • Control de carbohidratos y azúcares: Limita la ingesta de carbohidratos y azúcares para estabilizar los niveles de azúcar en sangre y facilitar la pérdida de peso.
  • Aumento de proteínas: Consume suficientes proteínas para preservar la masa muscular durante la pérdida de peso. Incluye fuentes magras de proteínas como pollo, pavo, pescado y legumbres.
  • Suplementos vitamínicos y minerales: Puede ser necesario tomar suplementos de vitaminas y minerales para asegurar una nutrición adecuada durante la restricción calórica.
  • Hidratación: Mantente bien hidratado bebiendo suficiente agua a lo largo del día.
  • Evita alimentos procesados: Reduce la ingesta de alimentos procesados y ricos en grasas saturadas y azúcares.

Recuerda que la dieta preoperatoria para cirugía bariátrica tiene como objetivo preparar tu cuerpo para la cirugía y mejorar la seguridad del procedimiento. Por eso, es esencial que sigas las indicaciones de tu equipo médico y busques su orientación en todo momento.

Postoperatorio cirugía bariátrica y dieta a seguir

Tras una intervención de cirugía bariátrica, el paciente no debe relajarse y debe continuar con sus hábitos de vida y alimentación saludables. De no ser así, es muy probable que el paciente pueda volver a engordar. Por este motivo, el paciente deberá someterse a una dieta después de la cirugía bariátrica, esta dieta consta de 3 fases diferentes:

  • Dieta líquida: A seguir durante el primer mes de postoperatorio. Durante este período, el paciente debe ingerir exclusivamente líquidos en pequeñas cantidades con una frecuencia aproximada de 2 o 3 horas, pudiendo ser caldos, zumos sin azúcar, leche desnatada… a los que se les añaden suplementos proteicos para minimizar la pérdida de masa magra.
  • Dieta puré o semisólida: Durante 3-4 semanas el paciente deberá centrar su dieta en comida triturada o muy blanda, como yogures, queso de burgos o compotas.
  • Dieta sólida: Durante el primer año, el paciente deberá basar su alimentación en una dieta sólida hipocalórica.

Alimentos prohibidos después de manga gástrica

Después de someterse a una cirugía de manga gástrica, es fundamental seguir las pautas dietéticas proporcionadas por tu equipo médico y nutricionista. Estas pautas pueden variar según las necesidades individuales y la recuperación de cada paciente. Sin embargo, en general, aquí hay algunos tipos de alimentos prohibidos después de manga gástrica:

  • Alimentos altos en grasa: Evita alimentos fritos, grasosos y con alto contenido graso, ya que pueden ser difíciles de digerir y causar malestar.
  • Alimentos azucarados: Limita o evita los alimentos y bebidas azucarados, ya que pueden provocar picos de azúcar en sangre y afectar negativamente la pérdida de peso.
  • Alimentos ricos en azúcares agregados: Reduce o elimina los alimentos con azúcares añadidos, como dulces, pasteles, galletas y refrescos.
  • Alimentos con textura dura o fibrosa: Al principio, es mejor evitar alimentos duros o fibrosos, ya que podrían causar molestias o dificultad para tragar. Estos pueden incluir carnes secas, panes densos y frutas crujientes.
  • Alimentos con alto contenido de carbohidratos refinados: Limita los carbohidratos refinados como pan blanco, arroz blanco y productos de harina blanca, ya que pueden afectar los niveles de azúcar en sangre y dificultar la pérdida de peso.
  • Bebidas con calorías vacías: Evita bebidas con alto contenido calórico pero bajo valor nutricional, como refrescos y bebidas energéticas.
  • Alcohol: Es recomendable evitar el consumo de alcohol, ya que puede tener un mayor impacto después de la cirugía y también puede tener interacciones negativas con los medicamentos que puedas estar tomando.
  • Comer en exceso: A pesar de la cirugía, es importante no comer en exceso. Respetar las porciones recomendadas es esencial para el éxito a largo plazo.
  • Comer muy rápido o no masticar suficiente: La cirugía de manga gástrica afecta la capacidad de tu estómago para acomodar grandes cantidades de comida. Come despacio y mastica bien los alimentos para evitar malestar y problemas de digestión.

Recuerda que las indicaciones dietéticas pueden variar según el progreso individual y las recomendaciones de tu equipo médico. Estas restricciones dietéticas iniciales suelen ser temporales y, con el tiempo, tu dieta puede ir expandiéndose para incluir una variedad más amplia de alimentos.

Es fundamental tener en cuenta en todo momento que el paciente puede volver a engordar después de una cirugía bariátrica, ya que estas únicamente suponen una ayuda para la pérdida inicial del exceso de peso. Durante el postoperatorio y los primeros meses posteriores a una cirugía de reducción de estómago, es necesario educar al paciente en una nueva dinámica alimenticia para que los efectos se perpetúen en el tiempo y los esfuerzos no sean en vano.

Táperes saludables para comer sano fuera de casa

Poco a poco estamos volviendo a la oficina y debemos recordar que comer de una forma sana y equilibrada fuera de casa es posible. Delia Gil, nutricionista en el Hospital de Manises, nos da las claves para poder hacer unos táperes adecuados.

Opciones de alimentos para táperes saludables

Podemos preparar opciones saludables aunque comamos fuera de casa y para ello no tenemos que olvidarnos de equilibrar la ingesta de todos los grupos de alimentos: verduras, proteína y ración de hidratos de carbono.

menús de taper

En la lista que hace nuestra experta se encuentran los siguientes alimentos:

Ensaladas

Son una buena opción para transportar en un táper y se pueden hacer de forma variada para que sean completas. Según Delia Gil, “podemos preparar una ensalada de hojas verdes, ya sea lechuga, espinacas, rúcula… con tomate, zanahoria y siempre un alimento proteico, como un huevo duro, atún o trozos de pechuga”. Un truco es llevar el aliño aparte para conservar mejor la ensalada.

Legumbres

Las legumbres también deben formar parte de la dieta fuera de casa, ya que se pueden preparar en frío, tipo ensalada; salteadas con verduras o como el típico plato de cucharada. Además, se pueden transportar bien en el táper. “Las legumbres son una opción saludable porque nos aportan fibra y tienen muy buen perfil proteico. El único inconveniente es que su proteína no contiene todos los aminoácidos esenciales y para ello hay que realizar una combinación proteica. Se puede aportar a las legumbres, ya sean lentejas o garbanzos, un poco de arroz o patata”, detalla nuestra especialista.

Frutas y Verduras

La verduras hervidas, plancha, cocinadas en general. Aportan una buena ración de fibra, que es importante para regular el transito gastrointestinal y prevenir ciertas enfermedades. También es importante el consumo de dos raciones de verdura al día, entre las que se pueden incluir el gazpacho o un puré.  La fruta pelada y troceada para facilitar su ingesta. Se puede preparar una ensalada afrutada para el postre de la comida fuera de casa.

Hidratos de Carbono

Como la pasta, el arroz, la patata o el pan, preferiblemente integrales.

Proteínas animales y vegetales

La carne, ya sea a la plancha o picada. En cuanto a las proteínas vegetales, ofrecen muchas opciones. La soja texturizada es una proteína vegetal muy interesante que tiene un buen valor proteico y todos los aminoácidos esenciales que necesita nuestro cuerpo para realizar las funciones estructurales. Se puede preparar como la carne picada. El tofu es un sucedáneo de la soja. Se puede marinar y ponerlo en ensaladas o pasarlo por la plancha.

¿Cómo deben ser las raciones a la hora de preparar un táper?

Lo que recomienda nuestra nutricionista es incluir en el táper una buena ración de verduras (150-200g), representando la mitad de nuestra ingesta. También sugiere que se combine la comida y la cena con alimento proteico e hidratos de carbono complejos, ambos grupos representan en nuestro plato/ingesta un 25% respectivamente, según el método del plato de Harvard.

plato de harvard

Cómo elegir menú al comer fuera de casa

También existen los casos en los que no siempre podamos preparar el táper o que por diferentes condiciones debamos recurrir a establecimientos en lugar de llevar la comida preparada de casa. ¿Es posible comer saludable fuera de casa en estos casos?

“¡Claro que se puede comer de forma equilibrada en cualquier parte!”Así de contundente se muestra nuestra nutricionista Delia Gil. Para ello, se debe tener en cuenta el esquema de plato que hemos comentado, incluyendo siempre un buen aporte de verduras.

En todos los restaurantes y bares tienen en la carta una ensalada, “ya sea la típica valenciana como la más moderna, que nos ayudaría a equilibrar el plato y reducir las calorías que aporta otro grupo de alimentos, como los hidratos de carbono”.

En la Comunidad Valenciana tendemos a aportar mayor cantidad de hidrato de carbono, ya sea con un plato único de paella, arroz al horno o fideuá, cuyo aporte de verdura es muy inferior a las recomendaciones. “Esta comida la podríamos equilibrar simplemente introduciendo una ensalada que aporte esa cantidad de verduras que faltan en el plato de paella”, detalla nuestra nutricionista.

¿Qué nutrientes son los que ayudan más a trabajar o a la concentración?

Delia Gil dice que a la hora de elegir los nutrientes debemos seguir la máxima de “todo en su justa medida” y recordar que ningún alimento es milagroso.

Además, al preparar nuestro táper, se debe tener en cuenta que debe permitirnos seguir con nuestra actividad. Es importante introducir hidratos de carbono para aumentar la glucosa en sangre y que el cerebro tenga aporte energético para mayor capacidad cognitiva. No es bueno pasarse de cantidad, ya que es un alimento pesado que hará sentirse más somnoliento.

A la hora de realizar un trabajo físico y manual debemos tener un mayor aporte de hidrato de carbono, mientras que para el intelectual es recomendable ingestas equilibradas con la proporción de cada grupo de alimentos ya comentada. El alimento proteico, por su parte, garantiza saciedad durante más tiempo.

Por tanto, a la hora de comer fuera de casa y preparar el táper perfecto, debemos saber que cada grupo de alimentos va aportar nutrientes necesarios para realizar las funciones vitales.

  • Grupo proteico: estructural.
  • Grupo hidratos de carbono: energético.
  • Grupo de verduras: vitaminas, minerales y fibra.

¿Cómo complementar la comida de táper con las cenas?

Si hemos comido fuera de casa, en la cena se deben complementar los grupos de nutrientes ingeridos. Como es bueno tomar dos raciones de verduras al día, si al mediodía hemos puesto una ensalada, que presenta una ración de verdura cruda, por la noche se puede incluir verdura cocinada, ya que es más digerible y facilitará el sueño, detalla nuestra nutricionista.

Asimismo, recuerda que tanto en la comida como en la cena se debe introducir un alimento proteico. Si hemos comido un guiso de albóndigas, por la noche recomiendo una ración de 120-140g de pescado blanco. Mejor elegir los pescados blancos por la noche y dejar los pescados azules/grasos para la hora de comer. También se puede optar por una tortilla francesa o un huevo duro.

En cuanto a los lácteos, se recomiendan de 2 a 4 raciones al día. Se puede introducir un yogur natural de postre en la cena o como resopón. También es buena idea tomar un vaso de leche para conciliar el sueño.

¿Te ha interesado esta información? No te pierdas muchas más recomendaciones para mantener hábitos de vida saludable de la mano de los mejores expertos en el blog de Hospital de Manises.

Alimentos integrales: ¿por qué incluirlos en nuestra alimentación diaria?

Los alimentos integrales son aquellos que están hechos con granos o cereales que no han pasado por ningún proceso de refinado para eliminar sus capas externas, las que son ricas en almidón, fibra, vitaminas del grupo B y otros micronutrientes beneficiosos para el organismo.

El consumo de granos y cereales integrales, como el trigo, el arroz, el maíz, la avena o el centeno, se asocia con un menor riesgo de mortalidad global, así como de sufrir ciertas enfermedades como el cáncer colorrectal o enfermedades cardiacas. Además, al ser ricos en hidratos de carbono, son la principal fuente de energía del organismo e imprescindibles para nuestro funcionamiento diario.

Cómo y cuándo comer alimentos integrales

Se recomienda iniciar el consumo de cereales integrales a partir de los 6 meses de edad y mantenerlo a lo largo de toda la vida. Gracias a su gran variedad y versatilidad, se pueden incluir en todas las comidas del día.

En el desayuno, por ejemplo, se pueden tomar en forma de pan, copos de avena, maíz, arroz hinchado… siempre que no contengan azúcares añadidos. A la hora de elegir galletas o cereales para el desayuno, es importante leer bien el etiquetado y asegurarse de que la harina que contienen es integral y que no tienen cantidades elevadas de azúcares, sal o grasas.

En las comidas y cenas se pueden acompañar las carnes, pescados o verduras con granos integrales, como arroz, pasta o cuscús. Si se recurre a bocadillos o tostadas, es importante que el pan sea integral y de calidad.

Para incorporar todos estos granos a la alimentación diaria, basta con cambiar las recetas habituales de pasta, arroz y cereales por sus formas integrales. Ten en cuenta que algunos de estos granos necesitarán más remojo que sus variedades no integrales así como más tiempo de cocción. También es posible que su textura y sabor te parezcan diferentes, pero con el tiempo te acostumbrarás y te resultarán mucho más sabrosos.

Integral, rico en fibra, con salvado… ¿es todo lo mismo?

Para que un alimento pueda denominarse integral, debe tener una cantidad mínima de harina integral que está regulada por nuestra legislación (Real decreto 1137/1982). Así, un alimento que se publicita como integral no tiene por qué estar compuesto en su totalidad por harina integral, sino contener la cantidad mínima necesaria según la ley.

En el futuro se prevé la aprobación de una ley mediante la cual solo se pueda considerar integral el alimento que sea 100% integral o esté elaborado con harina 100% integral. Mientras tanto, es recomendable revisar el etiquetado y elegir preferiblemente los productos elaborados 100% con harina integral.

También existe diferencia entre los alimentos que son fuente en fibra o que tienen un alto contenido en fibra. En el primer caso, son fuente de fibra los que tienen 3 gramos de fibra por cada 100 gramos de producto, mientras que se consideran de alto contenido en fibra cuando tienen 6 gramos de fibra por cada 100 gramos de producto. En este punto debemos hacer una apreciación importante: esta fibra no siempre es integral, sino que en ocasiones puede ser salvado, por lo que debemos revisar la composición del producto si queremos asegurarnos de que la fibra es integral.

El agua, la mejor fuente de hidratación

Nuestro cuerpo está compuesto en un 60% de agua y ésta es imprescindible para el correcto funcionamiento de todos los órganos. Por ello, es fundamental mantener un buen nivel de hidratación adaptado a nuestra actividad diaria y a otros factores, como la climatología o la existencia de una enfermedad crónica.

La sensación de sed es el principal indicador de necesidad de hidratación, por lo que no hay una recomendación general de consumo, sino que éste varía de una persona a otra. Por ejemplo, si hacemos deporte intenso o en situaciones de temperaturas extremas, es necesario beber agua con regularidad, sin esperar a tener sensación de sed. Lo mismo ocurre con los más pequeños y las personas mayores, que deben beber agua frecuentemente antes de que se presenten los primeros síntomas de deshidratación.

El agua es, sin lugar a duda, la mejor fuente de hidratación, ya que no aporta calorías ni contiene sustancias añadidas que puedan ser perjudiciales para la salud, como los azúcares o el alcohol. Además, es una bebida económica, ya que no hace falta recurrir al agua embotellada para hidratarse.

El agua del grifo cuenta con todas las garantías sanitarias para un consumo seguro, pues pasa por procesos de potabilización que la hacen apta para el consumo y por controles de calidad y seguridad. Para su potabilización, se añade cloro al agua, que elimina los microorganismos patógenos.

Otro aspecto a tener en cuenta es que el consumo de agua del grifo tiene un menor impacto medioambiental que el del agua embotellada, ya que en este último caso estamos generando muchos residuos, sobre todo plásticos que no siempre son reciclados adecuadamente.

Debemos tener en cuenta que la hidratación no solo se obtiene a través de del agua, sino también de los alimentos, como las frutas y verduras, carnes y pescados, legumbres y productos lácteos. Lógicamente, la cantidad de agua aportada por los alimentos sólidos es menor y no lo suficiente como para mantener un buen nivel de hidratación.

 

¿Y si me cuesta beber agua?

Mantenerse hidratado no siempre es fácil. Por un lado, es posible que no se identifique adecuadamente la sensación de sed o que para cuando se sienta, ya se esté en un estado de deshidratación. Por otro, el agua puede resultar una bebida monótona y aburrida.

Para ambos casos, existen trucos que nos pueden ayudar:

  • Utiliza alarmas para recordad que hay que beber agua cada cierto tiempo.
  • Ten siempre una botella de agua en tu mesa de trabajo.
  • Cuando salgas a la calle, acostúmbrate a llevar una botella de agua o una cantimplora en el bolso para beber cuando tengas sed y evitar el consumo de otras bebidas, como las carbonatadas y azucaradas.
  • Si el agua te resulta sosa, puedes aromatizarla con limón, rodajas de pepino, menta o frutos rojos.
  • A la hora de comer, en casa pon siempre una jarra de agua sobre la mesa, y si estás en un restaurante, pide agua del grifo. La mayoría de los restaurantes ofrecen esta posibilidad de manera gratuita.
  • Para facilitar la ingesta puedes colocar una pajita dentro de la botella de agua.

Cómo preparar la fruta y la verdura que debemos consumir en una dieta sana

En la búsqueda constante de un estilo de vida saludable, la alimentación desempeña un papel fundamental. Entre los pilares de una dieta equilibrada se encuentran las frutas y verduras, auténticos tesoros nutricionales que brindan una amplia gama de beneficios para la salud. Sin embargo, la forma en que preparamos estos alimentos puede ser determinante para conservar sus propiedades y maximizar sus efectos positivos en nuestro organismo.

Las autoridades sanitarias recomiendan un consumo diario de cinco raciones de fruta y verdura para tener una alimentación sana y equilibrada. ¿Cómo preparar la fruta y la verdura que debemos consumir en una dieta sana? Desde el Hospital de Manises, ¡te lo contamos!

¿Cuánto representa una ración de frutas y verduras?

La cantidad exacta que constituye una ración de frutas y verduras puede variar según las recomendaciones dietéticas y las necesidades individuales, pero generalmente se establecen pautas que ayudan a guiar a las personas hacia una ingesta equilibrada.

En términos generales, las autoridades de salud, como la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los Departamentos de Agricultura o Salud de diferentes países, sugieren que una porción estándar de frutas o verduras es de aproximadamente 80 gramos.

Conociendo esto, es importante que sepas que una ración de fruta equivale a:

  • Una pieza de fruta, como naranja, manzana, pera, melocotón, plátano…
  • Si son más pequeñas, como el albaricoque, las mandarinas y los higos, una ración la componen dos piezas.
  • Si son aún más pequeñas, como las cerezas, las fresas, las uvas y los frutos rojos, tienes que tomar un bol.
  • De sandía, melón o piña, puedes tomar un par de rodajas.

Y una ración de verduras equivale a:

  • Un plato de verdura cocida, como judías verdes, puré, menestra…
  • Dos o tres tomates, zanahorias o pepinos.
  • Un pimiento, calabacín, berenjena.
  • Un plato de ensalada variada.

¿Qué beneficios aporta la fruta y verdura?

La fruta y verdura son excelentes alimentos a tener en cuenta en una dieta sana y equilibrada. El incorporar estos alimentos en tu dieta semanal reduce el riesgo de obesidad, de enfermedades cardiovasculares y de algunos tipos de cáncer.

Además, una dieta basada en fruta y verdura aporta a tu cuerpo numerosos beneficios como:

  1. Nutrientes esenciales: La fruta y verdura son ricas en vitaminas, minerales y antioxidantes necesarios para el buen funcionamiento del cuerpo.
  2. Fibra: Las frutas y verduras contribuyen a la salud digestiva, previenen el estreñimiento y ayudan en el control del peso.
  3. Bajas en calorías y grasas: Una dieta sana y equilibrada es una excelente opción para mantener o perder peso, así como reducir el riesgo de enfermedades relacionadas con la dieta.
  4. Antioxidantes: Las frutas y verduras combaten el estrés oxidativo, reduciendo el riesgo de enfermedades crónicas como enfermedades cardíacas y cáncer.
  5. Hidratación: El alto contenido de agua encontrado en las frutas y verduras ayuda a mantener la hidratación del cuerpo, además de aportar beneficios para la piel y el sistema inmunológico.

Fruta y verdura

Fomentar el consumo de fruta y verdura

En una era donde la prisa y las demandas cotidianas pueden hacer que descuidemos nuestros hábitos alimenticios, es esencial recordar el papel crucial que desempeñan las frutas y verduras en nuestro bienestar.

Nuestro equipo de expertos nos ofrecen unas recomendaciones que se pueden seguir para fomentar el consumo de fruta y verdura en los hogares:

  • Compra fruta y hortalizas frescas de temporada: tienen más sabor y son más económicas.
  • Comprar a los productores locales: se pueden consumir más frescas y se evita la contaminación que produce su transporte.
  • Intentar huir de las frutas y verduras envasadas, y optar por la compra a granel.
  • Tener la fruta a la vista en la cocina y en la nevera.
  • Añadir fruta a las ensaladas.
  • Alternar las verduras crudas, en ensaladas o cremas frías, con las cocinadas al vapor, hervidas, salteadas, al horno o en puré.
  • Emplear las verduras tanto para primeros platos como para guarnición.
  • Los sofritos y los pistos se pueden tener preparados y congelados. De esta forma, se pueden utilizar cuando sean necesario.

El mejor momento del día para el consumo de fruta en niños

Para que los niños puedan tomar la cantidad de fruta recomendada, es bueno que la tomen en el desayuno, en el postre o en la merienda, intentando respetar sus gustos y ampliándolos en función de la fruta de temporada. También es bueno incluir las verduras en las comidas principales y se pueden añadir a los bocadillos del desayuno o la merienda.

También se debe tener en cuenta la alimentación en la época escolar y que los colegios ofrezcan a sus alumnos una alimentación sana y rica en frutas y verduras.

Buenas prácticas para seguir una dieta sana y equilibrada

Seguir una dieta sana y equilibrada implica la adopción de prácticas alimenticias fundamentales para el bienestar. La diversidad alimentaria, garantizando la inclusión de frutas, verduras, granos enteros y proteínas magras, se erige como piedra angular.

Controlar las porciones y mantenerse hidratado son aspectos esenciales, al igual que la limitación de alimentos procesados, azúcares y grasas saturadas. La elección de métodos de cocción saludables preserva los nutrientes, mientras que la planificación de comidas y la práctica de comer conscientemente promueven decisiones alimenticias más informadas.

Por último, complementar esta práctica con actividad física regular completa el enfoque holístico hacia una dieta que nutre no solo el cuerpo, sino también el bienestar general.

Qué esperar tras una cirugía bariátrica.

La cirugía bariátrica es un procedimiento quirúrgico que se ha convertido en una opción efectiva para aquellos pacientes que han intentado otros métodos de pérdida de peso sin éxito.

Sin embargo, es imprescindible tener en cuenta que con cualquier procedimiento quirúrgico, existen riesgos y que dependerá del tipo de obesidad que presente el paciente.

En este sentido, es importante que los pacientes comprendan qué pueden esperar tras la cirugía y qué resultados van a tener en el largo plazo.

Es por eso que en el post de hoy te contaremos cuáles son los beneficios de someterse a una cirugía bariátrica frente a otros métodos de pérdida de peso, las medidas básicas para evitar la reganancia de peso y algunas falsas creencias en torno a esta intervención.

Aspectos a tener en cuenta en una cirugía bariátrica

El objetivo principal de la cirugía de la obesidad tiene que ser realista en cuanto al peso que se necesita perder y mantenerlo en el tiempo. 

Además, si hay enfermedades derivadas de la obesidad, poder curarlas, según explica el Dr. Pau Aragó, de la Unidad de la Obesidad y Cirugía Bariátrica de nuestro hospital.

Normalmente, el equipo multidisciplinar implicado en los casos que se atienden en esta Unidad indica que se tarda un año en conseguir ese peso objetivo.

 “Hacemos un año de seguimiento del caso, con pautas a seguir e indicaciones médicas, nutricionales, hábitos saludables, actividad diaria… hasta llegar a la cirugía”.

La persona que se va a someter a una cirugía para perder peso tiene que saber que con la cirugía solo no se puede adelgazar y que es posible que haya una reganancia de peso después de la cirugía bariátrica si no toman las medidas adecuadas para cuidarse.

Nuestro cirujano explica que hay tres pilares:

  • Cirugía.
  • Aprender buenos hábitos alimenticios.
  • Ejercicio.

Estos tres aspectos son igual de importantes. “Es posible que se haga una cirugía, consigamos el peso objetivo y no sigan los otros dos pilares, pero con el tiempo, el paciente volverá al peso de inicio”, asegura el especialista, quien añade que “la cirugía no es un tratamiento definitivo”.

Es por eso que hay que informar a los pacientes que deciden intervenirse, qué no se puede hacer después de una cirugía bariátrica para evitar que haya un estancamiento o directamente se vuelva a la situación anterior a la cirugía.

¿Qué hábitos debo seguir después de la cirugía bariátrica?

La obesidad es una enfermedad crónica con la que hay que convivir y que hay que tratar de forma adecuada e individual, ya que cada paciente tiene unas necesidades específicas.

Por eso, el Dr. Aragó no duda en afirmar que “la cirugía hay que mimarla. Es importante, por no decir imprescindible cumplir con las indicaciones y hábitos saludables para que sus efectos duren el mayor tiempo posible”.

La duración de los resultados depende del estilo de vida que adopte el paciente. Si no se cuida y no sigue las recomendaciones pautadas por su equipo de especialistas, volverá a la situación inicial.

Porque la adherencia a un estilo de vida saludable, junto con unos hábitos de nutrición y actividad física adecuados, son la única garantía para mantener lo que se ha logrado con la intervención quirúrgica. 

Hay que salir del círculo vicioso para entrar en el círculo virtuoso: de engordo, hago poco ejercicio, como más, me deprimo, como más, dejo de hacer ejercicio, no hago ejercicio porque no me siento bien, me siento mal, no quiero… a hago ejercicio, me siento mejor mejor, como mejor, duermo mejor, me siento más optimista, mantengo una nutrición saludable…”.

Falsos mitos en el postoperatorio de la cirugía bariátrica

Muchas personas que se van a someter a cirugía de la obesidad siguen teniendo falsas creencias en torno a este procedimiento quirúrgico. 

El Dr. Aragó les saca de dudas comentando las principales inquietudes:

Solo voy a poder comer sopas y purés. Se puede seguir una amplia y variada alimentación, pero en cantidades razonables, adecuadas al peso y actividad física que se haga.

El tratamiento con by-pass me va a generar diarreas o visitas al baño incontroladas. Es algo que puede suceder si no se siguen las pautas nutricionales con la cantidad determinada y los alimentos recomendados. 

En algunos casos específicos y puntuales puede suceder que se agrave la intolerancia a ciertos alimentos que ya tuviera el paciente.

Me voy a quedar sin pelo. Es habitual en mujeres y puede suceder mientras se produce la pérdida de peso tras la cirugía, pero al estabilizarse el peso, se vuelve a la situación normal.

Soy diabético, ¿me puedo operar? Es posible siempre que se cumplan los criterios médicos de tener diabetes tipo 2 con mal control glucémico.

¿Es posible que aumente mi cansancio después de una cirugía bariátrica? Debido a la menor ingesta de alimentos y a los cambios que sufre el cuerpo puede ser que el cansancio del paciente sea mayor.

Sin embargo, siguiendo las pautas del especialista en cuanto a la alimentación y cómo dormir después de una cirugía bariátrica, no tienen porqué existir problemas.

Si no sabes si eres candidato para someterse a una cirugía de pérdida de peso, desde el Hospital de Manises, te ayudamos y te acompañamos en el proceso ¡Contacta con nosotros!

¿Cómo dar de comer a mi bebé? Un enfoque positivo para abordar la alimentación del primer año de vida.

La relación padres-hijo influye en que los niños aprendan a comer correctamente. Los padres deciden qué come el niño y cómo lo come, pero deben respetar su apetito y saciedad, y tener paciencia cuando se muestre reacio a probar ciertos alimentos. La alimentación complementaria forma parte del aprendizaje del niño y debe ser una experiencia agradable para todos.

Es muy beneficioso que los niños coman junto al resto de la familia, puesto que tienden a imitar lo que ven y les motiva a probar nuevos alimentos y texturas.

A los 12 meses, el lactante ya puede seguir la misma alimentación que el resto de la familia, limitando la sal.

Esta época es buen momento para revisar los hábitos de alimentación de la familia, evitando comprar y consumir alimentos superfluos (procesados, refrescos, zumos, bollería, dulces…). ¡Somos un modelo para nuestros hijos!

Si se desea llevar a cabo una alimentación libre de triturados, guiada por el bebé (Baby led weaning o BLW), es necesario informarse para llevarla a cabo de forma correcta.

Si se desea una dieta vegetariana o vegana debe realizarse bajo supervisión médica para evitar carencias nutricionales.

 

¿QUÉ CANTIDADES OFRECER?

Al principio, las cantidades serán pequeñas y se irán aumentando progresivamente. Entre los 6-8 meses suelen tomar 2-3 comidas diarias (aparte de la leche), de unos 90 a 150 g; a partir de los 9 meses, 3-4 diarias, de unos 150 a 250 g. Hasta los 9-11 meses se recomienda que la toma correspondiente a la cena sea leche (materna o de fórmula).

Un exceso de alimentos proteicos de origen animal (lácteos, carne, pescado, huevo), aumenta el riesgo de obesidad en el futuro. Entre los 6 y 12 meses, se recomienda 20-30 g de carne al día, o 30-40 g de pescado, o un huevo pequeño (tamaño “S”), al día. Si se ofrecen estos tipos de alimentos en más de una comida al día, habría que repartir la cantidad de carne/pescado/huevo, para no sobrepasar la cantidad máxima diaria recomendada.

 

¿CON QUÉ TEXTURAS?

Se recomienda aumentar progresivamente la consistencia de los alimentos y comenzar con texturas semisólidas lo antes posible, ya que se han descrito problemas de alimentación a largo plazo y un menor consumo de frutas y verduras en niños en los que se introdujeron más allá de los 8-9 meses.

Los cuidadores deben conocer cuáles son los sólidos con riesgo de atragantamiento para evitarlos, así como tener nociones básicas de cómo actuar en caso de que se produzca. Conviene evitar dar sin triturar alimentos duros y pequeños (frutos secos, zanahoria cruda o manzana cruda), partir los alimentos blandos redondeados (uva, tomate cherry, aceitunas) y chafar los redondeados pequeños (guisantes, garbanzos…). Nunca de debe dejar al niño solo mientras come.

 

maternidad hospital manises

Pequeños cambios que te ayudarán a comer de manera saludable

Hay pequeños cambios en la alimentación que pueden transformar positivamente nuestra salud. Además de aportarnos la energía necesaria para nuestra vida diaria, la alimentación es fundamental para prevenir enfermedades y alcanzar un envejecimiento saludable. Pero, ¿cuáles son los cambios que debemos hacer?

En nuestra dieta muchas veces pecamos por exceso o defecto, y además nos suele faltar información sobre cuáles son las alternativas más saludables a ciertos alimentos, es decir qué alimentos podemos sustituir por otros similares pero de mayor valor nutricional. Por lo tanto, los cambios que realicemos pueden enmarcarse en tres grupos:

  • Alimentos que debemos consumir más.
  • Alimentos que debemos cambiar por otros.
  • Alimentos que debemos consumir menos.

 

¿Qué alimentos tenemos que comer más?

En este grupo están los alimentos que son más saludables: aportan fibra, vitaminas y minerales de alto valor nutricional. En este grupo se encuentran:

  • Frutas
  • Verduras y hortalizas.
  • Legumbres
  • Frutos secos.

A estos alimentos debemos incluir otra recomendación importante relacionada con el estilo de vida, que es mantenerse activo desde el punto de vista físico y social, ya que es beneficioso tanto para el cuerpo como para la mente.

 

¿Qué alimentos debemos cambiar por otros?

El objetivo es cambiar un alimento por una versión más saludable. Algunos ejemplos:

  • Sustituir el pan, la pasta o el arroz blancos o refinados por sus versiones integrales, aumentando así el aporte de fibra y nutrientes de calidad.
  • Utilizar aceite de oliva virgen en vez de otros aceites y grasas.
  • Tomar agua en lugar de bebidas más calóricas o que contengan azúcares.
  • Elegir productos de temporada y de proximidad, que mantienen mejor sus propiedades al sufrir menos traslados, manipulación y periodos de almacenamiento.

 

¿Qué alimentos tenemos que comer menos?

Este grupo engloba algunos alimentos cuyo consumo en exceso puede tener consecuencias negativas en nuestra salud, ya que elevan el riesgo de desarrollar numerosas enfermedades. Algunos de estos alimentos son:

  • Sal, salazones, encurtidos…
  • Azúcar.
  • Alimentos y bebidas azucaradas.
  • Carne roja y procesada.
  • Alimentos ultraprocesados, ricos en azúcares, grasas, sal, aditivos…

Hacer cambios en la alimentación no siempre es fácil, pero puedes empezar poco a poco introduciendo primero un par de cambios y añadiendo nuevos cambios cuando los primeros ya se hayan afianzado y convertido en una costumbre. ¡Tu salud te lo agradecerá!

La alimentación en el primer año de vida: ¿qué es lo mejor para el bebé?

La leche materna (LM) es el mejor alimento para el bebé durante los primeros meses de vida. Suplementada con vitamina D, que se recomienda administrar a todos niños hasta que cumplan un año, contiene los nutrientes necesarios durante este periodo para un crecimiento y desarrollo óptimos. La OMS y la mayoría de las sociedades científicas recomiendan la lactancia materna exclusiva hasta que el bebé cumpla 6 meses, y mantenerla después, acompañada de otros alimentos, al menos hasta los dos años. A partir de entonces, sigue aportando numerosos beneficios al niño/a y a la madre, por lo que se puede continuar todo el tiempo que ellos deseen.

 

Las fórmulas artificiales, en su gran mayoría a base de leche de vaca modificada, consiguen una nutrición adecuada, aunque siempre inferior a la LM. Al menos durante los primeros 6 meses, deberán utilizarse las de “inicio” o “tipo 1.”

 

La alimentación complementaria es el proceso por el cual se ofrecen al lactante alimentos distintos de la leche materna o de fórmula, ya sean sólidos o triturados, de forma que sean un complemento y no sustitutos de la leche. En los últimos años las recomendaciones han cambiado muchas veces, siendo ahora muy diferentes a las que recibió la generación anterior.

 

¿CUÁNDO INICIAR LA ALIMENTACIÓN COMPLEMENTARIA?

Siempre por indicación del pediatra/enfermero pediátrico, valorando las necesidades del niño/a y su grado de desarrollo.

  • En caso de lactancia materna, se recomienda iniciarla a partir de los 6 meses, asegurando la ingesta de un mínimo adecuado de leche al día y fomentando el mantenimiento de la producción de LM.
  • En lactantes no amamantados, no hay consenso acerca del mejor momento. Se puede iniciar entre el cuarto y el sexto mes. A partir de los 6 meses podrán cambiar la leche de fórmula a la “tipo 2” o “de continuación”.

 

¿QUÉ ALIMENTOS OFRECER?

De forma individualizada, según cada niño y su entorno. No hay un orden establecido para introducir los alimentos. Se puede empezar por cualquiera, de forma progresiva, esperando entre 3-5 días entre los nuevos alimentos, para detectar posibles alergias o intolerancias.

Los vegetales deberían introducirse desde el principio, para una mejor aceptación. En niños alimentados con LM exclusiva conviene introducir temprano alimentos ricos en hierro (carne y pescado).

Se recomienda ofrecer los alimentos en distintas combinaciones para facilitar la aceptación de nuevos sabores. Si un niño rechaza repetidamente un alimento, puede mezclarse con otros que sí acepte, o sustituir por otro del mismo grupo y volver a ofrecer unas semanas más tarde.

Entre los 6 y los 8 meses, deberían estar introducidos la mayoría de los alimentos: frutas, verduras, carne, pescado, huevo, cereales con y sin gluten, y legumbres.

Es necesario ofrecer agua durante o entre las comidas, sobre todo en época de calor.

Los “tarritos o potitos” comerciales pueden utilizarse de forma muy ocasional. Siempre es preferible la preparación casera, a partir de productos frescos.

 

¿HAY QUE EVITAR ALGUNOS ALIMENTOS?

No se deben añadir a las comidas sal, azúcar ni otros endulzantes. La miel está especialmente contraindicada en menores de 12 meses por riesgo de botulismo.

En cuanto a los lácteos, la leche de vaca no se introducirá antes de los 12 meses. El yogur (natural, sin endulzar) y el queso fresco (sin sal), pueden ofrecerse a partir de los 8 meses. No se debe sustituir la LM o de fórmula por otras bebidas de origen vegetal.

Hasta los 12 meses, hay que evitar las verduras de hoja oscura (espinaca, acelga, borraja), por su contenido en nitratos; y limitar la cantidad de zanahoria por el mismo motivo. Evitar las algas por su alto contenido en yodo.

Evitar los pescados grandes (atún rojo, emperador, pez espada, cazón, tintorera) por su alto contenido en mercurio, y limitar su consumo después. Evitar el consumo de cabezas de gambas, langostinos y cigalas o el cuerpo de crustáceos parecidos al cangrejo, por contener cadmio.

 

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8 claves para un menú semanal saludable

Hacer una previsión semanal de lo que se va a comer ayuda a tener una alimentación saludable, equilibrada y basada en productos de temporada y de producción local. Elaborar un menú semanal permite hacer una lista de la compra y adquirir solo los productos necesarios. De esta forma, se evitan alimentos poco saludables o poco nutritivos y también desechar alimentos.

Los expertos del Hospital de Manises ofrecen una serie de consejos para llevar una alimentación saludable:

  1. Consumir alimentos de todos los grupos. A su vez, dentro de cada grupo hay que intentar abarcar la mayor variedad posible, ya que cada alimento es único y rico en determinados nutrientes.
  2. Tener una buena hidratación. Para ello, consuma frutas, verduras y hortalizas que son alimentos con gran contenido en agua. Beba siempre que tenga sed. Para saciar la sed, la mejor bebida es el agua, ya que no tiene azúcar ni alcohol. El agua del grifo es la mejor opción, la más económica y la de menor impacto medioambiental ya que no genera residuos plásticos. 30-35ml de agua por kilogramos de peso es lo que se recomienda consumir al día. Sin embargo, ante determinadas situaciones, como en verano o al hacer deporte, es necesario beber más líquidos. Para darle sabor al agua, puede añadirle una gotas o rodajas de limón o naranja, unas rodajas de pepino o algunas hojas de menta fresca. Hay que tener cuidado con los zumos que llevan azúcares añadidos.
  3. Reducir el consumo de azúcar blanco o integral, panela, miel, siropes, fructosa, zumos de fruta y bebidas azucaradas. El azúcar no debería superar el 5% de las calorías consumidas en un día (los azúcares de la fruta entera no se computan en este 5%).
  4. Sal. La Organización Mundial de la Salud recomienda no consumir más de 5 gramos de sal al día, lo que equivale a una cucharadita de postre al día. Use sal yodada. Su consumo en exceso no es saludable, sobre todo en personas con hipertensión.
  5. Consumir productos frescos. Evitar los alimentos procesados ayudará a evitar las grasas saturadas, las harinas refinadas y el exceso de azúcar. La opción más saludable es incluir los productos frescos siempre que sea posible en la cesta de la compra.
  6. Moderar el consumo de carne roja (ternera, toro, cerdo, cabrito, cordero, caballo) a un máximo de 1-2 raciones a la semana. En general, puede consumir carne 3-4 veces por semana. Puede sustituir la carne roja por legumbres (3-4 veces por semana), huevos (3-4 veces por semana), pescado (3-4 veces por semana) o carne blanca (pollo, pavo, conejo hasta 3-4 veces por semana incluyendo la carne roja).
  7. Eliminar o reducir el consumo de alcohol. La ingesta de alcohol no es recomendable y los adultos no deben consumir más de dos bebidas al día.
  8. Tomar fibra. Las dietas ricas en fibra ayudan a regular el organismo, mantener los niveles de colesterol, aumentar la sensación de saciedad y reducir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Para mejorar su ingesta de fibra, incluya verduras y hortalizas dos veces al día (en comida y cena), un puñado de frutos secos de 3 a 7 veces por semana, 3 piezas de fruta al día, legumbres 3-4 veces por semana y cerales integrales, como por ejemplo arroz integral o pan integral.