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Cómo prevenir la osteoporosis: todo lo que necesitas saber

Puede que en alguna ocasión te hayas preguntado qué es la osteoporosis y qué síntomas presenta. Desde Hospital de Manises, vamos a resolver tus dudas en el siguiente post. ¡Sigue leyendo!

La osteoporosis es una enfermedad caracterizada por la disminución de la densidad de los huesos a causa e la pérdida del tejido óseo normal, lo que conlleva una pérdida de resistencia del hueso frente a traumatismos. Este hecho evidencia el aumento de fracturas y lesiones en pacientes con osteoporosis, al contar con unos huesos más frágiles y débiles, menos preparados para impactos o para una carga de peso elevada.

De esta forma, las fracturas más frecuentes provocadas por la osteoporosis suelen darse en las zonas de la cadera, muñeca y vértebras. 

Aunque puede afectar a cualquier persona, la osteoporosis es una enfermedad predominante, de manera general, en pacientes de mayor edad, ya que entre sus causas más evidentes se diferencia la disminución de la masa ósea.

Síntomas de la osteoporosis

En sí, la osteoporosis no presenta unos síntomas identificados y dolorosos. La mayor prueba que hace sospechar del desarrollo de una osteoporosis es el aumento de fracturas, que viene debido a la fragilidad de los huesos.

En cuanto a las causas que provocan esta enfermedad, solo en un pequeño porcentaje de pacientes se logran identificar. Esto ocurre porque se trata de pacientes con una osteoporosis secundaria, reconocida por aparecer como consecuencia de otras enfermedades, como endocrinológicas, reumáticas o hematológicas . Sin embargo, a día de hoy se desconocen las causas claras que provocan este exceso de debilidad en los huesos.

Según el paciente en el que aparece, se diferencian 3 tipos de osteoporosis, así como distintos grados de osteoporosis: 

  • Osteoporosis idiopática: Se presenta en pacientes adolescentes o adultos sin causa conocida.
  • Osteoporosis tipo I o postmenopáusica: Influye decisivamente la falta de estrógenos que se produce en la mujer en esa etapa de la vida.
  • Osteoporosis tipo II o senil: Provocada por un exceso de envejecimiento natural de los huesos.

Existen diversos tratamiento para la osteoporosis. Sin embargo es importante que conozcas algunas pautas para prevenirla.

Cómo prevenir la osteoporosis

La osteoporosis se puede prevenir con una vida sana y saludable, sin olvidar un completo aporte de calcio en las etapas de crecimiento, infancia y adolescencia, según explica el Dr. Roberto Gorgues, médico de Familia del Hospital de Manises.

Entre las medidas a tomar, el especialista recomienda seguir una dieta equilibrada evitando situaciones de delgadez extrema o bajo peso, ingerir alimentos ricos en calcio, fundamentalmente lácteos y derivados durante las etapas de crecimiento.

Aunque parezca raro, para la osteoporosis la obesidad no es un problema en sí. “En el tejido celular subcutáneo, es decir, en el panículo adiposo de debajo de la piel, se sintetizan los estrógenos tanto en hombres como en mujeres, que es una hormona que contribuye a la osificación del hueso y, por tanto, evita la osteoporosis”. Por ello, el Dr. Roberto Gorgues mencionaba la necesidad de evitar las situaciones de delgadez extrema, ya que se pierde tejido celular subcutáneo y la grasa subcutánea es beneficiosa para la síntesis de estrógenos.

Evidentemente, esto no debe ser una justificación para no cuidar el peso, ya que el sobrepeso y la obesidad influyen en otros problemas de una forma mucho más grave y no compensan el beneficio que aportan sobre la osteoporosis. 

Otro de los aspectos a tener en cuenta es que la administración de corticoides de forma más o menos regular influye de forma negativa en la aparición de la osteoporosis. También hay que controlar el uso de inhibidores de la bomba de protones, que son los mal llamados protectores gástricos, como el omeprazol y sus derivados.

A esto hay que sumar que tanto el alcohol como el tabaco han demostrado su efecto pernicioso en la aparición y desarrollo de la osteoporosis.

Ventana estrogénica y osteoporosis

La genética influye en la menarquia o llegada de la menstruación (cuanto antes, mejor), y en la aparición de la menopausia (cuanto más tarde, mejor). “Esto en lo que llamamos la ventana estrogénica.  Se define como el periodo en el que los huesos de las mujeres están siendo estimulados por los estrógenos producidos en los ovarios”, explica el especialista. Como es lógico, la ventana estrogénica se va a ver interrumpida por los embarazos.

Factores de riesgo de osteoporosis

Algunos factores pueden aumentar la probabilidad de desarrollar osteoporosis, como la edad, el estilo de vida, o las afecciones y tratamientos médicos.

Pero hay una serie de factores de riesgo de osteoporosis que están fuera de nuestro control, entre los que se encuentran los siguientes:

  • Sexo. Las mujeres son mucho más propensas a desarrollar osteoporosis que los hombres.
  • La edad. El riesgo de osteoporosis aumenta con la edad.
  • Origen. Tienen más riesgo de osteoporosis las personas caucásicas o de ascendencia asiática.
  • Antecedentes familiares. Tener un padre, madre o hermano con osteoporosis aumenta el riesgo de presentar la enfermedad, especialmente alguno de los progenitores han sufrido una fractura de cadera.
  • Tamaño del cuerpo. Los hombres y las mujeres que tienen estructuras corporales pequeñas tienden a correr un riesgo más alto debido a que podrían tener menos masa ósea para utilizar a medida que envejecen.
  • Niveles hormonales. La osteoporosis es más común en personas que tienen demasiada o muy poca cantidad de ciertas hormonas en el organismo. Así, los niveles bajos de hormonas sexuales tienden a debilitar los huesos. La disminución de los niveles de estrógenos en las mujeres menopáusicas es uno de los mayores factores de riesgo para el desarrollo de la osteoporosis
  • Problemas en ciertas glándulas. Los niveles altos de hormona tiroidea pueden causar osteoporosis. Esto ocurre cuando la tiroides es hiperactiva o si se toman demasiados medicamentos de hormonas tiroideas para tratar una tiroides poco activa. La osteoporosis también se asocia con la hiperactividad de las glándulas paratiroides y de las suprarrenales.

Por último, el Dr. Roberto Gorgues recuerda que el sedentarismo también aumenta el riesgo de osteoporosis y las personas que pasan mucho tiempo sentadas tienen un mayor riesgo de desarrollarla, en comparación con las que son más activas. Cualquier ejercicio con peso y actividades que promuevan el equilibrio y la buena postura son beneficiosos para los huesos, pero caminar, correr, saltar, bailar y levantar pesas parecen ser particularmente beneficiosas.

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¿Qué son las lesiones de SLAP y cuándo se producen?

La lesión de SLAP es el daño que se produce en la parte superior de la estructura del hombro conocida como labrum, que consiste en un refuerzo fibroso que permite mantener la estabilidad del hombro. “Suele producirse por traumatismos o caídas con el brazo extendido, en deportes o actividades que impliquen lanzamiento, como el balonmano, y en otros deportes como tenis o natación”, indica el Dr. Juan Manuel Antequera, especialista adjunto en el Servicio de Traumatología del Hospital de Manises.

¿Se pueden tratar fácilmente las lesiones de SLAP?

Tras una adecuada evaluación con examen físico dirigido, se confirma la sospecha de la lesión de SLAP mediante resonancia magnética, a veces con contraste, conocida como artroRM. Con ello los traumatólogos especialistas determinan cuál es el mejor tratamiento para la lesión de SLAP.

Inicialmente el tratamiento de la lesión de SLAP es conservador mediante tratamiento analgésico y rehabilitación y de manera general, únicamente se considera la cirugía cuando el tratamiento anterior no ha dado buenos resultados, aplicando en ese caso la cirugía reparadora artroscópica. 

¿Cuáles son los principales síntomas de la bursitis?

La bursitis subacromial es la inflamación que se produce de la bursa o tejido que está encima y cubre los tendones del manguito rotador y que los protege durante los movimientos del hombro. Al igual que las roturas de manguito, la bursitis del hombro suele producirse en pacientes con un sobreuso del brazo por encima del nivel de la cabeza y en muchas ocasiones es el paso previo a la lesión del manguito. 

El principal síntoma de la bursitis es la limitación en la movilidad del brazo debido al dolor intenso que produce. Tal y como detalla nuestro especialista, es un dolor inespecífico en la zona anterior y lateral del hombro que a veces puede irradiarse hacia el brazo y/o hacia el cuello, y que clásicamente aumenta de intensidad por la noche, dificultando el descanso nocturno.

¿Cómo se trata la bursitis del hombro?

Generalmente, el tratamiento inicial de la bursitis es conservador en la mayoría de los pacientes. Hasta en el 80% de los casos, la bursitis del hombro mejora con tratamiento mediante antiinflamatorios orales y/o infiltraciones locales junto con fisioterapia y modificación de la actividad

En los casos resistentes al tratamiento conservador, se ofrece la posibilidad del tratamiento quirúrgico, “que consiste en realizar una artroscopia de hombro en la cual se elimina la bursa inflamada, bursectomía, a la que añadimos otros gestos quirúrgicos en caso de precisarlo, como la acromioplastia, que consiste en limar la parte inferior del acromion en los casos en los que existe conflicto de espacio entre este y los tendones del manguito rotador, o la sutura del manguito en los casos que exista rotura del tendón”, detalla nuestro cirujano ortopédico. 

¿Por qué se produce la bursitis del hombro?

La bursitis del hombro es el cuadro clínico que aparece cuando se produce en el hombro con la elevación del brazo y choca un elemento del manguito rotador con otro elemento de proximidad. Habitualmente, las causas pueden ser intrínsecas o extrínsecas al propio manguito. 

  • Intrínsecas. Microtraumatismos repetidos por el sobreuso del brazo por encima del nivel de la cabeza o la degeneración de los tendones a causa de la edad al existir una zona con déficit de aporte sanguíneo cerca del nivel de la inserción en el hueso. 
  • Extrínsecas. Variaciones anatómicas del acromion, como el acromion en forma de gancho o el engrosamiento del ligamento coracoacromial, o anomalías congénitas como el os acromiale.

¿Cómo evitar las lesiones en los hombros?

El Dr. Juan Manuel Antequera nos ofrece las siguientes recomendaciones para evitar o reducir el riesgo de lesiones en los hombros

  • Tener una correcta higiene postural para evitar sobrecarga muscular.
  • Evitar la carga de pesos elevados con las manos.
  • Evitar subir peso por encima del nivel del hombro. 
  • Siempre que practiquemos algún deporte que implique movilidad del hombro, será fundamental un adecuado calentamiento que incluya movilidad y estiramientos, tanto antes como después del entrenamiento. 
  • No levantar cargas pesadas que puedan provocar una sobrecarga en la articulación.
  • En entrenamiento de fuerza hay que realizarlo después de un calentamiento exhaustivo y con una carga que se irá subiendo de forma lenta, controlada y progresiva.

 

Problemas cervicales al tocar el violín

Del total de personas que han acudido a la Unidad de Medicina de la Música del Hospital de Manises durante los últimos años, los que tocan el violín son los que más veces han requerido atención de rehabilitación. Existen diversos factores, tanto la psicosociales como instrumentales, para que las personas que aman tocar el violín sean las que más atención soliciten.

tocar el violín

Tocar el violín produce grandes dolencias corporales

José Dapena, fisioterapeuta de Unidad de Medicina de la Música y las Artes Escénicas de nuestro Hospital, señala que es llamativo que el 55% de los violinistas vengan refiriendo, como patología principal, problemas cervicales. Si sumamos problemas raquiálgicos, estaríamos hablando de un 80% que apuntan a las cervicales como fuente de dolor principal, molestias que hacen que necesiten la intervención de profesionales de la salud. 

Pero, lo que realmente llama la atención a nuestro fisioterapeuta es que las personas que acuden a la consulta por estos problemas lo hagan por un mal abordaje del instrumento. Es decir, lo que se puede denominar como una mala postura al tocar el violín: “La tendencia del violinista es levantar el hombro izquierdo para acoplar mejor el instrumento y esto es un error, porque es el instrumento el que se tiene que acoplar al músico y no al revés”. 

tocar el violín

Cuando se establece el movimiento de elevación de hombro, que además se mantiene durante la interpretación musical, se está produciendo una contracción constante de la musculatura que no debería estar contraída, ya que provoca un aumento de tensión, que acaba derivando en patología. “Podemos decir que levantar el hombro para tocar el violín es la causa principal de aumento de tensión, dolor cervical y muscular del violinista”, apunta el especialista, quien añade que también cabe la posibilidad de que en vez de subir el hombro, el violinista incline la cabeza y también se produzcan estas molestias. 

¿Se pueden solucionar las molestias al tocar el violín?

La solución que propone José Dapena es utilizar una almohadilla que habrá que regular en altura, para que sea lo suficientemente alta como para no tener que hacer movimientos compensatorios. Por eso, “es importante el control de la espalda por parte profesional, del profesor o la familia. Ya que es donde se puede ver esa compensación. Tendremos que estar atentos a que cuando se coloque el violín, el músico no suba los hombros”. 

Dolencias en personas jóvenes

Según el especialista, el 50% de los violinistas que han acudido a nuestra Unidad de Medicina de la Música y las Artes Escénicas tenían edades comprendidas entre 10 y 19 años, y todos presentaban problemas cervicales.

También hay que prestar especial atención a que la mayor parte de las personas al tocar el violín tienden a estar con la cabeza rotada a la izquierda. El consejo que ofrece José Dapena es que se coloque en la izquierda durante las demás actividades del día a día. Para girar así más hacia la derecha. “Por ejemplo, que el alumno esté en clase con la pizarra en el lado derecho, así tenderá a girar hacia a la derecha”.

Por otro lado, el dolor en la cara interna y/o externa del codo debido a una flexión palmar o dorsal mantenida (dependiendo del caso) de la muñeca es una molestia que se puede ver en varios violinistas, que no son capaces de tener la mano alineada con el antebrazo al tocar el violín. Si no es posible esta alineación, lo que hay que hacer de manera obligatoria es estiramientos después de la interpretación. Haciendo hincapié en los del antebrazo. Aquí te dejamos un post en el que hablamos de cómo cuidar la muñeca al tocar el violín.

tocar el violín

José Dapena recuerda que las lesiones de la articulación temporo-mandibular (ATM) en el violinista se producen por una tensión de la barbada contra la mandíbula, lo que produce un desplazamiento del hueso, desencadenando una lesión en la ATM. Si se quiere evitar, se debe adaptar el instrumento al músico y “buscar una barbada que nos proporcione confort, pero que no nos haga una resistencia elevada ni desplazamiento del hueso mandibular”.

Para relajar los músculos, nuestro fisioterapeuta recomienda: 

  • Calentar antes de tocarel violín. No podemos abordar el instrumento sin antes haber realizado un calentamiento corporal.
  • Estirar al acabar de tocar. Habrá que estirar sobre todo la musculatura del antebrazo y la cervical. Aquí podrás ver un vídeo de lo que puedes hacer para estirar.
  • Estar en buen estado físico. Es indispensable que se haga ejercicio físico. El estado físico está directamente relacionado con una mejor interpretación. No se puede permitir tener una musculatura con mal tono muscular y flexible. Además, tenemos que tener fuerte la musculatura erectora de la espalda.

Ahora que ya conoces las dolencias al tocar el violín, te recomendamos leer este artículo sobre la importancia de cuidar tus hombros mientras tocas un instrumento, seguro que encontrarás consejos muy prácticos.

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La recuperación de una hernia discal con microcirugía es de 1 día.

El disco intervertebral es la estructura que funciona como amortiguador entre las vértebras. La hernia discal se produce cuando parte del material que hay dentro del disco sale hacia el canal vertebral y comprime una raíz de la columna. La Dra. Sara Burguet, cirujana de la Unidad de Raquis del Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital de Manises, explica que la mayoría de las veces las hernias discales se producen de forma espontánea, cuando tiene lugar una pequeña rotura en la pared que contiene el disco y por ahí se escapa el material. “Solo en unos pocos casos se relaciona con un sobresfuerzo o traumatismo”.

Para saber si tenemos una hernia discal, debemos conocer uno de sus principales síntomas, que es la ciática. “Esta se caracteriza por un dolor eléctrico o quemante que nace de la nalga o de la zona baja de la espalda con sensación de entumecimiento u hormigueo que recorre la pierna hasta el pie”, apunta nuestra cirujana, que añade que los tipos de hernia dependen del disco intervertebral afectado y de la localización dentro del canal vertebral.

Entre todas, las más frecuentes son las que se sitúan en la columna lumbar baja, “porque es la zona más móvil de la columna, la que más trabaja del cuerpo”.

Las hernias discales no diferencian entre hombres y mujeres, puesto que no predominan en ningún sexo, y además pueden darse incluso en gente menor de 20 años. “Eso sí, son raras por encima de los 60 años; la ciática a partir de esa edad suele tener otras causas”, comenta la Dra. Burguet.

¿Cuál es el diagnóstico de una hernia discal?

A la hora de hacer el diagnóstico, el tipo de dolor permite sospechar que puede haber una hernia discal. “El dolor suele ceder con medicación, así que no debemos alarmarnos. La verdadera señal de alarma es si el dolor se acompaña de una perdida de fuerza en el pie o una alteración de la micción; es decir, que se escape la orina o que se deba hacer más fuerza de lo normal para orinar. En este caso, sí que se debe consultar de inmediato”.

Ante esta situación, lo primero que hay que hacer es iniciar un tratamiento médico, incluso con corticoides. Si el tratamiento con fármacos no funciona, está indicado solicitar una resonancia magnética y una valoración por el especialista. El reposo solo está indicado durante 48-72 horas, luego hay que intentar caminar o estar sentado. Si el dolor no permite ni caminar ni estar sentado, también se debe consultar.

En opinión de nuestra especialista, el tratamiento con microcirugía  debe ser indicado e individualizado para cada paciente, y “a eso nos dedicamos en la Unidad de Raquis del Hospital de Manises”. Así, si con el tratamiento con fármacos no se consigue que mejore el dolor, el especialista de columna valorará si es necesario quitar la hernia con microcirugía.

La recuperación, una vez eliminada la hernia con microcirugía, es de un día si no surgen complicaciones. Una vez que transcurren unas horas tras la cirugía, el paciente es capaz de sentarse y caminar de nuevo.

Para prevenir las hernias, nuestra especialista ofrece una receta sencilla: evitar el sobrepeso, y realizar ejercicio físico de forma habitual. Basta con caminar entre 30 y 45 minutos al día.

La cirugía mínimamente invasiva resuelve la estenosis del canal

La estenosis del canal es una afección muy inhabilitante y capaz de afectar a la calidad de vida de los pacientes que, gracias a la cirugía raquis (cirugía de columna) mínimamente invasiva, puede paliarse en gran medida y les permite recuperar parte de su bienestar durante más tiempo.

Es necesario sumar los datos obtenidos de los exámenes físicos y neurológicos además del diagnóstico por imagen para diagnosticar este problema tan doloroso. Sin embargo, no es muy conocido por el público en general.

Pasamos a explicar en qué consiste, cuáles son sus síntomas y cómo la cirugía raquis (o cirugía de columna) puede ayudar a paliar sus consecuencias.

¿Qué es la estenosis del canal?

Empecemos ubicándonos: el canal vertebral es el hueco detrás de las vértebras que constituye zona de paso de las raíces que posteriormente dan lugar a los nervios de las piernas. En la columna se puede producir artrosis, y esta altera la forma de los discos de modo que se estrecha este canal. También existen casos de estenosis del canal congénita o debida a traumatismos.

La estenosis del canal puede afectar a la parte baja de la espalda, llamándose entonces estenosis lumbar,  o la alta (que afectará más a los brazos), y entonces estaremos ante un caso de estenosis cervical. El estrechamiento en sí no produce dolor, así que ¿por qué es tan inhabilitante esta enfermedad?

Al estrecharse el canal, las señales que se transmiten a través de los nervios sufren alteraciones y causa dolor en las piernas, alteraciones en la sensibilidad (entumecimiento, flojedad, o incluso una sensación de ardor o cosquilleo) o problemas de deambulación (problemas para andar).

La estenosis del canal y el dolor de piernas

El dolor de las piernas es el principal síntoma para detectar la estenosis del canal: La Dra. Sara Burguet, cirujana de la Unidad de Raquis del Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital de Manises, explica que lo más frecuente es que el paciente sienta que a los pocos metros de empezar a caminar tiene que pararse y sentarse.

O incluso que cuando el paciente se inclina hacia delante, se le pasan las molestias. De hecho, en palabras de la doctora Burguet “es curioso que muchos de estos pacientes no pueden caminar bien, pero pueden ir en bicicleta”.

Lo más habitual es que esta lesión aparezca en personas mayores de 60 años y produzca un deterioro de su calidad de vida. Y ello es debido a que el dolor producido al caminar hace que estas personas acaben por no salir de casa, para evitar recorrer distancias.

De hecho, se evalúa la gravedad de la enfermedad en función de las distancias que puede recorrer el paciente sin que el dolor se lo impida (por ejemplo, se suele considerar leve si se pueden recorrer unos 200 metros, y grave si es partir de los 50 metros.

Diagnóstico de la estenosis del canal

Si por sus síntomas, su médico sospecha que puede tener una estenosis de canal, la prueba de imagen donde se ve con mayor detalle es la resonancia magnética, además de que permite la planificación de la posible cirugía. En los casos en que esté contraindicada, con una tomografía computerizada también se puede diagnosticar.

Tratamiento de la estenosis del canal a través de la cirugía raquis

El tratamiento de la estenosis de canal debe individualizarse según los síntomas y las características de cada paciente, pero en general el tratamiento quirúrgico (cirugía de columna) suele tener mejor resultado y es más duradero que el resto.

Especialmente ya que es una enfermedad que suele agravarse con el tiempo, siendo por tanto poco operativo tratar al paciente con medicamentos para el dolor.

Tal y como explica la Dra. Burguet, la operación que se lleva a cabo en la Unidad de Raquis del Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital de Manises consiste en una descompresión con microcirugía.

Esta, según sus palabras, se elabora “con ayuda del microscopio y con una pequeña incisión en la espalda, a través de la que solucionamos el estrechamiento en el canal vertebral que está provocando los síntomas”.

Una de las ventajas que señala nuestra especialista es que la microcirugía utiliza una pequeña incisión y, por tanto, el sangrado es mínimo y se lesiona muy poco la musculatura de la espalda.

Así, el paciente es capaz de ponerse en pie y caminar al día siguiente. Además, es una cirugía que generalmente solo requiere un día de hospitalización y que al ser mínimamente invasiva permite operar a gente cada vez más mayor.

El ejercicio físico y la estenosis del canal

Aunque la cirugía raquis haya demostrado dar unos resultados muy positivos, lo mejor siempre es prevenir. Y para ello, nada como mantener nuestra columna en forma realizando ejercicio no lesivo de forma continuada. Para complementar la cirugía de la columna, se puede optar por fortalecer los músculos que la estabilizan.

Dolor de espalda y estrés, una relación peligrosa

El dolor de espalda no es una patología propia de una determinada profesión, sino que según la Dra. Sara Burguet, cirujana de la Unidad de Raquis del Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital de Manises, está muy relacionado con factores psico emocionales como la satisfacción laboral y la situación personal de los trabajadores.

Dolor de espalda por estrés y ansiedad

¿Cómo es el dolor de espalda por estrés? Si las personas están felices y contentas, son más resistentes a situaciones estresantes, incluso desde el punto de vista físico. Así, según estudios clínicos, se ha visto que la ansiedad y el estrés laboral pueden cronificar o intensificar los posibles dolores en espalda, dolores lumbares o de cualquier otra zona corporal.

Higiene postural y ergonómica

De hecho, tal y como recuerda nuestra cirujana, además de los aspectos comentados, estar con posturas ergonómicas inadecuadas durante mucho tiempo no ayuda a paliar los dolores de espalda, es más, los intensifica. “El dolor lumbar no se produce solo porque haya una lesión en la columna, si no que puede ser por otros muchos factores que influyen en su desarrollo. Entre el 70 y el 80% de los dolores no se relacionan directamente con un dolor de la columna”, explica la especialista, quien añade que malas posturas en general o falta de musculatura por sedentarismo propician la aparición.

Así, los estados de ansiedad, angustia y depresión son capaces de cronificar un dolor de espalda y dolor lumbar por ansiedad, pero no son directamente tratables desde la Unidad de Raquis, y se tratan desde otros ámbitos, como la práctica deportiva individualizada, relaciones sociales… en definitiva, estilos de vida saludables.

¿Cómo afecta a la espalda la carga de peso?

Muchas veces pensamos que levantar peso puede ser malo para la espalda. La Dra. Sara Burguet nos saca de dudas comentando que en general no lo es, pero sí que puede serlo si no se adopta la postura adecuada. “Hay que levantar peso con una postura adecuada para no dañar la espalda”.

¿Cómo son las técnicas de la Unidad de Raquis?

“En la Unidad de Raquis del Hospital de Manises empleamos técnicas mínimamente invasivas para la operación de columna, que no abren el músculo, si no que se separan las diversas láminas que lo componen para entrar hasta la columna, resolver el problema y volver a juntarlas. Esto hace que no sea necesario el uso de corsés. De este modo, los pacientes se levantan de la cama al día siguiente. Así, también prevenimos infecciones de orina, trombosis y problemas de circulación. “

Por el contrario, la cirugía clásica abierta separa el músculo para operar la columna. Los cirujanos que operaban con esas técnicas luego utilizaban corsés para volver a juntar los músculos, lo que provocaba muchos dolores.

Las técnicas empleadas en la Unidad de Raquis permiten operar a personas con sobrepeso, “aunque siempre les recomendamos que adelgacen previamente, siempre teniendo en cuenta las particularidades de cada persona e individualizando su caso”, indica la cirujana, quien recuerda que, en el caso de personas mayores, no por mayor edad hay menor posibilidad de tratamiento quirúrgico. “Nuestra técnica permite tratarles quirúrgicamente de forma mínimamente invasiva y con menor riesgo de complicaciones que las que pueden acontecer con la técnica tradicional”.