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Cuándo acudir a urgencias en el embarazo: 10 situaciones clave

La seguridad de tu bebé y la tuya es fundamental durante los nueve meses de embarazo. En la gran mayoría de los casos, estos 9 meses suelen transcurrir sin problema, siempre y cuando se lleven a cabo las revisiones al ginecólogo establecidas en cada periodo. No obstante, pueden darse algunas circunstancias que te hagan dudar sobre si debes ir o no a Urgencias o cuándo acudir a urgencias en el embarazo. 

De esta forma, si te estás preguntando cuándo ir a urgencias embarazo, desde el Hospital de Manises, queremos acercarte 10 situaciones clave a las que debes prestar atención: 

Información embarazadas

¿Cuándo ir a urgencias embarazo? 10 situaciones alarma que debes conocer

Como veníamos diciendo, el embarazo es una etapa de la vida llena de emociones y cambios. Sin embargo, también puede ser una época en la que surgen preocupaciones y dudas. Una de las principales cuestiones que se preguntan todas las gestantes es cuándo ir a urgencias embarazo.

Si bien es cierto que muchas de las molestias y síntomas son normales en esta etapa, existen algunas situaciones alarma que deben ser reconocidas y atendidas de inmediato.

A continuación, desde el Hospital de Manises, te detallamos las 10 situaciones sobre cuándo ir a urgencias embarazo más comunes: 

 1. Sangrado. Es importante acudir al ginecólogo ante la presencia de un sangrado constante. No obstante, hay que recordar que durante las primeras semanas del embarazo es normal que se “mache” un poco, puesto que es cuando tiene lugar la implantación del óvulo en el útero. Si el sangrado es persistente, es aconsejable acudir al hospital para descartar problemas mayores. 

2. Dolor abdominal. En segundo lugar, sobre cuándo ir a urgencias por dolor abdominal embarazo, es fundamental que sepas que, si tras hacer un poco de reposo no remite, es importante que la matrona estudie a qué se debe ese dolor. Si se sabe la causa, se podrá tratar y descartar la presencia de algún problema. En ese caso sí que está justificada la visita a Urgencias en el embarazo

3. Contracciones. En los nueve meses de embarazo el cuerpo va cambiando y el útero también, ya que va adaptándose para el parto. Este es el motivo por el cual se producen contracciones esporádicas. Si empiezan a ser regulares, hay que ir al hospital para determinar si se trata de un parto prematuro. 

4. Fiebre alta. Cuando la temperatura es superior a 38ºC, hay que ir a Urgencias para ver si se tiene una infección que pueda afectar al bebé. 

5. No sentir al bebé. Según va creciendo el bebé, aumentan sus movimientos, lo que indica que se está desarrollando correctamente. Según se va acercando el parto, estos movimientos no se perciben porque ya no tiene espacio para moverse. No obstante, si se dejan de sentir los movimientos durante más de 12 horas es conveniente comentarlo con la matrona o con el ginecólogo para que haga una revisión y descarte algún problema. 

6. Exceso de vómito. Aunque las náuseas y los vómitos son frecuentes hasta la semanas 12 o 13 de embarazo, seguir vomitando constantemente puede ser perjudicial. Esto se debe a que si se vomita casi todo lo que se come, se va perdiendo peso y puede haber riesgo de deshidratación. En esos casos, se necesita reponer líquidos y evitar los vómitos con unos fármacos llamados antieméticos. En Urgencias te pueden tratar sin problema.

7. Pérdidas. Las denominadas pérdidas tienden a confundir la presencia de líquido vaginal y líquido amniótico con el flujo vaginal. A partir del segundo trimestre hay que prestar especial atención a esta situación, ya que puede ser indicativo de una rotura prematura de la bolsa, con el consiguiente parto antes de tiempo. Por eso, si tienes dudas, despéjalas cuanto antes consultando a tu matrona.

8. Dolores de cabeza. Que te duela la cabeza durante el embarazo es normal, lo que no lo es, es que este hecho se convierta en algo frecuente y sea intenso. Si cuando te tomas un analgésico no desaparece el dolor de cabeza y sigues con él durante un periodo de tiempo considerable, es importante que vayas al médico y para que estudie qué ocurre. El dolor de cabeza intenso puede ser un signo de preeclampsia o de hipertensión arterial. Ambos trastornos aparecen con más frecuencia en la segunda mitad del embarazo, que es cuando hay más probabilidades de que se eleve la presión arterial.

9. Golpes o accidentes. Cuando se está embarazada parece que todos los golpes van a parar a la “barriga”. Hay que extremar las precauciones para que esto no ocurra, ya que el abdomen más abultado altera el centro de gravedad, lo que hace que la embarazada sea más inestable. A esto hay que sumar que cuando se dilata la pelvis, también se produce una laxitud de las demás articulaciones que aumenta la propensión a sufrir caídas. 

10. Varices o hemorroides dolorosas. Tener varices y hemorroides en el embarazo es muy frecuente debido al aumento del volumen de la sangre. No suelen presentar graves problemas y se resuelven después del parto y postparto, pero si durante el embarazo empiezan a ser dolorosas, es conveniente comentárselo al ginecólogo porque puede haber algún problema detrás relacionado con una posible trombosis. 

Sin duda, estar informada y consciente de cuándo acudir a urgencias en el embarazo puede marcar la diferencia entre una experiencia tranquila y un momento de crisis. Las 10 situaciones clave que hemos explorado en este artículo son señales de alarma que no deben ser ignoradas. Tu salud y la de tu bebé son una prioridad absoluta, y tomar decisiones informadas es fundamental para garantizar un embarazo seguro y exitoso.

Lactancia materna y diabetes: todo lo que debes saber

En ocasiones, la lactancia materna y diabetes suscita numerosas dudas. En general, las madres diabéticas que dan de mamar deben tener en cuenta las mismas recomendaciones que las madres no diabéticas

Existen numerosos consejos para controlar la diabetes durante la lactancia del bebé, tales como controlar el azúcar en sangre, llevar una alimentación saludable o hacer ejercicio de manera regular.

Sin embargo, lo más recomendable es acudir a tu médico para recibir las pautas y tratamientos específicos para esta patología.

Es por eso que desde Hospital de Manises, te contamos todo lo que debes saber acerca de la diabetes materna y lactancia. ¡Sigue leyendo!

momento del parto

¿Qué efectos tiene la diabetes gestacional en la lactancia?

Antes de entrar en detalle sobre la diabetes durante el proceso de lactancia, hemos de saber si la madre ha tenido o no diabetes en el embarazo.

En este sentido, es importante tener en cuenta que si la madre se pincha insulina en el embarazo, sus necesidades postparto disminuirán un 50%. 

Si utiliza antidiabéticos orales antes del embarazo, deberá consultar su reintroducción según explica la Dra. Ana Moreno Collado, especialista del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital de Manises, y miembro del Comité de Lactancia del este Servicio. 

Normalmente, las madres con diabetes gestacional que se han controlado con dieta sólo precisan una revisión por parte de su endocrinólogo al finalizar la lactancia.  

Si se pinchaban insulina en el postparto, ya no la precisarán.

Durante la lactancia, deben hacer la medición de insulina igual que las no lactantes, tal y como lo hacían antes y durante del embarazo, siguiendo la pauta que indique su médico. 

“Se deben pinchar la insulina antes de las comidas según glucemias, independientemente de si van a dar de mamar antes o después, y no es necesario esperar para amamantar”, asegura nuestra especialista. 

La lactancia materna disminuye el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en mujeres que han tenido diabetes gestacional y tiene efecto protector retrasando el inicio de diabetes y disminuyendo su frecuencia en la infancia. 

Dados los beneficios de la lactancia materna para la madre y el bebé, especialmente en el caso de diabetes materna, es preciso alentar la lactancia materna en diabéticas y brindar todo el apoyo eficaz posible.

Lactancia materna y diabetes durante la subida de la leche

La diabetes materna se asocia a un retraso de la subida de la leche, a bajos niveles de prolactina y a falta de suministro adecuado de leche.

Esto hace que la prevalencia y la duración de la lactancia en madres diabéticas sea menor. 

Suele haber mayores dificultades para la lactancia en diabéticas debido a complicaciones maternas, como cesáreas frecuentes, y del recién nacido, como macrosomía, prematuridad, hipoglucemia precoz, hipocalcemia, problemas respiratorios, ictericia, poliglobulia y malformaciones.

Por todo ello, hay riesgo de menor prevalencia y duración de la lactancia en la diabetes materna

Inicio precoz de la lactancia materna

El factor más importante para el éxito de la lactancia es su inicio precoz. Para ello, se deben evitar las separaciones innecesarias y se debe recurrir si es preciso a la extracción de leche manual o con bomba de modo precoz. 

Según la Dra. Ana Moreno Collado, la hipoglucemia de las primeras horas de las madres lactantes con diabetes puede prevenirse y tratarse con alimentación oral frecuente. 

Aunque ha habido mucha discusión sobre la conveniencia de la extracción prenatal de calostro para administrar al bebé de la madre diabética. 

Esto evitará que se le administre fórmula láctea, los beneficios son muy grandes, en especial cuando se prevén problemas neonatales, como diabetes materna, cesárea programada, gemelos, prematuros, malformaciones, etc. 

Por lo tanto, es una práctica recomendada por instituciones sanitarias y diversos autores, siendo bien tolerada por las madres y mejorando su autoconfianza.

Por otra parte, la madre con diabetes tiene mayor riesgo de grietas, mastitis y candidiasis. 

“Hay que prevenir estos riesgos con una lactancia frecuente, una posición adecuada, evitando lavados, desinfectantes y pomadas, y con un tratamiento enérgico antibiótico de la mastitis”, detalla nuestra ginecóloga. 

Composición de la leche con diabetes

La leche de la madre con diabetes tiene más glucosa (0,7mg/cc) que la de mujeres sin diabetes (0,3mg/cc), pero el contenido calórico total no se ve afectado porque la glucosa es un azúcar muy minoritario en la leche materna. 

La glucosa se utiliza para formar lactosa (glucosa + galactosa) en el pecho materno. 

Por otra parte, es preciso incrementar el autocontrol de la madre por el riesgo de hipoglucemias, especialmente durante o tras las tomas de pecho, ya que la hipoglucemia inhibe (vía adrenalina) la producción y eyección de la leche.

Pautas de tratamiento durante la lactancia materna y diabetes

Las necesidades de insulina o de antidiabéticos orales suelen disminuir hasta en un 30% y es preciso un incremento calórico diario. 

También son necesarios ajustes de dieta e insulina durante la introducción de la alimentación complementaria y el destete.

Durante la lactancia de las madres con diabetes, las pruebas de glucosa en orina mediante tiras reactivas no son fiables debido a la aparición de lactosuria. 

En todas las mujeres la lactosa que se reabsorbe del pecho y pasa a plasma, se elimina por la orina.

Desde el Hospital de Manises, te acompañamos durante el proceso de gestación y post parto, con consejos y recomendaciones acerca de la lactancia. Entra en nuestro blog y ¡no te pierdas nada!.

Consejos para embarazadas primerizas: claves para afrontar el momento del parto más tranquila

En la recta final del embarazo, son muchas las dudas que pueden surgir de cara a afrontar el momento del parto y de cómo es el proceso de dilatación y parto en los paritorios.  

Con el objetivo de que vayáis más tranquilas y podáis disfrutar de vuestro parto, Raquel Pérez, matrona del Hospital de Manises, os resuelve las 10 preguntas más frecuentes en embarazadas primerizas sobre cómo es el proceso del parto en paritorios. ¡Seguid leyendo! 

momento del parto

10 preguntas más frecuentes en embarazadas primerizas

Tener dudas, nervios e incertidumbre antes del parto es una sensación completamente normal, sobre todo en las madres primerizas que se enfrentan a este momento por primera vez. En la Casa de Partos del Hospital de Manises, vosotras sois nuestra prioridad. Por eso, hemos preparado una selección de las 10 preguntas más frecuentes sobre cómo afrontar el momento del parto.

Tanto si eres madre primeriza como si no, desde el Hospital de Manises queremos que disfrutes de tu parto, y que sea un momento único y especial. Por eso, te acercamos las claves y los mejores consejos para prepararte para el parto de la mejor manera posible.

1-. ¿Se puede estar acompañada en los  monitores?

Sabemos que la compañía de un familiar en monitores puede ayudar a que los momentos previos al parto sean más amenos y agradables. Por eso, en el Hospital de Manises se permite la entrada del acompañante siempre y cuando no haya más mujeres dentro, ya que el espacio es reducido y la privacidad de nuestras pacientes es nuestra prioridad.

No obstante, hay que tener en cuenta que, generalmente, puede haber más de una mujer citada al mismo momento en monitores. Por lo que la posibilidad de la compañía dependerá, en cualquier caso, de la afluencia de gente que haya en ese momento. En cualquier caso, las parejas sí que podrán acompañar a la paciente a la consulta del ginecólogo para la ecografía.  

2-. ¿Los tactos vaginales son realmente necesarios?

El tacto vaginal consiste en la introducción de los dedos índice y corazón, protegidos con guantes, dentro de la vagina de la mujer. El objetivo de desarrollar tactos vaginales durante el proceso del parto reside en conocer y valorar el estado del cuello del útero.

Los tactos vaginales antes del parto sí son necesarios, ya que permiten conocer el progreso del mismo. Se realizan siempre que tengan justificación y aporten una información necesaria sobre el desarrollo de la gestación.

En Hospital de Manises respetamos, por encima de todo, tanto tu privacidad como tus tiempos. Por eso, el tacto vaginal en el parto se llevará a cabo siempre y cuando aporte información relevante.

3-. ¿Se puede usar la casa de partos con walking epidural y/o nitroso?

La anestesia durante el parto ha ido evolucionando en los últimos años, dando paso a nuevos tipos de anestesia que facilitan todo el proceso de dar a luz.

En Hospital de Manises, el parto es tuyo. Por este motivo, tú eliges si quieres o no contar con la administración de la anestesia durante el parto.

Independientemente de que decidas o no ponerte la anestesia, debes saber que la anestesia walking, también conocida como epidural ambulante se caracteriza por permitir a las mujeres mantenerse en pie, aunque con precaución, ya que reduce la sensación de adormecimiento del cuerpo, por lo que el dolor se reduce pero no se elimina por completo.

El óxido nitroso, en cambio, se caracteriza por sus óptimos efectos relajantes que logran reducir prácticamente por completo la sensación del dolor.

No se puede utilizar la casa de partos ni con epidural ni con walking epidural, pero sí con óxido nitroso. El óxido nitroso, a su vez, se puede utilizar en cualquier otra dilatación.

4-. Durante los monitores, ¿la madre se puede mover o se queda atada a la cama en decúbito supino?

La estancia en monitores también suele generar alguna que otra duda. Déjanos decirte que, mientras la madre está en monitores de semana 40 y 41, puede estar unos 30 minutos sentada en un sillón. Por su parte, cuando está en el monitor de dentro del paritorio, si aún no le han puesto la epidural, puede levantarse o estar en la pelota del parto. No hace falta que se quede tumbada. 

5-. ¿Se hace la prueba del COVID-19 al llegar?

A pesar de que el protocolo COVID sigue completamente vigente en el Hospital de Manises, lo cierto es que ya no se realizan pruebas COVID a no ser que la madre presente sintomatología. No obstante, al estar en un centro sanitario, tanto las mujeres como los acompañantes tienen que llevar la mascarilla quirúrgica durante todo el proceso de parto.

6-. ¿Qué ocurre si la madre es positiva por COVID-19?

En el caso de tener que realizar una prueba COVID y que esta resulte positiva, el acompañante puede firmar un consentimiento en el que acepta acompañar a la paciente durante todo el proceso del parto aunque su mujer sea positiva. Por nuestra parte, el protocolo de atención será el mismo, tomando, eso sí, las medidas de protección necesarias para tratar de evitar el contagio. 

7-. ¿Estarán los padres juntos con el recién nacido desde después del nacimiento?

Cómo será la estancia en el hospital después del parto es otra de las preguntas más frecuentes. ¿Podréis estar juntos en la habitación?, ¿se llevarán al bebé para hacerle pruebas?, ¿el bebé pasa a estar en una sala independiente?

Si las condiciones tanto de la mujer, como del recién nacido son buenas y los pediatras y anestesistas dan el visto bueno, no hay inconveniente para que estén juntos. No obstante, el equipo de enfermería especializado en neonatos del Hospital de Manises estará en constante contacto con vosotros para ir realizando todas las pruebas necesarias tanto al bebé como a la madre. 

8-. ¿Pueden los padres llevar su propia pelota para procesos de dilatación?

Como ya os habrán comentado, existen algunos ejercicios con pelota de pilates para dilatar. En el Hospital de Manises no tenemos ningún inconveniente en que os traigáis vuestra pelota. De hecho, puede ser una buena manera de sobrellevar los dolores preparto de la mejor manera posible. Así que podéis empezar a usarla en cualquier momento tanto del embarazo como del proceso de parto.

9-. ¿Qué cuidados son necesarios para los puntos de la episiotomía?

En algunos casos, será necesario llevar a cabo una episiotomía. La episiotomía hace referencia a una cirugía menor que se realiza durante el proceso del parto para ensanchar la abertura de la vagina.

Tanto las episiotomías como las laceraciones perineales requieren de puntos de sutura para reparar y garantizar la mejor cicatrización. En la mayoría de los casos, la episiotomía sana sin problemas. Además, no es necesario retirar los puntos de sutura, ya que el cuerpo los absorbe automáticamente.

Si la episiotomía no presenta signos de infección, se recomienda lavar la herida con agua y jabón y mantenerla lo más seca posible. De esta manera, se evitarán, en gran medida, las hemorragias postparto.

Para aliviar el dolor o la molestia, puedes pedir a nuestro personal compresas frías para disminuir la inflamación y reducir el dolor. Por otro lado, una vez hayan pasado más de 24 horas, los baños con agua tibia también pueden aliviar el malestar.

10-. ¿La cuarentena del embarazo es un mito o una realidad?

La cuarentena, también conocida como puerperio, se refiere a los 40 días posteriores al parto durante los que el cuerpo se recupera y vuelve a su estado habitual. Este periodo de tiempo es aproximado y puede variar de una persona a otra. Hay que tener claro que el proceso de puerperio es mucho más largo, ya que es una etapa de mucha labilidad emocional para la mujer en la que necesitara apoyo de su entorno. En este artículo te dejamos algunos consejos sobre cómo abordar los cuidados del postparto en casa. 

¿Tienes alguna otra pregunta? Desde el Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital de Manises estaremos encantados de proporcionarte toda la información que necesites. ¡Contacta con nosotros!

Conoce las distocias y cómo hacerles frente

Muchas embarazadas se asustan al escuchar el término distocia de hombros, “que es cualquier causa o anomalía que dificulte la progresión normal del parto”, explica la Dra. Ana Moreno Collado, del Servicio de Ginecología del Hospital de Manises.

A continuación, desde el Hospital de Manises, te explicamos todo lo que necesitas saber acerca de la distocia de hombros; qué es, cómo se produce y cómo se puede resolver. ¡Sigue leyendo!

preparacion al parto

Qué es una distocia de hombros

La distocia de hombros hace referencia a una detención inmediata y espontánea del parto por el impacto del hombro anterior contra la sínfisis del pubis o, en un menor número de casos, por el impacto del hombro posterior contra el promontorio sacro, que requiere de maniobras especiales para poder desprender los hombros tras fracasar la tracción axial normal de la cabeza fetal.

La distocia de hombros parto se pueden clasificar dependiendo de dónde se encuentre la causa que provoca la no progresión del parto:

  • Dinámicas. Son alteraciones de la actividad contráctil, es decir de las contracciones.
  • Del objeto del parto. Se producen en función de cómo esté colocado el bebé. Entre estas se pueden diferenciar:
    • La situación del feto es transversa en relación con el eje longitudinal de la madre.
    • El feto presenta las nalgas en lugar de la cabeza.
    • El feto presenta la cabeza, pero no está correctamente flexionada: es el caso de las presentaciones de cara, frente o sincipucio/bregma.
    • Otras posiciones anormales: la cabeza puede estar correctamente flexionada pero su colocación respecto a la pelvis materna dificulta el descenso de esta. Es el caso de las posiciones occipitoposterior y transversa persistente.

Maniobras distocia de hombros

Ante un parto en el que se haya producido una distocia de hombros, es imprescindible actuar llevando a cabo algunas de las maniobras que se nombran a continuación:

  • Maniobras de primer nivel en distocia de hombros: Las maniobras de primer nivel serán las que primero se realicen ante un parto con distocia de hombros. Se trata de maniobras externas sobre la madre que modifican la posición de la pelvis y del feto, ayudándolo a salir.
  • Maniobras de segundo nivel: Si no se consigue la liberación del hombro anterior con la maniobra de Mc Roberts y la presión suprapúbica, ambas contempladas en las maniobras de primer nivel, el siguiente paso es intentar las maniobras de segundo nivel. Estas consisten en la manipulación interna fetal, y por lo tanto, se consideran invasivas.
  • Maniobras de tercer nivel: Las maniobras de tercer nivel hacen referencia al último recurso para poder llevar a cabo el parto y, por tanto, son las que conllevan un mayor nivel de riesgo.

Diagnóstico de la distocia de hombros

El diagnóstico de la distocia de hombros se hace con la monitorización del parto, mediante el registro cardiotocográfico. Por su parte, las distocias del objeto del parto se hacen con ecografía y tacto vaginal si la paciente se encuentra en periodo activo de parto. No obstante, nuestra ginecóloga advierte que algunas presentaciones son difíciles de diagnosticar hasta que la dilación no es completa.

Por su parte, las anomalías del canal óseo/blando del parto se detectan con diferentes pruebas, entre las que se encuentra la radiopelvimetría, la ecografía, el TAC y la resonancia magnética.

Cómo influyen las distocias de hombros en el parto

Una de las preguntas que se hacen muchas mujeres es cómo influyen las distocias en el parto. Para contestar a esta pregunta, nuestra ginecóloga diferencia según su causa:

Así, las distocias dinámicas dificultan o impiden la progresión del parto, y precisan de fármacos para regular las contracciones.

Por su parte, las distocias del objeto del parto, cuando el feto está en una posición transversa, no puede producirse el parto. Como primera opción se intentaría cambiar la posición mediante una versión cefálica externa, que consiste en realizar un masaje especial desde el abdomen de la madre que permite girar al bebé hacia la presentación en cefálica y, de no lograrse, se realizaría una cesárea.

Cuando el feto está de nalgas podría producirse el parto siempre que se dieran unas circunstancias determinadas, pero de entrada se recomienda cambiar a posición cefálica para mayor seguridad mediante una versión cefálica externa. En caso de no poder realizarse o no darse las circunstancias adecuadas, se procedería a hacer una cesárea”, detalla la Dra. Moreno, quien añade que “cuando la cabeza no está correctamente flexionada y está de cara, puede producirse el parto en determinadas posiciones; si está de frente, el parto es imposible y hay que hacer una cesárea; si está en sincipucio/bregma puede producirse el parto pero es muy probable la instrumentación, y en las posiciones occipitoposterior y transversa persistente se precisa en la mayoría de ocasiones de instrumentación del parto”.

En los casos de anomalías del canal óseo/blando del parto, dependen de cada caso concreto pero, según la especialista, por regla general suelen precisar cesárea.

Con respecto a los partos de nalgas, nuestra ginecóloga indica que se puede producir bajo determinadas circunstancias, pero lo más seguro y lo que se le ofrece a la paciente en primer lugar es la realización de la versión cefálica externa; si no se obtienen los resultados deseados, se opta por la cesárea.

Anestesia walking y epidural, dos anestesias para el parto

A la hora de dar a luz, conocer todo sobre la anestesia durante el parto es una de las preocupaciones más frecuentes de todas la mujeres embarazadas.

Hasta ahora la epidural es, probablemente, uno de los tipos de anestesia en el parto más utilizada, gracias a los beneficios que aporta a la mujer en cuanto a la disminución de sensación de dolor.

Sin embargo, la anestesia durante el parto ha ido evolucionado en los últimos años, dando paso a nuevos tipos de anestesia que facilitan todo el proceso de dar a luz.

De esta manera, la anestesia walking, también conocida como epidural ambulante, está cobrando cada vez más fuerza entre las mujeres que buscan tener un parto con menos dolor y con mayor autonomía.

En cuanto a este tipo de anestesia para parto natural, su principal diferencia con la epidural convencional es que la anestesia walking permite que la mujer pueda deambular en la sala de partos, ya que reduce la sensación de adormecimiento del cuerpo y, en definitiva, el dolor, sin llegar a su desaparición completa. 

Gracias a los avances que se han conseguido en los tipos de anestesia y sus efectos, la anestesia walking se ha ido perfeccionando gracias al acceso a mejores fármacos anestésicos que producen un efecto más rápido y a la forma de administración de estos, acercando un mayor número de comodidades a todas las mujeres embarazadas que optan por este tipo de epidural en su proceso de parto.

A continuación, los especialistas del Servicio de Anestesia del Hospital de Manises te resuelven las 7 dudas más frecuentes sobre la anestesia walking y sus diferencias con la anestesia epidural. 

preparacion al parto

7 dudas más frecuentes sobre la epidural y la anestesia walking

A continuación, vamos a profundizar en las 7 dudas más frecuentes sobre la anestesia epidural y la anestesia walking durante el proceso de parto.

¿Hay que hacer algún tipo de petición especial para ponerse la walking?

De manera general, a la hora de pedir un tipo de epidural u otra en el parto, se trata de un proceso que no requiere de ningún procedimiento específico, más allá de comentarlo con la matrona.

De esta forma, es ella la encargada de comunicárselo al anestesista una vez llegue a la sala de partos. El anestesista te explicará de nuevo las diferencias entre una anestesia y otra, ya sea epidural general o anestesia walking, aclarándote las dudas que tengas en el momento. 

¿Se puede pasar en cualquier momento de la anestesia walking a la epidural normal?

Sí, no existe ninguna contradicción entre la anestesia epidural general y la anestesia walking. De hecho, la técnica de colocar el catéter es la misma en las dos epidurales, lo que cambia es la concentración de medicación que se emplea, por lo que se empleará más o menos dosis en función de la elección de la anestesia. 

¿Cuáles son las diferencias entre la epidural walking y la epidural normal?

Como hemos comentado, la diferencia principal entre la anestesia epidural general y la epidural walking reside en la dosis de medicamento utilizado, ya que la técnica de la colocación del catéter es la misma.

En la anestesia walking la dosis de medicamento es menor, por lo que se tiene una mayor percepción de las contracciones y, con ello, también más fuerza en los músculos. Esto permite movilizarse, jugar con la pelota, sentarse en el sillón… y, en definitiva, tener una mayor autonomía durante todo el proceso del parto. 

Al cambiar a la epidural normal y aumentar dosis de medicamento, la fuerza se ve afectada, por lo que se recomienda no caminar durante el proceso del parto, ya que el control de los movimientos se reduce, pudiendo producirse alguna caída. 

¿Cómo afecta la epidural a la lactancia precoz?

En ninguno de los tipos de anestesia durante el parto se afecta a la lactancia del bebé. Los medicamentos utilizados en la anestesia epidural, tanto normal como anestesia walking, no pasan a la sangre ni a la leche materna, por lo que se puede llevar a cabo la lactancia materna sin ningún problema.

De igual manera, tras el nacimiento, el efecto de la epidural se va perdiendo al no seguir administrando el medicamento, por lo que tampoco afecta a la postura para la lactancia ni a la fuerza para mantener una posición correcta al amamantar. 

¿Con la walking epidural se puede hacer el expulsivo en cuclillas o a 4 patas?

El movimiento y la postura para dar a luz sí que puede variar en función del tipo de epidural.

De esta forma, con la epidural walking es posible hacer el expulsivo en cuclillas, ya que la fuerza para mantenerse se conserva con dicha anestesia, mientras que con la epidural normal no se recomienda hacer el expulsivo en cuclillas o a 4 patas, ya que no se cuenta con suficiente fuerza para garantizar la seguridad del parto.

¿Qué efectos secundarios tiene el entonox?

El entonox hace referencia a un gas compuesto por un 50% de Oxígeno y un 50% de Óxido Nitroso utilizado en el parto de las mujeres debido a sus óptimos efectos relajantes que logran reducir la sensación del dolor.

Al ser un gas inhalado, los efectos secundarios más frecuentes del entonox son mareo, náuseas y vómitos. En menor medida también puede aparecer sueño, temblores, dolor de oído momentáneo y desorientación.

Sin embargo, es importante saber que estos efectos secundarios se han descrito cuando se emplea el entonox de manera continua y mantenida, lo cual no se hace durante el trabajo de parto.

En el caso de la anestesia general se recomienda no tomar líquidos previamente. ¿Es igual con la anestesia epidural?

Al administrar anestesia epidural durante el trabajo de parto, se recomienda tomar líquidos claros, como agua, zumos y bebidas carbonatadas, pero no alimentos sólidos. 

Estas son algunas de las dudas más frecuentes sobre la anestesia epidural y anestesia walking. ¿Necesitas más información? En Hospital de Manises estaremos encantados de proporcionarte toda la información que necesites. ¡Contacta con nosotros!

Mioma uterino y embarazo, ¿qué debo saber?

Se estima que, aproximadamente, entre el 20 y el 40% de las mujeres presentan hoy en día miomas uterinos. Además, hay estudios que afirman que un 70% los desarrollará a lo largo de su vida.

A pesar de que está comprobado que el riesgo de infertilidad de la mujer se incrementa en algunas pacientes que presentan miomas uterinos.

Lo cierto es que cada vez son más los casos en los que los miomas uterinos no suponen ningún riesgo ni ningún inconveniente durante el embarazo

¿Qué relación tiene un mioma uterino y embarazo? Nuestros especialistas del servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital de Manises te cuentan todo lo que necesitas saber. ¡Sigue leyendo! 

tratamiento de miomas

Mioma uterino y embarazo

Una de las primeras preguntas que se hacen prácticamente todas las pacientes que presentan miomas uterinos es si tienen la posibilidad de quedarse embarazadas

Lo más recomendable en estos casos es, antes de buscar la gestación, ponerse en contacto con el especialista para valorar el caso

Sin embargo, en la mayoría de ocasiones no suele haber incompatibilidad entre los miomas uterinos y el embarazo. 

De hecho, los miomas en el embarazo no influyen en el crecimiento del feto. Esto podría cambiar si el mioma uterino fuera de gran tamaño, pero no es lo habitual. 

Es por esto por lo que nuestros especialistas indican que no hay que hacer ningún seguimiento especial en el embarazo de una paciente que presente miomas uterinos, siendo suficiente con las ecografías pautadas. 

En los casos en los que se requiriera de un control especial, tanto en el mioma uterino como en el feto, se citarían las sesiones de control necesarias, siguiendo los protocolos clínicos existentes al respecto. 

Por otro lado, está comprobado que, durante la gestación, un tercio de los miomas uterinos tienden a aumentar de tamaño, especialmente en el primer y segundo trimestre, debido al influjo hormonal. 

Sin embargo, en la mayoría de los casos, estos miomas uterinos vuelven a su tamaño y estado inicial, dejando de lado cualquier complicación. 

En términos de fertilidad, como ya hemos comentado, los miomas uterinos sí que pueden afectar a las posibilidades de embarazo, sobre todo aquellos que están total o parcialmente en la cavidad uterina, donde se depositarán los embriones y tiene lugar el desarrollo del feto. 

¿Se puede operar un mioma uterino durante el embarazo?

De manera general, no suelen requerir de intervención quirúrgica, a excepción de los casos en los que no se puedan controlar con el tratamiento médico de miomas uterinos establecido y presenten una sintomatología dolorosa para la paciente. 

En cualquiera de los casos, durante el embarazo no será posible llevar a cabo la intervención, ya que la extirpación del mioma uterino conllevaría un alto riesgo de sangrado y de complicaciones obstétricas. 

Mioma uterino y embarazo de alto riesgo

¿Se considera embarazo de riesgo si hay presencia de miomas uterinos? Esta es otra de las preguntas más frecuentes en pacientes con miomas uterinos. 

Respecto a cómo afectan los miomas uterinos durante el embarazo, las estadísticas indican que aquellas mujeres con miomas en el embarazo son significativamente más propensas a tener un parto prematuro.

Además, si la paciente cuenta con miomas de gran tamaño, el bebé puede tener complicaciones para colocarse en posición de parto y dar lugar a presentaciones anómalas; de nalgas o transversal. 

De esta forma, se identifican diferentes posibilidades de parto según la localización y el tamaño: 

  • Mioma previo: Aquel que está localizado delante de la presentación fetal y que, por su ubicación, imposibilita el parto vaginal. 
  • Mioma en el segmento uterino: Se caracteriza por estar localizado en la zona en la que tiene lugar la cesárea. De esta forma, en los casos en los que fuese necesario recurrir a este tipo de intervención, sería necesario realizar modificaciones técnicas de la incisión uterina. 
  • Miomas múltiples: Estos pueden dificultar la contracción del útero que ocurre después del parto, dando lugar a un mayor sangrado. 

En cualquiera de los casos, los miomas uterinos son una condición benigna y, en la mayoría de los casos, no dan lugar a ningún tipo de complicación, dejando de lado las posibilidades de desarrollar un embarazo de riesgo. 

Tratamiento de los miomas uterinos

Solo en las pacientes en las que lo paute el especialista, los miomas uterinos requerirán de tratamiento médico. En cualquiera de los casos, será necesario abordar este tratamiento una vez se haya finalizado el embarazo. 

Los fármacos más empleados en el tratamiento de los miomas uterinos son los análogos de la Gn-RH. De manera general, se suelen emplear de manera temporal, ayudando a reducir el tamaño de los miomas. 

En los casos en los que no sea suficiente el tratamiento médico para controlar el tamaño o la sintomatología de los miomas uterinos, será necesario recurrir a una intervención quirúrgica para extirparlos. 

El tipo de cirugía que puede emplearse para el tratamiento quirúrgico de los miomas uterinos varía según localización, sintomatología, tamaño y deseos para preservar la fertilidad o la menstruación que tenga el paciente.

En Hospital de Manises, te acompañamos durante el proceso de tu embarazo y te ofrecemos toda la información que necesitas conocer. 

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Pilates en el embarazo, ¿qué aporta a las embarazadas?

El Pilates es uno de los ejercicios que más se práctica durante el periodo de gestación. Según explica Carla Talens Orts, fisioterapeuta del Hospital de Manises, el principal objetivo del Pilates durante el embarazo es trabajar la musculatura de la faja abdominal para evitar una distensión abdominal excesiva que lleve a diástasis de rectos abdominales patológica e hipotonía severa. La combinación del ejercicio con la respiración también beneficia a la movilidad diafragmática, que se ve limitada por el empuje debido al crecimiento uterino.

Con un buen control del Pilates durante el embarazo se puede conseguir la activación del suelo pélvico al mismo tiempo que se ejercita la respiración específica, contracción abdominal, movilidad de miembros superiores o inferiores con o sin elemento (aro, TheraBand, rulo, etc).

¿Cuándo se puede empezar a practicar Pilates en el embarazo?

Se puede empezar a practicar Pilates a partir del segundo trimestre de embarazo, que es cuando se recomienda iniciar la práctica de ejercicio físico.

No es requisito indispensable para el Pilates en embarazadas haberlo practicado con anterioridad. ”Se pueden iniciar en el Pilates en el embarazo sin haberlo practicado anteriormente, ya que son clases adecuadas a dicha situación. No obstante, “la experiencia es un grado”, por lo que cuanto más se conozca la disciplina, mejor se practicará en esta época de tanto cambio físico para una mujer”, explica Carla Talens.

Hay que tener en cuenta que la incorporación del trabajo perineal en la práctica de Pilates es difícil, por lo que quien más experimentada esté, tendrá más probabilidad de conseguir hacerlo.

¿Qué ejercicios son más adecuados para cada trimestre?

Durante el embarazo se aconsejan ejercicios aeróbicos, como la natación, que puede iniciarse desde el segundo trimestre hasta final de embarazo.

Aunque el Pilates no es una actividad aeróbica, si que se recomienda empezar a practicar Pilates a partir del segundo trimestre del embarazo por los beneficios que puede reportar al abdomen y a la movilidad diagramática. Si se hace de la forma adecuada y bajo la supervisión de los profesionales, el Pilates puede prolongarse hasta el final de la gestación, si no hay incidencias.

Nuestra fisioterapeuta recuerda que cualquier actividad física es beneficiosa para reducir el estrés y mejorar la sensación de bienestar debido a la liberación de endorfinas que se produce durante y tras la práctica.

El Pilates ayuda en este sentido, pero hay que añadir que las actividades en grupo permiten compartir las experiencias propias, resolver dudas o recibir apoyo, por lo que son beneficiosas para reducir estrés. El Pilates en el segundo y trimestre del embarazo también ayuda compartir estos momentos.

El ejercicio físico, sobre todo aeróbico, mejora la resistencia cardiopulmonar, por lo que ayuda a mejorar la resistencia a los esfuerzos y la disnea, sobre todo en el último trimestre. El Pilates en el tercer trimestre del embarazo puede ser un buen aliado.

Además, hay que tener en cuenta que cuidando la postura se reduce la posibilidad de sufrir algias derivadas de los cambios posturales propios de la gestación, como las lumbalgias, cervicalgias, dolores costales, síndromes del túnel carpiano, edemas en miembros inferiores…

Durante la gestación, las embarazadas pueden combinar la realización de Pilates con otros ejercicios aeróbicos, como la natación para embarazadas o caminar. La práctica de Pilates puede continuarse hasta el final de la gestación, pues es una actividad adaptada a la mujer embarazada y no conlleva riesgos.

¿Ayuda el Pilates en el momento del parto?

Carla Talens explica que si se ha conseguido realizar el trabajo perineal correctamente durante la práctica de Pilates, se habrá activado la musculatura para tratar de mantener un buen tono muscular.

Como para el parto se debe trabajar la elasticidad perineal para facilitar la fase expulsiva, el Pilates puede ayudar, pero también se requiere un tono adecuado, ya que un periné hipotónico se abomba con los pujos dificultando la salida del bebé e incrementando el riesgo de lesión.

Pilates en el postparto

El embarazo conlleva importantes cambios físicos que pueden derivar en patologías o algias durante la gestación o tras el parto, por lo que el trabajo físico permite controlar estos cambios para reducir los riesgos de patología. Tal y como indica nuestra fisioterapeuta, el Pilates permite reducir principalmente las diástasis patológicas y la hipotonía abdominal grave.

En la revisión posparto se debe explorar el abdomen y periné para determinar su estado, ver si son necesarias pautas para practicar Pilates en el domicilio o un tratamiento con consulta, en los casos que así lo requieran.

Así, en la revisión posparto habrá que valorar necesidades y objetivos a conseguir para poder ir recuperando la funcionalidad del abdomen y periné progresivamente. Y con ello, se podrá establecer un calendario sobre la recuperación de las actividades laborales y deportivas, incluido el Pilates.

Principales riesgos durante el embarazo

Los meses de embarazo suelen discurrir sin complicaciones. Sin embargo, hay algunos indicadores que pueden suponer una alerta para los futuros padres. 

Frente a posibles complicaciones, los especialistas de Obstetricia y Ginecología del Hospital de Manises aconsejan que “la mejor opción es acercarse a los servicios de urgencias con el fin de descartar posibles riesgos”. Para ello, los especialistas han elaborado un listado con los principales riesgos durante el embarazo ante los cuales se hace necesario acudir a urgencias.

momento del parto

Riesgos durante el embarazo más frecuentes

El embarazo es un periodo de gran emoción y expectativa para las futuras madres y sus familias. Sin embargo, también es un momento en el que pueden surgir diversos riesgos y complicaciones que requieren atención y cuidado especial.

Los riesgos durante el embarazo más comunes, señalados por los responsables del servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital de Manises, son:

Sangrado irregular

En primer lugar, un sangrado irregular. Nuestros expertos confirman que un poco de sangrado al principio del embarazo es un síntoma normal porque significa que el óvulo comienza a implantarse en el útero. “En cualquier etapa de un embarazo es una de las urgencias más comunes, pero de las más leves”, señalan. Sin embargo, los especialistas confirman que es conveniente acudir al hospital al tener un sangrado por si hiciera falta tratarla. 

Aumento de las contracciones

En segundo lugar, desde el Departamento de Salud de Manises advierten que las contracciones son comunes en el embarazo porque es señal de que el útero se prepara para el transcurso de la gestación. 

En esta línea, la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia señala que “es importante diferenciar entre las contracciones preparatorias que tienen un patrón irregular, de aquellas que señalan el inicio del parto, que generalmente son más frecuentes y regulares, suceden con pocos minutos de diferencia y no cesan en varias horas”. 

Las contracciones uterinas se convierten en un riesgo durante el embarazo y, por tanto, en una situación urgente si aún quedan meses para dar a luz y si se producen con gran intensidad. En cualquier caso, lo mejor es acudir a urgencias por si se tratara de una situación corriente o si es una amenaza de parto prematuro.

Dolores

En cuanto a los riesgos durante del embarazo asociados a los dolores, en la mayoría de los casos, los dolores abdominales o pélvicos se minimizan guardando reposo durante cierto tiempo. “Si esto no ocurre, lo más recomendable es acudir a servicios de urgencias porque puede ser un síntoma de riesgos para el bebé”, explican.

Riesgos durante el embarazo menos frecuentes

Por otro lado, hay un segundo grupo de contratiempos menos frecuentes, pero que constituyen una consulta urgente en muchas ocasiones. Desde el Hospital de Manises te contamos cuáles son: 

Movimientos del bebé

En primer lugar, uno de los riesgos durante el embarazo menos frecuentes pero más preocupantes es la alteración en los movimientos del bebé. 

En este sentido, la madre debe conocer cómo y cuándo se mueve el feto a lo largo de la gestación para saber si está creciendo de manera correcta. Lo corriente sería que el bebé disminuya sus movimientos cuando se acerque la fecha del parto porque carece de espacio para moverse. Los expertos afirman que “si la madre nota que los movimientos fetales paran de manera brusca o se dejan de notar durante un máximo de 12 horas, se debe consultar a un profesional”.

Dolores de cabeza

Otro de los riesgos durante el embarazo menos frecuentes está asociado con el dolor de cabeza. Lo cierto es que las cefaleas son muy comunes en mujeres embarazadas y pueden ceder con analgésicos. Sin embargo, si es un dolor que se vuelve intenso y frecuente, puede tratarse de un aumento de la presión sanguínea descartando así enfermedades como la hipertensión arterial o preeclampsia, como advierten los expertos de Manises. 

Además, expresan que, a pesar de que hay que estar pendiente durante todo el embarazo, sobre todo se debe prestar atención en el último trimestre, cuando hay un mayor riesgo de que aumente la presión arterial.

Vómitos

En cuanto a los vómitos, estos suelen comprender otro de los riesgos durante el embarazo menos frecuentes. Estos suelen ocurrir en el inicio del embarazo hasta el sexto mes de embarazo, combinado con náuseas. Sin embargo, pueden derivar en hiperémesis gravídica en el caso de que sean muy intensos y repetitivos, pues lleva a una pérdida de peso importante y a deshidratación tanto de la madre como del bebé. Esta enfermedad se trata con fármacos, vitaminas o suplementos nutritivos para paliar los problemas alimenticios o de hidratación.

Fiebre

Por otro lado, la fiebre, aunque poco frecuente, sería un importante riesgo durante el embarazo. Los responsables del servicio de Obstetricia y Ginecología del Departamento de Salud de Manises  confirman que “es importante acudir a los servicios hospitalarios en caso de una fiebre alta porque, aunque el motivo de la fiebre sea conocido -una gripe o constipado- tiene que ser también tratado por un médico”. 

Cuando se trata de un caso sin razón aparente y se aumenta la fiebre por encima de los 38ºC, hay que acudir a urgencias sanitarias ya que puede deberse a alguna infección que suponga un riesgo para el embarazo. 

Aparición de varices o hemorroides

Sobre la posible aparición de varices o hemorroides; es muy posible que un gran número de embarazadas las desarrolle a lo largo del embarazo. Su causa se asocia al aumento del volumen de sangre en 5 litros, lo que genera una complicación del retorno venoso. 

Los expertos establecen prestar especial atención durante las etapas de gestación y el puerperio por si se inflamaran o dolieran en exceso. “Hay que estar pendiente de las posibles hemorroides (varices en zona rectal) porque, aunque no son graves ni preocupantes, se debe acudir a urgencias en el caso de que sienta dolores súbitos, pues puede ligarse a una trombosis”, señalan. 

Pérdida de líquido vaginal

Por otro lado, la pérdida de líquido vaginal sería otro de los posibles riesgos durante el embarazo.

Los profesionales del Hospital de Manises confirman que es fácil confundir la pérdida de líquido vaginal y amniótico con el flujo. Sobre todo, a partir del segundo trimestre hay que controlar este tipo de pérdidas con exhaustividad en caso de que se rompiera la bolsa, lo que podría provocar un parto prematuro. “Cuando haya la más mínima duda y pese a que el goteo sea pequeño, es bueno que se acuda al médico para recibir un diagnóstico correcto porque, si se trata de una rotura de bolsa, la madre tendrá que ingresarse”, indican.

Picor de la piel

En otro orden de cosas, el picor de la piel también puede ser otro de los riesgos durante el embarazo más frecuentes. Debido al incremento de la hormona estrógeno, es normal en mujeres embarazadas sufrir picor en manos y pies al final del día. Aunque las causas más comunes son debido a una reacción alérgica o por sequedad en estas partes del cuerpo, los especialistas de Ginecología del Hospital de Manises recomiendan acudir al médico para reducir causas relacionadas con el hígado.

Aumento de la hinchazón

Sobre la hinchazón, este se trata de uno de los signos del embarazo más frecuentes. 

No obstante, cuando se trate de un caso de gran intensidad y larga duración, es conveniente acudir a urgencias de manera inmediata. Los especialistas confirman que “en la mayoría de los casos la hinchazón se produce debido a la retención de líquidos, pero puede ir agravada por cuadros de hipertensión gestacional, así que lo aconsejable es consultar el caso con un médico”.

Cambios hormonales

Por último, también es frecuente que se produzcan diferentes cambios hormonales. Por su parte, el flujo vaginal cambia en parte debido a los cambios hormonales que se producen. Lo normal es que sea inoloro, de color claro y sin molestias. Por eso, se debe tener en cuenta cuando alguno de estos síntomas cambie: por si tuviera mal olor, cause dolor o sea de color verdoso. Aunque en principio no sea algo grave, los especialistas establecen que si se nota que algo no funciona bien se debe acudir al médico lo más rápido posible para asegurarse y descartar que fuera una infección.

Cuando hablamos sobre los principales riesgos durante el embarazo, es frecuente que la siguiente pregunta que nos ronde por la cabeza sea cuándo un embarazo es de riesgo. Pues bien, desde el Hospital de Manises, te lo contamos. ¡Sigue leyendo!

Cuándo un embarazo es de riesgo 

A la pregunta de cuándo un embarazo es de riesgo, este se diagnostica cuando existen complicaciones o condiciones médicas que pueden afectar la salud de la madre, el feto o ambos. Si bien el proceso de gestación es natural y, en la mayoría de los casos, transcurre sin problemas, algunas mujeres pueden enfrentar situaciones que requieren una atención especializada y cuidados adicionales.

Los embarazos de riesgo pueden estar relacionados con diversos factores, como la edad de la madre (tanto muy joven como avanzada), antecedentes médicos previos, enfermedades crónicas preexistentes, problemas relacionados con la fertilidad, el número de embarazos anteriores, el historial de abortos espontáneos o partos prematuros, entre otros.

Entre las complicaciones más comunes asociadas a un embarazo de riesgo se encuentran la hipertensión gestacional, la diabetes gestacional, la placenta previa, el crecimiento deficiente del feto, el parto prematuro y la preeclampsia, entre otras.

En cualquier caso, es fundamental que las mujeres embarazadas reciban un cuidado prenatal adecuado y se realicen exámenes médicos regulares para detectar cualquier signo de riesgo tempranamente. Los profesionales de la salud juegan un papel crucial en la identificación y manejo de estos casos, brindando información, asesoramiento y tratamientos apropiados para proteger tanto la salud de la madre como la del bebé.

Cómo fortalecer el suelo pélvico durante y después del embarazo

Durante el embarazo surgen muchas preguntas sobre cómo mantenerse en forma, fortalecer el suelo pélvico y prepararse para el parto. Todo ello debe ser considerado sin perder de vista que, en los últimos meses de embarazo, el ejercicio debe contemplar cuestiones físicas y bioquímicas.

Por físicas nos referimos al obvio incremento de peso, y por bioquímicas hacemos referencia a cuestiones como el aumento de las necesidades de oxígeno en un 20% en relación a estados no gestacionales.

Somos conscientes de la importancia de fortalecer el suelo pélvico porque conocemos las consecuencias de no hacerlo, y sabemos de la capacidad que tienen de restar calidad de vida a quien lo padece. Queremos aclarar términos y ofrecer unos sencillos recursos para fortalecer el suelo pélvico ayudando así a prevenir males mayores.

¿Qué es el suelo pélvico?

Nuestro útero, nuestra vejiga y uretra y nuestro recto dependen de un conjunto de músculos y ligamentos que denominamos suelo pélvico para mantenerse en su sitio. Se trata de una faja o banda muscular que sostiene estos órganos tan importantes y que permite que funcionen con normalidad.

Fortalecer el suelo pélvico, por tanto, implica cuidar funciones corporales muy delicadas y relevantes. Pero durante nuestra vida, son muchos los factores que pueden incidir sobre su estado óptimo. El propio paso de los años, la práctica del running, la obesidad, los problemas de evacuación o el peso de un bebé en un embarazo provocan que pierda su tonicidad.

Durante la gestación, el cuerpo de las mujeres cambia mucho. Esto es debido a las necesidades a las que se tiene que ir adaptando. El crecimiento abdominal es básico para poder albergar el crecimiento del futuro bebé y con ello el cambio en las curvas de la columna vertebral.

fortalecer suelo pélvico

A esto hay que sumar las alteraciones hormonales que influyen en los tejidos blandos como ligamentos, tendones, fascias y músculos que pueden llevar consigo la aparición de problemas en esa zona.

Para paliar o evitar estos efectos no deseados, se hace necesario plantearnos entrenar esta zona tan delicada a través de ejercicios. Pero, ¿es necesario hacerlo durante el embarazo? ¿Y después?

¿Es necesario fortalecer el suelo pélvico durante el embarazo?

Un estilo de vida sano durante el embarazo evitará multitud de problemas, entre ellos los relacionados con el suelo pélvico. Sin embargo es difícil saber si hay que practicar ejercicios específicos durante ese periodo.

Sí que es cierto que durante el embarazo es importante concentrarse en el músculo transverso del abdomen para evitar la aparición de una diástasis abdominal excesiva que pueda resultar patológica tras el parto.

Carla Talens Orts, fisioterapeuta del Hospital de Manises, explica que la bicicleta estática es una actividad física aeróbica recomendable durante el embarazo para mantener una óptima función cardiorrespiratoria, ya que la fatiga a mínimos esfuerzos es frecuente conforme avanza el embarazo, sobre todo en el último trimestre.

Sin embargo, no es una buena opción para fortalecer y mantener el tono abdominal y perineal, “ya que practicando bicicleta estática no se trabaja el suelo pélvico. Lo hace, ligeramente, la faja abdominal, pues es necesaria su activación para mantener el equilibrio sobre la bicicleta”, apunta nuestra fisioterapeuta.

Según Carla Talens Orts, realizar ejercicios para fortalecer el suelo pélvico no es necesario durante el embarazo a no ser que haya problemas previos relacionados con él, como las pérdidas de orina, heces o aires.

También hay que tomar las medidas adecuadas para fortalecer el suelo pélvico si tras una exploración física del periné, se observa una disminución del tono muscular importante o un desconocimiento por parte de la paciente sobre la activación de esta musculatura.

Fortalecer el suelo pélvico en el postparto

Nuestra fisioterapeuta insiste en que el embarazo no es el momento para fijarse y fortalecer el suelo pélvico. Ya habrá tiempo más adelante, cuando se termine el embarazo. Sin embargo, sí que es importante tener un buen tono muscular en esta zona, que sea suficiente para cumplir con sus funciones principales, que son:

  • La continencia de esfínteres.
  • El sostén visceral.

Lo que sí es importante es considerar una valoración del fisioterapeuta para que estudie algunos aspectos importantes de esta etapa. Es importante seguir bien las recomendaciones establecidas para garantizar una buena recuperación de la zona pélvica tras el embarazo y para evitar la aparición de problemas mayores del suelo pélvico una vez que se van cumpliendo años.

ejercicios para fortalecer suelo pélvico

Aunque el seguimiento del postparto lo realizan las matronas, cuando encuentren signos o síntomas patológicos se derivará a Ginecología, a la Unidad de Suelo Pélvico. Y desde allí a Fisioterapia de Suelo Pélvico para iniciar el tratamiento necesario.

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Varices vulvares – ¿qué son y a qué se deben?

Las varices vulvares son venas que se dilatan en la región del periné y vulva. Generalmente se forman a consecuencia de una insuficiencia venosa pélvica, muchas veces relacionada con el aumento de presión venosa en la pelvis que se produce durante los embarazos. Como cualquier otra área del cuerpo, en la vulva hay diversos vasos sanguíneos y de distinto tamaño. Si se ejerce una presión en esos vasos se corre el riesgo de que aparezcan varices en dicha zona. 

Varices vulvares y embarazo

Durante el embarazo, se produce un aumento del flujo sanguíneo y, según va aumentando el tamaño del bebé, este ejerce también presión sobre parte inferior del cuerpo, lo que puede favorecer la aparición de varices vulvares. Ese volumen de sangre en la región pélvica facilita que la sangre se acumule en las extremidades inferiores y en la zona vulvar, tanto en los labios mayores como en los menores, lo que favorece la aparición de varices. 

Ten en cuenta que, durante el embarazo, puede ser frecuente que desarrolles también varices en las piernas, por lo que puede darse el caso de que tengas varices vulvares y varices en las piernas. 

Además de la presión sobre la zona pélvica, los cambios hormonales que tienen lugar en el embarazo hace que los vasos sanguíneos tiendan a dilatarse y sea más fácil que se desarrollen las varices vulvares

Algunas de las mujeres que han desarrollado varices vulvares no las notan o tienen síntomas. Incluso cuando aparecen los síntomas, es posible que una mujer no pueda palparlas, ya que pueden ser internas. Ante cualquier molestia en la zona del periné y la vulva que se sospeche que pueda tratarse de varices vulvares, se debe consultar con su médico para que haga el diagnóstico y analice en qué situación se encuentran

¿Cuáles son las causas de las varices vulvares?

La principal causa de la aparición de las varices vulvares es la insuficiencia venosa pélvica. De hecho, el embarazo es la causa más común de varices vulvares.

Algunos estudios indican que las varices localizadas en la vulva aparecen entre el 18 y el 22 por ciento de las mujeres embarazadas. La buena noticia es que en las seis semanas posteriores al parto suelen desaparecer por sí solas. No necesitan ningún tipo de tratamiento para eliminarlas. 

Es raro que aparezcan en mujeres que no han tenido hijos, pero pueden aparecer de forma ocasional en las mujeres que son más propensas a tener varices en las piernas. La aparición de varices también tiene un componente hereditario. Por eso, puede ser común que algunas mujeres sean más propensas a desarrollar varices en las piernas y también, con mucha menor frecuencia, en los labios mayores y menores. 

Con el paso de los años, los vasos sanguíneos se van modificando y aumenta el riesgo de que aparezcan varices en las piernas y con mucha menos frecuencia en la vulva. Se trata de casos muy aislados y en mujeres que tienen una alta predisposición a desarrollar varices. Pero no es común que en la menopausia aparezcan varices vulvares

¿Cuáles son los síntomas más frecuentes de las varices vulvares?

Uno de los principales signos de alarma puede ser las molestias durante el acto sexual. De hecho, según nuestros especialistas del Servicio de Angiología y Cirugía Vascular del Hospital de Manises, este hecho suele ser el motivo de consulta más habitual. “Pueden ser dolorosas durante el acto sexual o si aparecen varicoflebitis, que es poco frecuente”, apunta nuestro especialista. 

Otros de los síntomas a los que hacen referencia las mujeres que tienen varices vulvares es una sensación de presión en los genitales, hinchazón en esa zona y dolor que suele ser más agudo, además de con la actividad sexual, al hacer ejercicio físico o cuando se está durante un largo periodo de tiempo de pie

¿Cómo se tratan las varices vulvares?

Tal y como detallan nuestros cirujanos vasculares, en caso de que las varices vulvares presenten síntomas se puede discutir su tratamiento. “Debe existir una conversación abierta entre la paciente y el médico para discutir las expectativas del tratamiento, los beneficios y los riesgos a asumir”.

Además, nuestros especialistas comentan que “el abordaje terapéutico puede incluir el estudio de la insuficiencia venosa pélvica si se asocia sintomatología de síndrome congestivo pélvico, en cuyo caso se podría plantear la embolización de las venas pélvicas que las causan. Si no asocia otros síntomas puede intentarse un abordaje local con escleroterapia”.

No obstante, una vez que se han resuelto las varices vulvares sí que pueden volver a aparecer

varices vulvares

Para aliviar las molestias propias de las varices vulvares en el embarazo puedes: 

  • Aplicar frío con compresas frías o con hielo
  • Usar ropa interior que te sujete la zona pélvica
  • Utiliza medias de compresión.
  • Dormir sobre el lado izquierdo, ya que de esta forma ejerces menos presión sobre la vena cava. 
  • Poner las piernas en alto para aliviar la presión

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